La discusión estará centrada en la posibilidad de atrasar una hora los relojes.
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En la sesión de este miércoles el Congreso tratará temas claves para los argentinos. No sólo porque se discutirán temas tan sensibles como los vetos presidenciales –a la emergencia en discapacidad y el aumento, a jubilados entre otros–, sino porque podría ser un primer paso para cambiar ni más ni menos que el huso horario actual.
A propuesta del exvicepresidente y actual diputado nacional, Julio Cobos, los legisladores debatirán volver al huso horario de cuatro horas al oeste del meridiano de Greenwich (-4), es decir, atrasar una hora los relojes.
La iniciativa genera un intenso debate sobre su impacto en la economía y la vida cotidiana.
Más sol y más ahorro de energía
El principal argumento de sus promotores es que esta medida permitiría un uso más eficiente de la luz solar, lo que se traduciría en un significativo ahorro de energía.
Según la propuesta, «la Argentina (actualmente regida bajo el huso horario -3) se encuentra casi en su totalidad dentro del huso horario -4», y el desfasaje actual con la hora oficial provoca que muchas actividades, como el inicio de clases o la apertura de comercios, se realicen en plena oscuridad.
Los antecedentes y el debate del «desfase»
El proyecto sostiene que la Argentina, en 1920, se adhirió al sistema internacional de husos horarios con el -4. Sin embargo, en 1969, el país fijó el huso horario en -3, y desde entonces hubo idas y vueltas, con cambios a -2 en verano y la derogación de leyes que intentaron revertir la situación.
Los defensores de la medida se basan en un informe de la doctora Andrea Pattini, directora del Conicet Mendoza, y en un proyecto del diputado provincial Jorge Andrés Difonso.
Sostienen que el desfasaje entre la hora solar y la oficial afecta no solo el consumo eléctrico, sino también el rendimiento escolar de los estudiantes, quienes inician su jornada en plena oscuridad.
En los fundamentos del proyecto se menciona también el contexto internacional de crisis energética, con el aumento del precio del gas y el petróleo, que se suma al déficit de la balanza comercial energética del país.
Se calcula que el rojo podría llegar a los 2.700 millones de dólares este año. En este sentido, un uso más racional de la energía podría mitigar en parte el impacto económico.
Un cambio que afecta la vida diaria
Además del ahorro de energía, la iniciativa destaca los beneficios para la salud de las personas. La propuesta plantea que una mayor coincidencia entre la hora solar y la oficial activaría el sistema circadiano, lo que permitiría aprovechar mejor los efectos positivos de la luz natural.
El proyecto también faculta al Poder Ejecutivo Nacional a invitar a los países del Mercosur a coordinar sus cambios de horario, buscando un aprovechamiento regional de la luz solar para el ahorro energético y la preservación de los recursos naturales.
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