El presidente Javier Milei no tiene todavía el apoyo suficiente en el Senado para ubicar en la Corte Suprema de Justicia al juez Ariel Lijo y al académico Manuel García Mansilla y la discusión se postergaría por lo menos hasta agosto, mientras que la versión sobre el interés del Gobierno en promover la ampliación del tribunal sugiere una posible negociación para que ambos pasen el filtro.
Lijo y Mansilla deben pasar por audiencias públicas en la Comisión de Acuerdos del Senado que preside Guadalupe Tagliaferri (PRO), quien todavía no definió una fecha. Fuentes del cuerpo consultadas por iProfesional deslizaron que lo haría «en los próximos días» pero, en principio, se estima que sería para agosto, después del receso invernal del Congreso.
En el oficialismo, sin embargo, dan otra explicación. «El tema de la Corte por ahora duerme. No conseguimos los votos para García Mansilla», deslizó a iProfesional una fuente de La Libertad Avanza. De esta manera, sugirió que Milei sí tendría el apoyo para la designación de Lijo, paradójicamente el más controvertido de los dos nombres que propuso.
Con asistencia perfecta, el oficialismo necesitaría 48 votos para nombrar a cada uno de los jueces, dos tercios del Senado. Con solo 7 senadores y sin poder alcanzar esa mayoría ni siquiera con los bloques dialoguistas -donde igualmente hay reparos hacia la figura de Lijo- Milei necesitaría sí o sí el apoyo del bloque Unión por la Patria, donde todvía tiene influencia Cristina Kirchner.
El problema para el Gobierno es que ató la suerte de los dos candidatos. «O se aprueban Lijo y Mansilla, o ninguno», insisten en el Senado. Es por ello que la fuerte versión que trascendió desde la Casa Rosada esta semana sobre la intención de ampliar la Corte -hoy integrada por cinco jueces con una vacante- empieza a ser leída como un intento por abrir una negociación que involucre a todos los sectores para vencer ese primer obstáculo.
Los jueces de Milei para la Corte, en stand by: ¿la ampliación del máximo tribunal abre una negociación?
En los bloques de la oposición dialoguista los senadores advierten que «los votos los tiene que juntar el Ejecutivo». Ni el PRO, ni la UCR ni los bloques «federales» se mueven para ayudar a Milei en este tema y esperan a que se convoque a la Comisión de Acuerdos para ver cómo se mueve el oficialismo para aprobar los pliegos.
La supuesta intención de Milei de promover la ampliación de la Corte Suprema puede influir en las negociaciones por los pliegos de Lijo y Mansilla
Milei propuso a Lijo para ocupar el lugar que dejó vacante la jueza Elena highton de Nolasco al jubilarse en 2021 y promueve a Mansilla para adelantarse al retiro que también debería adoptar por su edad Juan Carlos Maqueda en diciembre. Dos perfiles muy distintos: Mansilla es un académico afín a las ideas «liberales» del Presidente mientras que Lijo es un histórico de Comodoro Py, cuestionado por su manejo de causas sensibles para el poder político.
Paradójicamente, el que más resistencia enfrenta es Mansilla. El argumento es que Milei no propuso a ninguna mujer para una Corte integrada solo por hombres. «La cuestión de género es central para el debate», remarcó a iProfesional una encumbrada senadora de la oposición. A Lijo, cuya candidatura levantó críticas de asociaciones de jueces, abogados, académicas, y empresariales, los senadores lo cuestionan bastante menos.
En ese marco, la posibilidad de que el oficialismo impulse en paralelo un proyecto para ampliar la Corte Suprema podría resolver el tema dado que habría más lugares para incorporar juezas y, además, todos los sectores políticos podrían proponer candidatos afines para el máximo tribunal.
«Sería una forma de abrir una negociación política amplia para que puedan avanzar los dos pliegos que mandó el Presidente, que se le sumen otros y que haya un consenso para llegar a la mayoría de dos tercios», evaluó ante este medio una experimentada fuente parlamentaria, aunque reconoció que en la Cámara alta no tienen noticias de tal proyecto.
¿Qué factores podría jugar a favor del Gobierno y sus candidatos?
Lo que sí hubo fueron versiones, algunas alimentadas por el propio Gobierno. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, señaló recientemente en declaraciones a la prensa que «uno puede pensar que la Corte en su actual composición por ahí necesita más integrantes«, al ser consultado por el tema. Será «una decisión política del Presidente» según dijo.
A esto se le suman dos factores clave. Uno es que la ampliación de la Corte Suprema se puede aprobar con una mayoría simple, mucho más fácil de lograr para Milei. El otro es que ya hubo hace poco tiempo una iniciativa en ese sentido impulsada ni más ni menos que por el kirchnerismo y los gobernadores peronistas.
