Cerraron el féretro Francisco: 250 mil personas pasaron por San Pedro

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Los restos permanecerán en ese templo hasta este sábado, cuando se realice el funeral. Luego, habrá nueve días de ceremonias religiosas.

Más de 250 mil fieles concurrieron, desde el miércoles, a la Basílica de San Pedro para darle el último adiós al papa Francisco, fallecido a los 88 años por un derrame cerebral. Este viernes por la tarde, el féretro fue cerrado.

La ceremonia de cierre del ataúd fue un rito litúrgico solemne y profundamente simbólico, que marca el final de la exposición pública de los restos del pontífice y precede a su funeral.

Este acto, presidido por el cardenal camarlengo Kevin Farrell, sigue las directrices establecidas en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, adaptadas por el mismo Francisco en 2024 para enfatizar la simplicidad y su rol como pastor, no como figura de poder mundano. 

Preparación

Antes del cierre, el cuerpo de Francisco, vestido con vestimentas litúrgicas rojas, una mitra y el palio, ha estado en exposición pública en la Basílica de San Pedro desde el miércoles 23 de abril, frente al Altar de la Confesión. 

Durante tres días, más de 250,000 personas han pasado para rendirle homenaje, en un ataúd de madera simple con revestimiento de zinc, acorde con su deseo de evitar los tradicionales tres féretros (ciprés, plomo y roble). 

La basílica cerró al público a las 19:00 del viernes para dar paso a la ceremonia privada, a la que asisten cardenales, altos funcionarios vaticanos y miembros selectos del clero, incluyendo a los cardenales Giovanni Battista Re, Pietro Parolin, Roger Mahony, Dominique Mamberti, Mauro Gambetti, Baldassare Reina y Konrad Krajewski.

Inicio del rito

La ceremonia, que fue privada y por ende no se transmitió por televisión,  tuvo un momento de oración en el área del Altar de la Confesión, donde el féretro permanecía abierto. 

Los cardenales y asistentes se reunieron en un ambiente de recogimiento, mientras el coro entonaba cánticos litúrgicos, como la Letanía de los Santos, en latín, para invocar la intercesión divina por el alma del Papa. El cardenal Farrell, como camarlengo, lideró el rito, que incluye lecturas bíblicas y oraciones que resaltan la humildad y el servicio de Francisco como obispo de Roma.

Lectura del rogito 

Un momento clave fue la lectura del rogito, un documento oficial que resume la vida, obra y legado del pontífice. 

Este texto, preparado por el maestro de ceremonias litúrgicas, fue leído en voz alta por el mismo. 

Una copia del rogito se enrolló y se colocó dentro de un tubo cilíndrico de metal que se introdujoen el ataúd, mientras otra se guarda en los archivos vaticanos. Este acto simboliza la preservación del legado de Francisco para la posteridad.

Colocación de objetos simbólicos

Antes de cerrar el féretro, se depositaron varios elementos en su interior:

Un velo blanco de seda se colocó suavemente sobre el rostro del Papa, un gesto que marca su despedida del mundo visible y su paso a la eternidad.

Una bolsa de cuero con monedas y medallas acuñadas durante su pontificado (2013-2025) se incluye como símbolo de su reinado.

El tubo con el rogito completa los objetos.

Estos elementos reflejan la tradición católica de honrar la memoria del pontífice con símbolos de su ministerio.

Sellado del féretro:

Tras la colocación de los objetos, se procedió al cierre del ataúd. Primero, se selló la capa interna de zinc, un proceso que asegura la conservación hermética del cuerpo. 

Este sellado, descrito como laborioso, implica soldar la tapa para crear un entorno sin aire. 

Posteriormente, se cerró la cubierta externa de madera, que lleva una cruz y el escudo papal de Francisco, con el lema Miserando atque eligendo (“Lo miró con misericordia y lo eligió”). 

El féretro queda asegurado con cintas rojas que portan los sellos del camarlengo y otras oficinas vaticanas, garantizando su integridad hasta el funeral.

Oraciones finales

La ceremonia concluyó con oraciones finales, incluyendo una bendición con agua bendita y el canto de himnos como el In Paradisum, que pide a los ángeles que conduzcan el alma del Papa al cielo.

El rito subraya la humildad de Francisco, quien pidió que su funeral reflejara su identidad como “discípulo de Cristo” en lugar de un poderoso soberano. 

La ausencia de un catafalco elevado y el uso de un solo ataúd son testimonios de su deseo de simplicidad, rompiendo con siglos de tradiciones más ostentosas.

Transición al funeral

Una vez sellado, el féretro permanece en la Basílica de San Pedro hasta este sábado 26 de abril, cuando se celebra la Misa funeral en la Plaza de San Pedro a las 10:00, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re. 

Tras la misa, el cuerpo será trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, donde Francisco será sepultado, cumpliendo su deseo de descansar junto al ícono de la Salus Populi Romani, por su devoción especial a la Virgen María.

Miles de dolientes

Según indicó la Oficina de Prensa del Vaticano, hombres, mujeres y niños de varios países formaron varias colas para despedirse del Sumo Pontífice, quien yacía en el ataúd con un rosario entre sus manos, un anillo de plata, la mitra blanca en su cabeza, vestido con una casulla roja y un palio con cruces bordadas en negro.

Fuente: Agencias

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