Si Javier Milei realmente soñaba con recibir el Premio Nobel, grande habrá sido su desilusión al ver los temas de estudio que fueron galardonados por la Academia Sueca. El Premio Nobel de Economía recayó en el turco-estadounidense Daron Acemoglu y los británico-estadounidenses Simon Johnson y James A. Robinson, por sus investigaciones sobre las diferencias de prosperidad entre naciones. Robinson y sus colegas recibieron el reconocimiento este jueves por sus estudios empíricos y teóricos que exploran las diferencias en la prosperidad de las naciones y su análisis sobre la desigualdad.
Robinson, Profesor de Estudios de Conflictos Globales y director del Instituto Pearson para el Estudio y la Resolución de Conflictos Globales de la Universidad de Chicago, se ha destacado por sus influyentes investigaciones sobre la relación entre el poder político, las instituciones y la prosperidad. Algunas de ellas en colaboración con los otros dos galardonados.
Junto a Daron Acemoglu, Robinson ha publicado los libros “Orígenes económicos de la dictadura y la democracia”, “Por qué fracasan las naciones: los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza”, de 2012, y “El corredor angosto: Estados, sociedad y el destino de la libertad”.
James Robinson, de 64 años, ha desarrollado un interés particular en el estudio de África Subsahariana y América Latina. En una entrevista que otorgó a la agencia británica BBC Mundo, ayer, luego de conocer la noticia del Nobel, el economista señaló en referencia a su tema principal de estudios: “La pobreza y la desigualdad en América Latina están profundamente arraigadas en el colonialismo y la explotación de los indígenas».
«La mayor parte nuestro trabajo ha estado enfocado en tratar de entender la desigualdad, en intentar entender por qué el mundo está dividido entre países que son prósperos y otros que son pobres. Nos hemos preguntado cómo surgió históricamente esta diferencia y cómo se ha mantenido pese a las enormes consecuencias en el bienestar humano».
Con relación a la evolución del tema en las últimas décadas en diferentes regiones del mundo, apuntó: «Hemos visto enormes mejoras en los niveles de pobreza en algunas partes del mundo, como por ejemplo China, pero no ha sido así en otras regiones como África Subsahariana y América Latina. Y en países como Estados Unidos, vemos amenazas a la inclusión social y la prosperidad».
La democracia, amenazada
También admitió que existe una gran amenaza a la democracia en Latinoamérica, frente a la insatisfacción de las personas al no ver resueltos sus principales angustias económicas.
«Uno de los problemas es que a las personas en América Latina les hicieron muchas promesas sobre la democracia, les prometieron que sus problemas se acabarían, y obviamente eso no era verdad. La democracia ha sido decepcionante en América Latina, la gente se desespera y busca otras soluciones».
«Mire lo que está pasando en El Salvador con el presidente Nayib Bukele. Hay una razón que explica por qué la gente vota por él. Votan por él porque hay mucha inseguridad. Y piense en el presidente Andrés Manuel López Obrador, son tiempos difíciles. Pero, por otro lado, se puede decir que hay una democracia genuina en México. Esa ha sido la decisión popular y debemos reconocer que toma tiempo para que la democracia funcione y cambie la vida de las personas».
Y agregó: «Colombia probablemente tuvo una de sus elecciones más democráticas cuando el presidente Gustavo Petro llegó al poder, pero no es fácil, hay muchos desafíos por delante».
La especialización de Robinson en temas latinoamericanos lo llevó a impartir cursos en la Universidad de los Andes en Bogotá entre 1994 y 2022 y a realizar trabajo de campo en Bolivia, Colombia y Haití, entre otros, destaca BBC Mundo en la nota de su entrevista.
Que dijo la academia
«Reducir las enormes diferencias de ingresos entre los países es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Los galardonados han demostrado la importancia de las instituciones sociales para lograrlo», afirmó Jakob Svensson, presidente del Comité del Premio de Ciencias Económicas.
Los tres premiados, según el comité, «han demostrado la importancia de las instituciones sociales para la prosperidad de las naciones y que las sociedades con un Estado de derecho frágil e instituciones que tienden a la explotación de la población, no generan crecimiento ni cambios que lleven a una mejora».