Los asesores del presidente libertario Javier Milei se preparan para tener un nuevo alidado regional a partir del próximo domingo 28 de julio, cuando se realicen las elecciones presidenciales más trascendentales de Venezuela de las últimas décadas.
Las encuestas que circulan en el primer piso de la Casa Rosada dan vencedor, por un amplio margen, al candidato opositor Edmundo González Urrutia, un diplomático, casi desconocido por el pueblo venezolano, que se desempeñó en Buenos Aires como embajador de su país entre los años 1998 y 2002 y que llegó a ser nominado porque Corina Machado, primero, y la académica, Corina Yoris, después, fueron impugnadas para presentarse a los comicios, demostrando la raíz autoritaria de la «revolución» bolivariana cuyos logros más notables han sido crear una enorme diáspora de ciudadanos venezolanos, dispersados principalmente en Brasil, Colombia, Chile y Argentina y el empobrecimiento en continuado de 25 años de gobiernos de corte socialista y populista.
En febrero de este año, se cumplieron las bodas de plata entre el chavismo y Venezuela. Un cuarto de siglo desde la llegada al poder de Hugo Chávez en Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras del mundo es, de manera paradójica, uno de los más pobres del continente y el único en la región que ha registrado un retroceso en todos sus indicadores económicos y sociales.
«Han sido 25 años perdidos y de un retroceso brutal», afirmó el economista José Guerra, autor del libro «25 años de gobiernos chavistas», y es precisamente este dato, el que utilizará el presidente argentino, Javier Milei, para fustigar a los gobiernos de centro izquierda y de izquierda que gobernaron, y, aún lo hacen, en la región latinoamericana impulsado por el histórico Foro de San Pablo que hoy se encuentra en retroceso.
En ese contexto, el fin del chavismo en Venezuela puede convertirse en realidad el próximo domingo cuando se produzcan unas elecciones presidenciales que podrían poner un límite al gobierno autoritario de Nicolás Maduro, que enfrentará el desafío electoral más reñido desde que asumió el poder hace once años, en 2013.
Elecciones en Venezuela: las encuestas que Javier Milei lee y saborea
Según encuestas dadas a conocer en los últimos días, y que revisan en Casa Rosada, el embajador venezolano, Edmundo González Urrutia, podría imponerse en los comicios por una diferencia apreciable, a juzgar por relevamientos realizados por Dataanalisis, que ubica a Urrutia liderando ante Maduro por una diferencia que oscila entre el 18% y el 25% según los encuestados.
Además, está la temperatura de la calle. Según reportes que llegan desde medios independientes que no han sido silenciados del todo por el gobierno chavista y por coberturas amateurs que se ofrecen desde las redes sociales, la diferencia a favor de la oposición a Maduro se nota, palpa y siente en los pueblos y en las plazas venezolanas, en cada ocasión que aparece María Corina Machado, que se erigió como la auténtica líder de la oposición junto a otros referentes que permanecen en el exterior, exiliados, como Leopoldo López y Antonio Ledezma, además de Juan Guaidó, que visitó Argentina, como presidente interino de Venezuela, cuando gobernaba Mauricio Macri.
Sin embargo, la figura de Corina Machado es excluyente y su carisma ha logrado penetrar en la gente y se nota en cada presentación pública que puede realizar cuando no sufre todo tipo de boicots como retenes en las rutas que unen pueblos para retrasar su llegada o cancelaciones de lugares privados o públicos donde puede presentarse y, desde luego, el encarcelamiento de parte de su equipo y de empresarios y dirigentes que la apoyan y que están sufriendo todo tipo de persecuciones de parte del régimen bolivariano.
De hecho, existe una tensa situación con la Argentina, por la crisis de los seis refugiados venezolanos en la embajada nacional en Caracas, a los que Maduro y su vice, Diosdado Cabello, les niega los salvoconductos para evacuarlos de la sede diplomática para poder llegar sanos y salvos a Buenos Aires.
La crisis con el gobierno de Milei no hará más que escalar teniendo en cuenta que la administración libertaria confirmó que la familia del asesinado militar Ronald Ojeda, el teniente venezolano cuyo cadáver fue encontrado en Chile en una valija enterrada bajo cemento en marzo pasado luego de que fuera secuestrado por presuntos agentes de la dictadura de Nicolás Maduro, se encuentra en la Argentina y el gobierno de Javier Milei le concederá el refugio.
Para los investigadores judiciales chilenos no hay dudas que se trato de un asesinato del gobierno bolivariano lo que ha desgastado la relación entre el gobierno de Caracas y el de centroizquierda de Gabriel Boric en Chile.
