Miguel Borja se refirió a la denuncia por maltrato que recibió de la escuela a la que asisten sus hijos: «Puso en vergüenza a mi familia»

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Mientras River busca puntos que lo acercan a las primeras posición de la Liga Profesional de Fútbol (LPF) y sigue firme detrás de su objetivo de llegar a la final de la Copa Libertadores que se va a disputar el próximo 30 de noviembre en el Monumental, una noticia extrafutbolística sacudió el clima interno del club de Núñez. Se trata de una denuncia contra Miguel Borja por presunto maltrato contra sus hijos, de 7 y 10 años respectivamente. La demanda policial la hizo Valeria Goluza, la directora del Instituto Grilli de Canning al que asisten los niños.

El colombiano, autor del gol del empate ante el líder Vélez en el Monumental, se refirió a esta situación. «Fue duro, durísimo porque uno como padre quiere siempre lo mejor para sus hijos, ama a sus hijos», señaló en primera instancia. Después, apuntó contra los directivos de la escuela: «Creo que la decisión que tomó la escuela fue desafortunada para mí, puso en vergüenza a nuestra familia. Los abogados se van a encargar de aclarar el tema. Les pido a ellos que respeten a mi familia».

La denuncia se inició por una señal de alerta que emitió una docente. Como corresponde en este tipo de casos, lo primero que hicieron los trabajadores del establecimiento fue ponerse en contacto con el servicio local de Niñez a cargo de la Licenciada Arnal. Luego, se dispuso que se le realice un precario médico a ambos niños junto a su progenitora, Linda Pérez Martínez.

Tras la evaluación hecha por el gabinete de Servicio Local y Niñez se concluyó que los niños «no sufren ningún tipo de violencia» pero la investigación continúa. En el club de Núñez estuvieron al tanto de la situación desde un primer momento y el departamento de Legales se mantiene atento a los pasos de la Justicia para proceder al respecto.

De acuerdo a la denuncia «por averiguación de ilícito» presentada ante la Comisaría de la Mujer y la Familia de La Unión, en Ezeiza, todo habría comenzado con un diálogo entre el menor de los hijos de Borja y su maestra de segundo grado, quien lo habría notado angustiado en la primera hora de clase y tuvo que llamarle la atención por su comportamiento.

«No hablen con mi papá porque me pega», habría sido la respuesta del niño. A pesar de que no fueron constatadas lesiones, la vicedirectora mencionó «una raspadura en la zona de arriba de la rodilla, desconoce si izquierda o derecha».

La denuncia presentada en la UFI 3 de Ezeiza por «averiguación de ilícito» es evaluada por la fiscal María Lorena González, la misma que lleva adelante la investigación a Néstor Ortigoza por violencia de género.

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