Su nombre, datos y foto estaban circulando en una orden de captura desde el 28 de abril del 2022. Ese día, un operativo con casi 400 gendarmes copó la ciudad de Roque Sáenz Peña, en Chaco, para desbaratar al clan de los Sosa, la familia narco más pesada de la zona. Pero alguien les avisó y no encontraron a nadie.
Sobre Ariel Alberto Sosa (42) pesaba además una recompensa de 5 millones de pesos. Aun así logró mantenerse prófugo mas de tres años. Pero su suerte se acabó este fin de semana, cuando el Centro de Monitoreo de Lomas de Zamora detectó una camioneta Toyota Hilux negra que tenía pedido de secuestro.
La Policía detuvo la Hilux y a su conductor, un hombre robusto que llevaba una cédula de identidad a nombre del ciudadano brasilero Federico Narahian Da Silva Dos Santos, nacido el siete de enero de 1983 en el municipio de Viana, en el estado de Maranhão.
La cuestión es que la identidad era falsa y se descubrió rápido que se trataba de Ariel Sosa, el mayor de los hermanos del clan narco chaqueño y el ultimo que faltaba caer en la causa -a cargo del fiscal federal Carlos Amad- en la que se los investiga por lavado de activo del narcotráfico.
Amad investiga a los Sosa desde noviembre de 2020. La causa es por lavado de dinero proveniente del narcotráfico y la cúpula llegó a estar defendida en los primeros tiempos por un abogado con bagaje narco: Luis Sasso, defensor histórico del narco abogado Carlos Salvatore, el traficante de cocaína más importante de la Argentina, fallecido en mayo de 2018. Hoy los representan abogados chaqueños.
Pero la historia de los Sosa no arrancó con la pandemia. El patriarca del clan, Juan Alberto Sosa, fue un conocido delincuente chaqueño. Su nombre de «guerra» era «Juan Loca» y tenía la virtud de no hacer lío en su pueblo.
Juan, que murió en 2015, tuvo cuatro hijos con Ana María Flamenco (56), quien está esperando ir a juicio por la misma causa de lavado de activos: Ariel Alberto (42), detenido ahora por la Policía bonaerense; Lucas Matías (37), condenado a 7 años de prisión en diciembre pasado; Hugo Sebastián (35) y Mariela (39).
Ellos no respetaron la tradición de mantener la paz en su lugar de arraigo y se convirtieron en el terror de Roque Sáenz Peña.
La historia del clan incluye desde una condena por narcotráfico en 2016 a nueve de sus miembros (entre ellos Ana María Flamenco y su hijo Hugo), hasta todo tipo de desmanes, como un tiroteo en un boliche bailable y cruentos enfrentamientos a balazos con una banda rival conocida por el colorido nombre de «Los Chupa Chichis».
Como, al parecer, cada vez que van a buscarlos alguien les avisa de los operativos, buena parte de la cúpula de la banda logró mantenerse prófuga durante bastante tiempo. Pero, uno a uno fueron cayendo: Hugo se entregó al igual que su madre.
Lucas cayó en mayo y tanto Mariela Sosa como su cuñada Lía Ruth Paz (36), esposa de Ariel, se presentaron en la Justicia y lograron prisión domiciliaria para cuidar a sus hijos y transitar sus embarazos.
Entre matrimonios, segundas parejas, hijos y nietos, tíos y primos, la fiscalía contabilizó 70 personas ligadas por lazos familiares al clan Sosa.
Historia de un clan
La Justicia tiene una hipótesis: que los Sosa y sus familias satélites integran una organización narco que trae la cocaína desde Bolivia y la marihuana desde Paraguay.
Dedicados oficialmente al negocio de logística (reparto de mercaderías), la teoría de la fiscalía es que usan sus camiones para mover algo más que gaseosas y comestibles.
Su estilo de vida -totalmente desproporcionado en relación a sus datos comerciales en la AFIP- fue la punta que encontró el fiscal Amad para ir tras ellos por el delito de lavado de dinero.
La investigación patrimonial dio sus frutos y comenzaron a caer las órdenes de captura. Eso los hizo replegarse y esa es la razón por la que los vecinos de Roque Sáenz Peña volvieron a disfrutar de una frágil paz.
Antes de tener que esconderse, los hermanos Sosa se habían convertido no solo en una banda, sino en una pandilla. En su dictamen del 26 de abril de 2022, el fiscal Amad recopiló algunos de los hechos de violencia que llegaron a la tapa de los medios locales, pero no a hacerles daño judicialmente.
1- En octubre de 2020 una Ford Raptor chocó violentamente contra un Peugeot 2008 en el barrio 50 Viviendas. La camioneta tenía una cédula azul a nombre de Ariel Sosa. A las pocas horas, el local “Ortopedia Sáenz Peña” terminó con 28 impactos de bala que fueron disparados desde la misma Raptor. En un allanamiento se demoró al hijo de 15 años de Ariel, pero no está claro si él fue el autor del desparramo.
2- El 19 de septiembre de 2021 dos bandas se enfrentaron. De un lado estaba Miguel Fernando González, apodado “Chupa Chichi”, y del otro Hugo Sosa, hermano de Ariel Sosa. Fue a los tiros y allí terminaron heridos Lucas Sosa y Walter Ayala, ambos rivales.
3- La madrugada del 28 de noviembre de 2021 hubo una batalla campal en el local bailable “Timotea”. Los Sosa se fueron de allí dejando un tendal de heridos y destrucción.
4- El 3 de abril de 2022, una nueva batalla entre los Sosa y los «Chupa Chichis» terminó con un muerto: José Luis Barrios, de la banda de los Sosa. También resultaron heridos Ariel Sosa, Enrique Marcelo García y Cristian Alfredo Rivas. Por este hecho, se encuentra prófugo Miguel González, el jefe de los «Chupa Chichis» y quien quedó filmado por las cámaras de seguridad.
AA