El sanatorio, ubicado en Tandil, estaba destinado a atender alrededor de 25 mil personas, entre los trabajadores ferroviarios y sus familias. Fue un hospital de vanguardia donde trabajaron 74 médicos y enfermeros, pero cayó en el abandono hace más de 30 años. Hoy, está lleno de escombros y los vecinos denuncian que está ocupado por delincuentes.