La sonda espacial Psyche de la NASA, que se dirige hacia un asteroide muy peculiar con fines de investigación, acaba de romper un récord en la transmisión de video desde el espacio. Durante su viaje, la nave está probando un sistema de comunicación más eficiente para largas distancias, conocido como el Sistema de Comunicaciones Ópticas del Espacio Profundo (DSOC, por sus siglas en inglés). En diciembre de 2023, este sistema logró enviar exitosamente un video de 15 segundos desde una impresionante distancia de 30 millones de kilómetros hasta la Tierra, demostrando así su potencial revolucionario para futuras misiones espaciales. De todas formas, ahora fue por más y logró hacer lo mismo a 225 millones de kilómetros de nuestro planeta.
El protagonista del video es Taters, un gato atigrado de color naranja que pertenece a un empleado del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA. En los 15 segundos de transmisión, se lo ve persiguiendo el punto rojo de un puntero láser, un logro tecnológico que utiliza un sistema de comunicación con láser infrarrojo, superando incluso la velocidad de una conexión de Internet de banda ancha. La señal, enviada desde el espacio exterior, tardó menos de dos minutos en llegar a las instalaciones del JPL, donde fue recibida con éxito.
El experimento DSOC de la NASA representa la primera demostración de comunicaciones ópticas más allá del sistema ya probado entre la Tierra y la Luna. Este sistema, que incluye un transceptor láser a bordo de la nave y un conjunto de transmisores y receptores láser terrestres, logró transmitir de manera eficiente desde una distancia que supera más de 100 veces la que separa la Tierra de la Luna. Sobre esto, la calidad y rapidez de la señal recibida impresionaron a los especialistas de la NASA, destacando el potencial de esta tecnología en comparación con las conexiones terrestres actuales.
En cada uno de los componentes del DSOC se implementaron tecnologías avanzadas, con el fin de crear un nuevo sistema de comunicación preparado para las próximas misiones interplanetarias, como las que ya se planificaron a Marte con humanos y a otras partes del Sistema Solar con robots. Por esta razón, los expertos del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA buscan mejorar el sistema actual de comunicaciones por radiofrecuencia, que ya fue utilizado en misiones desde el espacio profundo, pero que ahora está alcanzando su límite de ancho de banda. Además, la necesidad de contar con sistemas de comunicación más eficientes se volvió urgente debido a que las nuevas misiones exploratorias transmiten enormes volúmenes de datos científicos, incluidas imágenes y videos de alta definición, lo que incrementa significativamente el ancho de banda requerido.
También, este nuevo e importante Sistema de Comunicaciones Ópticas del Espacio Profundo de la NASA utiliza tecnología láser para transmitir grandes volúmenes de datos desde el espacio. Por ende, las estaciones de recepción en la Tierra, equipadas con telescopios y módems especializados, transforman la luz láser en datos digitales. Gracias a esto, el DSOC puede enviar información a velocidades de hasta 1.2 gigabits por segundo.
La importancia de este avance tecnológico
Por todo lo antes mencionado, se puede decir que la transmisión del video del gato no solo fue un avance significativo para la exploración espacial, sino que también destacó la capacidad del DSOC para enviar datos de alta definición desde grandes distancias, lo que puede ser fundamental para exploraciones en el futuro, como las de Marte.
Pam Melroy, Administradora Adjunta de la NASA, destacó que este avance refleja el compromiso de la agencia con el desarrollo de nuevas tecnologías para mejorar la transmisión de datos en futuras misiones. La prueba de Psyche estableció un nuevo estándar en la velocidad de las comunicaciones interplanetarias, superando incluso a muchas conexiones de banda ancha en la Tierra. Además, demostró que es posible enviar contenido multimedia desde el espacio, lo que abre nuevas posibilidades para la comunicación en la exploración del cosmos.
LA NACION