El peronismo pasó su prueba de fuego y logró el triunfo con Ciudad Futura a la cabeza

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Por Silvina Tamous

El peronismo pasó su prueba de fuego en Rosario y demostró que la llegada de Ciudad Futura, con Juan Monteverde a la cabeza, fue un acierto y que una vez más se gana uniendo fuerzas. Con un 30.5 por ciento de los votos lograron conservar las cinco bancas que ponían en juego. La lista mostró candidatos de diversos sectores como Norma López, Toni Salinas, Majo Poncino y Pablo Basso. Y el primer gran acuerdo que ensayó esta fórmula en las elecciones anteriores fue entre Ciudad Futura y el Movimiento Evita, luego se sumó el espacio de Norma López y finalmente fue el propio PJ santafesino el que respaldó la unión de todas las fuerzas para estos comicios.

Sólo quedaron fuera del acuerdo Roberto Sukerman y Lisandro Cavatorta que obtuvieron entre ambos casi un 10 por ciento de los votos y que fue motivo de reproche durante la campaña ya que desde el sector ahora ganador le reprochaban que si hubiesen unido fuerzas exhibirían un contundente 40 por ciento, lo que pondría al peronismo en un lugar preponderante de cara a las elecciones para intendente del 2027 y podría haber conseguido algunas bancas más.

Más allá de que se trata de una elección legislativa y que no se ponen en juego nada más que bancas, el peronismo prueba fuerzas y muestra que la renovación está en marcha con una lista joven. Una muestra más exitosa de la que se vio el 18 de mayo en CABA, cuando de la mano de Leandro Santoro lograron un segundo lugar con el 27,35% de los votos, en la ciudad menos favorable al peronismo. Si bien el candidato oficialista, Manuel Adorni, logró ganar con 30,13%, la posibilidad de que se impusiera el peronismo obligó a Javier Milei a jugar su mejor alfil para exhibir una derrota.

En ese momento, se blandió la victoria de Santoro en todos los medios, lo que determinó que el resultado se leyera como una derrota cuando no se jugaba más que una legislativa y lo perdido no excedía más que una banca.

De todos modos, es difícil calificar el triunfo por varias razones: la baja concurrencia a las urnas -que estuvo apenas por arriba del 48%- y la necesidad de dejar de lado las miradas nacionalizadoras de elecciones locales. Dentro de dos años, cuando se ponga en juego el sillón del intendente, es posible que del lado del radicalismo busquen nuevos aliados para quedarse con el triunfo. Es que como en provincia de Buenos Aires, jugar a ganar puede significar una alianza entre el PRO y La Libertad Avanza, algo que puede replicarse en Rosario.

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