Los seis venezolanos refugiados en la sede diplomática de Argentina en Caracas son todos colaboradores de la líder de Vente Venezuela, Corina Machado, que lleva meses recorriendo el país y alentando a la gente a votar un cambio en las próximas elecciones del 28 de julio.
Se trata de Pedro Urruchurtu, coordinador Internacional de Vente Venezuela; Magalli Meda, jefa de Campaña de Machado; Claudia Macero, coordinadora de Comunicaciones de Campaña de Machado; Omar González, diputado de la Asamblea Nacional; Humberto Villalobos, coordinador Electoral del Comando de Campaña de Machado, y Fernando Martínez Motolla, asesor de la Plataforma Unitaria Democrática.
De no ser por el asilo otorgado por Buenos Aires y las normas de la Convención sobre Asilo Territorial de Caracas de 1954, todos ellos estarían expuestos a sufrir las consecuencias de la persecución y represión del régimen.
Precisamente, aquellas consecuencias que están sufriendo por estas horas al menos setenta personas según los datos de las detenciones que recopilaron los integrantes de la ONG Laboratorio de Paz y que ocurren en medio de una intensificación del patrón represivo contra opositores, activistas y disidentes que se ha visto durante todo el año.
Las fuerzas de seguridad también han reforzado su brazo de persecución y, en diez días, se han registrado 70 detenciones entre colaboradores y miembros de partidos de oposición que apoyan al candidato Edmundo González Urrutia, quien ha corrido en estas elecciones como segunda opción ante el bloqueo judicial puesto por el gobierno de Nicolás Maduro a la nominación de María Corina Machado.
A propósito de González Urrutia, ex embajador venezolano en Argelia, en declaraciones a la cadena estadounidense CNN aseguró acerca de la figura de Machado y su rol en un posible gobierno suyo. «….ocupara el lugar que ella desee, porque ella es una líder nacional que se ha ganado el respaldo y la opinión pública la apoya en todas sus acciones. Es una líder que tiene el respaldo de muchísima gente en Venezuela, se ha ganado el cariño y el afecto de muchos venezolanos».
Los desafíos logísticos y publicitarios para que la gente conozca antes de fin de mes a Urrutia son enormes por ello intenta presentarse en todos los lugares posibles acompañado por Corina Machado.
Sin embargo, hay grandes problemas para recorrer el extenso país. Ni él ni Machado pueden acceder a tickets de avión para movilizarse en campaña. Urrutia denunció, «…a mí no me gustaría decirlo, pero yo sé de varios medios que quieren entrevistarme y han recibido recomendaciones, entre comillas, del órgano regulador de la televisión venezolana, el órgano oficial, en el sentido de que no verían con gusto una entrevista del candidato Edmundo González en ese medio. Mis eventos no son transmitidos en directo» y la competencia electoral se ha tornado claramente desleal.
El problema mayor para la oposición es que la diáspora venezolana latinoamericana no podrá ejercer su derecho de votar. González Urrutia explicó, «No es de poca monta el hecho de que cuatro millones de venezolanos, que han debido irse del país y se encuentran en el exterior no puedan ejercer su voto, su derecho a elegir a su presidente. Eso es inadmisible en cualquier otra circunstancia. Y por eso es que decimos que estas son unas elecciones que no se celebran con las garantías que deben tener cualquier elección democrática».
¿Nicolás Maduro aceptará la derrota?: la gran duda
En ese contexto, muchos analistas políticos se preguntan si el chavismo está dispuesto a someterse a un revés electoral en las urnas y aceptar una derrota.
Tanto Lula Da Silva de Brasil como Gustavo Petro de Colombia, dos aliados ideológicos de Nicolás Maduro, se apresuraron en señalar que el líder venezolano deberá aceptar la voz del pueblo en las urnas. No es sólo un ataque de racionalidad el de los dos mandatarios latinoamericanos sino que se trata de no empeorar las condiciones sociales en los dos países que gobiernan que son los primeros en recibir exiliados, y descontentos venezolanos que huyen de su patria.
Hay también razones de peso. Washington está observando. El «gran hermano» estadounidense llegó a un acuerdo con la diplomacia brasileña para encauzar una transición ordenada si se produce un relevo en el poder tras 25 años de chavismo.
También, existen contactos recientes entre funcionarios políticos de las principales capitales latinoamericanas para crear algún tipo de consejo de veedores que den certeza y legitimidad a los resultados electorales si es que Nicolás Maduro no decide suspender los comicios electorales ante las malas encuestas que le están acercando sus asesores, o no reconoce el resultado, o se producen graves enfrentamientos en las calles venezolanas ante lo que parece ser una derrota irremediable para expulsar del poder al régimen bolivariano.