Escándalo en el final de Gimnasia vs Barracas Central por la Copa Argentina: trompadas, patadas voladoras y batalla campal

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El final del partido entre Gimnasia La Plata y Barracas Central en la cancha de Lanús fue con escándalo. Tras el triunfo por 1-0 del Lobo con el gol de Benjamín Domínguez se desató una batalla campal entre los jugadores de ambos equipos. Todo comenzó cuando Jhonatan Candia -de El Guapo- y Yonathan Cabral -del Lobo- se cruzaron en el campo de juego y se tomaron a golpes de puño.

Una vez que Darío Herrera pitó el final del partido, Candia y Cabral se dijeron algo y enseguida empezaron a tirarse trompadas. Todo al lado del árbitro. El primero que llegó y agravó la situación fue Gustavo Canto -suplente del Lobo-, que le pegó una patada en la espalda al delantero uruguayo de Barracas y despertó la ira de todo el plantel rival.

Los jugadores, miembros del cuerpo técnico y allegados de ambos equipos comenzaron una secuencia frenética. Los de Barracas iban a la caza de Canto, que esquivaba trompadas y patadas voladoras mientras corría por uno de los laterales del campo de juego. Mientras tanto, sus compañeros intentaban defenderlo e interponerse ante quienes querían agredirlo.

Cuando todo parecía calmarse, volvieron las discusiones y los empujones, pero esta vez en la mitad de la cancha. Allí estaba Cabral, todavía caliente con Candia, que buscaba vengarse de una trompada que aterrizó en su rostro. También se vio a un jugador de Barracas con un corte arriba del ojo izquierdo.

Mientras tanto, la policía, los jueces de línea, las autoridades de la Copa Argentina y Darío Herrera buscaban recuperar la calma. Habrá que esperar por el informe del árbitro para conocer quiénes recibirán sanciones.

Minutos más tarde, cuando los jugadores ya se encontraban en los vestuarios, se vivió otro momento tenso cuando cedió un portón de la popular visitante que fue ocupada por los hinchas de Barracas Central. Un nutrido grupo de hinchas de El Guapo se metieron en el campo de juego, mientras una línea de cinco policías estaba preparado para un enfrentamiento.

Rápidamente, un hombre con la campera de Barracas se reunió a un costado con el jefe del operativo policial y todo se calmó. Los hinchas volvieron sobre sus pasos y recuperaron su lugar en la tribuna. El portón se cerró y la desconcentración del estadio se realizó sin incidentes.

***En desarrollo***

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