A 29 años del brutal crimen de Carolina Aló, la adolescente que fue asesinada de 113 puñaladas por Fabián Tablado en 1996 en la localidad bonaerense de Tigre, el recuerdo latente sigue y el pedido de justicia no cesa, en medio del temor por la liberación del condenado.
El asesinato de la joven es uno de los casos más conmocionantes a nivel nacional por la brutalidad y que generó un antes y después en la historia criminal de la Argentina.
“Estos años fueron de demasiada lucha y con la Justicia sorda, muda y corrupta”, expresó Edgardo Aló, papá de la víctima, en diálogo con la Agencia Noticias Argentinas.
Acerca de si realizarán un homenaje, el hombre contó: “El Municipio de Rosario declaró el 27 de mayo el Día de la No Violencia en el Noviazgo en memoria de Carolina. Hoy se va a conmemorar en una reunión en una facultad para 300 personas”.
“Vamos a estar hablando, disertando, haciendo algún intercambio de opiniones y al finalizar se hará entrega de diplomas de la Fundación Carolina Aló hacia el Intendente, a todas las Secretarías de Género y a las Concejales”, destacó.
Hace 29 años no existía en el Código Penal la figura del femicidio, motivo por el cual Tablado no pudo ser condenado a prisión perpetua, si no que fue sentenciado a 24 años de cárcel por el delito de homicidio simple.
Aquel 27 de mayo de 1996, los novios lograron salir antes de la Escuela 1 Marcos Sastre de Tigre y se dirigieron hasta la casa de Tablado. En su declaración, el acusado dijo que tuvieron relaciones sexuales y que luego mantuvieron una discusión por celos, que concluyó con el homicidio.
En el expediente se pudo reconstruir que el joven de 20 años persiguió por toda la casa a Aló y la mató de 113 puñaladas aplicadas con cuatro armas blancas halladas en la escena.
Horas después fue detenido, luego de darse a la fuga y confesarle a un amigo lo que hizo, y en 1998 fue condenado a 24 años de prisión.
Durante su periodo en la cárcel tuvo salidas transitorias, se casó, volvió a ser condenado por violencia de género, amenazas, desobediencia y ahora tiene que cumplir una medida de restricción de acercamiento de 300 kilómetros de la familia de Carolina, por lo que vive en Posadas, Misiones.