El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que los gobiernos israelí y libanés aceptaron la propuesta estadounidense de 60 días para un alto el fuego en Líbano para el cese de las hostilidades entre el Ejército de Israel y el partido-milicia chií libanés Hezbolá.
«Me complace anunciar que sus gobiernos han aceptado la propuesta de Estados Unidos de poner fin al devastador conflicto entre Israel y Hezbolá», señaló en un discurso. Asimismo, agradeció al presidente francés, Emmanuel Macron, su «contribución» para cerrar el acuerdo entre las partes.
El plan de Estados Unidos para finalizar la guerra
El actual presidente señaló que el plan está diseñado para poner un fin permanente a las hostilidades. «El Ejército libanés y las fuerzas de seguridad del Estado se desplegarán y tomarán el control de su propio territorio«, explicó. Además, señaló que no habrá tropas estadounidenses desplegadas en el sur de Libano. «Esto es consistente con mi compromiso con el pueblo estadounidense de no poner tropas estadounidenses en combate en este conflicto», argumentó.
Cabe recordar que el gobierno del presidente Joe Biden ha intentado negociar desde hace meses un acuerdo de este tipo. En esta línea, Josep Borell, diplomático de la Unión Europea, había pedido que se incrementara la presión sobre Israel y Hezbollah. A su vez, había expresado que la Unión Europea estaba dispuesta a asignar 200 millones de euros (208 millones de dólares) para ayudar al ejército libanés, que desplegaría fuerzas adicionales en el sur.
El acuerdo en negociación en ese entonces iba a facilitar la retirada tanto de los milicianos de Hezbollah como de las tropas israelíes del sur del Líbano, al sur del río Litani, en cumplimiento de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin al conflicto de un mes en 2006. Posteriormente, las tropas libanesas asumirían el control de la zona, respaldadas por la presencia de cascos azules de la ONU.
Si bien el ejército libanés, visto como una institución nacional respetada que refleja la diversidad religiosa del país, carece de la capacidad militar para enfrentarse a Hezbollah o resistir una invasión israelí.
Israel contraatacó un centro del ejército libanés
Hezbollah disparó el pasado domingo, cerca 250 cohetes y otros proyectiles que hirieron a siete personas, en respuesta a ataques israelíes en Beirut, mientras los negociadores intentaban arribar a un cese al fuego.
Mientras tanto, un ataque israelí a un centro del ejército libanés mató a un soldado e hirió a otros 18 en el suroeste entre Tiro y Naqoura.
El ejército israelí lamentó lo sucedido y aclaró que el ataque tuvo lugar en una zona de operaciones activas contra Hezbollah, subrayando que sus acciones están dirigidas exclusivamente contra los milicianos.
Desde el inicio del conflicto entre Israel y Hezbollah, los ataques israelíes causaron la muerte de más de 40 soldados libaneses, pese a que el ejército de Líbano se ha mantenido mayormente al margen de los enfrentamientos.
Por su parte, el primer ministro interino de Líbano, Najib Mikati, repudió el último ataque como una como un golpe a los esfuerzos de Estados Unidos por lograr un cese al fuego y aseguró que se trata de un»mensaje directo y sangriento que rechaza todos los esfuerzos y contactos en curso» para poner fin a la guerra.
Hezbollah comenzó a lanzar cohetes, misiles y drones contra Israel tras el ataque del 7 de octubre de 2023 perpetrado por Hamás desde la Franja de Gaza, el cual desató la guerra en esa región. Hezbollah presentó estos ataques como un gesto de solidaridad con los palestinos y Hamás, ambos respaldados por Irán.
En respuesta, Israel llevó a cabo bombardeos aéreos contra Hezbollah, y lo que inicialmente era un conflicto de baja intensidad escaló a una guerra abierta en septiembre. Durante esta etapa, Israel lanzó intensas oleadas de ataques aéreos en amplias zonas de Líbano, resultando en la muerte del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, junto con varios de sus principales comandantes.