La candidatura de Lijo reúne más apoyo que la de Mansilla con el argumento de la cuestión de género pero el Gobierno ató ambas candidaturas
En 2022, cuando Cristina Kirchner presidía el Senado, la bancada peronista le dio media sanción a un proyecto que ampliaba la Corte Suprema de 5 a 15 miembros, basado en la idea de los gobernadores de darle una representación «más federal» al máximo tribunal, con jueces de todas las regiones (Centro, Cuyo, Patagonia, Norte Grande, Buenos Aires).
El proyecto pasó a Diputados y nunca se trató. Sin embargo, con esa idea que todavía tienen los gobernadores y que en su momento recogió el kirchnerismo como parte de su eterna pelea con el Poder Judicial, Milei podría encontrar terreno fértil para un nuevo intento de ampliar la Corte, donde los gobernadores y los demás espacios políticos podrían proponer representantes propios y el Gobierno insistir con Lijo y Mansilla.
La curiosa definición deun senador K: ¿guiño a Milei y el pliego de Lijo?
Que en la Casa Rosada piensen en la posibilidad de impulsar una iniciativa muy parecida a la que oportunamente presentó el kirchnerismo muestra hasta qué punto el debate que abrió Milei sobre la Corte podría derivar en un acercamiento entre el Gobierno y las huestes de Cristina Kirchner, a pesar de pararse públicamente en veredas totalmente opuestas.
De hecho, este martes el senador Oscar Parrilli, uno de los más cercanos a la ex vicepresidenta, tuvo una sugestiva definición sobre la candidatura del juez Lijo promovida por Milei. «Que Clarín y La Nación estén criticando a Lijo es como que le otorguen una medalla», lanzó el referente kirchnerista.
Parrilli defendió así la postura crítica hacia esos medios que históricamente exhibe el kirchnerismo pero también dejó un guiño a favor del controvertido juez que alimenta las versiones que corren hace meses en el Senado sobre la posibilidad de que, al final del camino, haya un acuerdo al menos tácito entre el Gobierno y el ala K de la oposición para aprobar el pliego de Lijo.
«Todavía no debatimos en el bloque el tema de Lijo», se atajó Parrilli. Es lo que repiten todas las fuentes de ese espacio ante cada consulta sobre los pliegos que envió Milei. Sin embargo, no pasa desapercibido para nadie en el Senado la curiosidad de que el bloque kirchnerista guarda un muy sugestivo silencio e la controversia que genera Lijo y centra sus críticas en la cuestión de género y en Mansilla.
En el Senado estiman que las audiencias con Lijo y Mansilla podrían arrancar en agosto mientras el oficialismo busca los votos
El complejo escenario que enfrentan Lijo y Mansilla en el Senado
Lo que lleva al oficialismo a reconocer por lo bajo que no tiene los votos para Mansilla es precisamente ese consenso silencioso que parece haber alrededor de Lijo y que dispara suposiciones sobre una sorpresiva unión de Milei y el kirchnerismo que permita aprobar su pliego. Con sus 33 votos (de los cuales unos 15 responden a Cristina Kirchner) Unión por la Patria tiene la llave para esa votación.
En la oposición dialoguista Lijo es rechazado por algunos senadores de la UCR y también del PRO. Por caso, el jefe de esa bancada, Luis Juez, ya se pronunció en contra de su designación en la Corte e incluso en las filas oficialistas el formoseño Francisco Paoltroni se expresó en contra de la propuesta de Milei, tras recordar la supuesta cercanía entre el magistrado y el gobernador Gildo Insfrán, su rival provincial.
Sin embargo los que objetan su candidatura son pocos. Algunas semanas atrás el referente de la UCR porteña Emiliano Yacobitti, socio político del senador Martín Lousteau, sorprendió al considerar que posiblemente Lijo reúna los votos en el Senado. Los diptuados de la Coalición Cívica presionan a los radicales y al PRO para rechazar el pliego y meten una cuña: recuerdan que ellos denunciaron a Lijo en el Consejo de la Magistratura y lo blindaron los K.
En este escenario, el juez no tiene garantizados los votos del Senado para llegar a la Corte Suprema, pero sí reúne más consenso que Mansilla y las razones son netamente políticas. Las fuentes parlamentarias consultadas lo artibuyen a su «relación con todos los gobernadores» y dirigentes de distintos partidos. De hecho, desde que fue propuesto por Milei se ocupa de buscar sus propios votos entre los senadores.
No obstante, con Mansilla flojo de votos y con Lijo en el ojo de la polémica, Javier Milei necesita construir un apoyo más sólido en el Senado a fin de que avancen los pliegos de sus candidatos para la Corte Suprema y no solo uno, en el mejor de los casos. Un proyecto para ampliar el máximo tribunal podría despejarle un poco el panorama y por eso todos siguen de cerca esas versiones.