A cuatro meses del incendio doméstico que casi le cuesta la vida, María Julia Oliván volvió a abrir su corazón en las redes sociales. Con un posteo tan emotivo como inspirador, la periodista repasó su proceso de recuperación tras sufrir quemaduras en el 25% de su cuerpo y agradeció a todos los que la acompañaron en el duro camino.
“Cuatro meses y aún luchando”, escribió junto a un video que muestra fragmentos de su internación, sus primeros pasos de rehabilitación y momentos familiares. El accidente ocurrió el 13 de junio de 2025, cuando un bidón de bioetanol explotó mientras intentaba encender una estufa.
Desde entonces, Oliván atravesó una internación prolongada en el Hospital Alemán y una recuperación que, según ella misma confesó, “todavía continúa cada día”. En su mensaje eligió el camino de la gratitud: “Agradezco por abrazar a mi hijo y besar a mi marido. Por trabajar todos los días de lo que más amo, aunque la medicación me haga olvidar alguna pregunta”.
La comunicadora, destacó también el valor del amor familiar y de su entorno laboral. “Mi equipo de trabajo es tan bueno y querido que espero que llegue el viernes para que nos juntemos”, escribió, en una muestra de que la rutina profesional se volvió una forma de sanar.
Con sensibilidad y crudeza, Oliván recordó los días más duros de la internación. “Agradezco porque mi mamá me cuidó como una leona, porque mis suegros me aliviaron con sus visitas y porque mi hermana lloró por miedo a perderme”, expresó.
En otro tramo, reflexionó sobre las ausencias y las decepciones: “Perdoné a los que consideraba amigos y no me tiraron ni un mensaje cuando estuve dos meses en terapia intermedia”. El video que acompañó su publicación incluye imágenes impactantes —algunas sensibles— del proceso de curación, los vendajes y su regreso al movimiento.
También aparecen escenas cotidianas junto a su pareja, Ariel, y su hijo Antonio, quienes fueron su sostén emocional. “Agradezco porque Ariel me construyó un caminito desde casa al estudio, y cuando estaba internada, un puente con un lago lleno de pescados”, relató con humor y ternura.
El cierre del texto fue una declaración de fe y fortaleza: “Esta prueba no va a ser la última, pero la próxima voy a estar más fuerte en todo sentido. Agradezco porque estoy vivita y coleando, y porque no estoy sola. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
María Julia Oliván, que poco a poco retoma su actividad profesional, demostró que la resiliencia puede ser tan poderosa como el fuego que la marcó. Hoy, su historia no es solo la de una periodista que sobrevivió, sino la de una mujer que eligió convertir el dolor en gratitud y seguir adelante.