Ante el avance de medidas que impactan en el mundo laboral y el ninguneo que se ve sometido el sindicalismo de parte del gobierno, una comitiva de la Confederación General del Trabajo (CGT) será recibida este lunes por el Papa Francisco, donde le solicitará un respaldo a los reclamos que le vienen planteando a la administración libertaria: aumento salarial, mejora para los jubilados, y defensa del empleo y la industria nacional.
Se estima que además del contexto general de la economía y la situación social que atraviesa el país habrá un capítulo especial sobre las medidas impulsadas por el ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, por la aplicación del Protocolo Antipiquete y los hechos registrados en la última marcha, con motivo del tratamiento de la reforma previsional, que derivó a una menor afectada por los gases lanzados por un efectivo de seguridad.
A mediados de junio, el Sumo Pontífice tuvo un gesto explícitamente en contra de la Casa Rosada, cuando recibió al secretario General de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), Juan Pablo Brey, y se sacó una foto junto con una bandera de Aerolíneas Argentinas.
Si bien entonces el conflicto no había estallado como en estos días, la intención era defender a la compañía de una posible privatización. No se descarta que en el encuentro de hoy también se toque la situación que atraviesa la línea de bandera.
Cómo quedó conformada la delegación de la CGT
Bergoglio recibirá a los sindicalistas en una audiencia privada que tendrá lugar en su casa en Santa Marta. La delegación está compuesta por dos de los cotitulares cegetistas, Héctor Daer (Sanidad) y Pablo Moyano (Camioneros); Andrés Rodríguez (estatales de UPCN), Gerardo Martínez (Construcción, UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Rodolfo Daer (Alimentación), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), Marina Jaureguiberry (Docentes Privados, SADOP), Maia Volcovinsky (Judiciales), Argentino Geneiro (Gastronómicos) y el titular de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), Alejandro Gramajo.
El armado de la comitiva dejó heridas, pequeñas pero heridas al fin, entre los dirigentes de peso, muchos de los cuales no se subieron al avión, como los casos de Ricardo Pignanelli (Mecánicos, SMATA), Abel Furlán (Metalúrgicos, UOM), Sergio Romero (docentes, UDA), Roberto Fernández (Choferes de Colectivos, UTA), Sergio Palazzo (Bancarios) o Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), entre otros.
Sin embargo, voceros gremiales destacaron que «no quedaron resquemores, sino un debate en la conformación de quienes viajaron» y aclararon que «las diferencias ya están saldadas; lo importante es que el Papa se pronuncie en contra de este modelo que está dejando afuera del sistema a más de la mitad de la población, penosamente comprobable con el aumento de la pobreza y la indigencia».
Por qué forma parte de la delegación el líder de la UTEP
Si bien para algunos llamó la atención de la inclusión de Gramajo en la delegación -ya que no conforma el consejo directivo de la CGT- vale recordar que se trata de un dirigente cercano al Papa y de una organización como la UTEP de estrecho vínculo con Bergoglio, a través de Juan Grabois.
Las fuentes consultadas por iProfesional explicaron que «si bien hay dirigentes que no comulga con las organizaciones sociales, saben que el Papa está muy preocupado por lo que pasa con estos sectores» y agregaron que «otros espacios entienden que no es tiempo de diferencias y que todos los que están en el mundo del trabajo, registrados o no registrados, vamos a sufrir con el modelo de Milei».
Sobre la reunión con el Sumo Pontífice, Gramajo adelantó que «vamos analizar los problemas sociales, que son cada día más preocupantes, ya que cada día empeora la situación de los más humildes». Remarcó que «tenemos más de 1.000.000 de pibes que se van a dormir sin comer, la situación social y económica de la Argentina es dramática». Planteó además que «queremos escuchar al Papa Francisco, quien para nuestro sector ha sido una inspiración y una guía en la pelea por los excluidos, para seguir avanzando en la unidad de los trabajadores, formales o de la economía popular».
Qué puede decir el Papa Francisco tras el encuentro con los sindicalistas
Las esperanzas de los gremialistas sobre un pronunciamiento del Papa contra el gobierno de La Libertad Avanza (LLA), crecieron en los últimos días con el discurso que hizo Francisco en Singapur -en su extensa gira por Asia y Oceanía- donde apuntó contra «la exclusión de aquellos que se encuentran al margen de los beneficios del progreso» y exigió «que se preste una particular atención a los pobres y a los ancianos, que tanto contribuyen a la construcción de la sociedad y a quienes hay que garantizarles un salario justo».
También reclamó especialmente salarios y condiciones dignas para los trabajadores migrantes que han ayudado a convertir a Singapur en uno de los polos financieros más avanzados del mundo; al tiempo que exhortó a reconocer a los migrantes, «que tanto contribuyen a la construcción de la sociedad y a quienes hay que garantizarles un salario justo».
La representación cegetista le entregará al Papa el documento titulado «Agenda para un nuevo contrato social», lanzado a mediados de abril, que contiene propuestas de cambios en la legislación laboral, educación, política industrial, seguridad social, defensa nacional, política energética, transporte, reforma tributaria, protección del medio ambiente, reforma tributaria y seguridad, entre otros temas.
El lanzamiento de la propuesta fue una especie de respuesta a la convocatoria del presidente Javier Milei a una Mesa de Diálogo que la central obrera se negó a integrar después de la reimplementación del impuesto a las Ganancias, el fracaso a un acuerdo en el Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil y la insistencia por la reforma laboral sin intervención sindical.
En su apertura, el documento manifiesta: «Los trabajadores organizados reafirmamos nuestro derecho a participar en la discusión y el diseño de la sociedad a la que aspiramos. En ese desafío convocamos a la construcción de un programa de consenso multisectorial, que nos permita avanzar hacia una agenda de diálogo para una Argentina del desarrollo, la producción y el trabajo, solidaria, inclusiva y con igualdad de oportunidades».