MOSCÚ.- Las fuerzas rusas informaron el jueves que han expulsado al ejército ucraniano de la principal ciudad de la región fronteriza de Kursk, poco después de la orden del presidente Vladimir Putin, quien, vestido con uniforme militar, instruyó a sus altos mandos a acelerar la derrota de las fuerzas ucranianas. Con esta operación, Rusia no solo refuerza su control en la zona, sino que también envía un mensaje claro a Estados Unidos: Moscú sigue siendo el actor dominante en el campo militar mientras se preparan para discutir un posible alto el fuego este jueves.
Pocas horas después de que Putin visitara a sus comandantes en Kursk, el Ministerio de Defensa ruso anunció que había retomado el control de Sudzha. Sin embargo, esta afirmación no pudo ser verificada de manera independiente. Las autoridades ucranianas no ofrecieron comentarios inmediatos al respecto.
Los avances de Rusia a lo largo del frente en 2024, sumados al intento del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de negociar un acuerdo de paz para poner fin a la guerra de tres años en Ucrania, han avivado los temores de que Kiev, pese al respaldo de Occidente, pueda verse en desventaja e incluso perder el conflicto.
Trump -cuyo enviado especial para Medio Oriente, Steve Witkoff, supuestamente aterrizó en Moscú el jueves para reunirse con Putin- declaró desde la Casa Blanca que espera que el Kremlin acepte la propuesta estadounidense de un alto el fuego de 30 días, una medida que cuenta con el respaldo de Ucrania.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, informó el jueves que los negociadores estadounidenses se dirigían a Rusia, pero evitó comentar sobre la postura de Moscú respecto a la propuesta de alto el fuego. “Antes de que comiencen las conversaciones, y aún no han comenzado, sería incorrecto hablar de ello en público”, declaró a los periodistas.
Por su parte, Putin dejó clara su prioridad militar. “Nuestra tarea en el futuro próximo, en el plazo más breve posible, es derrotar decisivamente al enemigo atrincherado en la región de Kursk”, afirmó el mandatario, un antiguo oficial del KGB que rara vez viste uniforme militar. Además, subrayó la necesidad de establecer una zona de seguridad a lo largo de la frontera estatal, sin hacer mención a la propuesta de alto el fuego.
La invasión rusa de Ucrania, iniciada a principios de 2022, ha dejado miles de muertos y heridos, ha desplazado a millones de personas, ha reducido ciudades a escombros y ha provocado el mayor enfrentamiento entre Moscú y Occidente en seis décadas.
En un intento por desviar la atención del ejército ruso del este de Ucrania, ganar ventaja en las negociaciones y humillar a Putin, Kiev lanzó en agosto una incursión en la región de Kursk, el mayor ataque sobre territorio ruso desde la invasión nazi de 1941. Sin embargo, el control ucraniano sobre la zona ha disminuido significativamente: actualmente mantiene una franja de menos de 200 kilómetros cuadrados, en contraste con los 1300 que llegó a dominar en el punto álgido de la incursión el verano boreal pasado, según datos del ejército ruso.
El martes, Estados Unidos acordó reanudar el suministro de armas y el intercambio de inteligencia con Ucrania, luego de que Kiev manifestara en conversaciones en Arabia Saudita su disposición a respaldar una propuesta de alto el fuego.
“Ahora depende de Rusia”, declaró Trump el miércoles, expresando su esperanza de que el “baño de sangre” de la guerra llegue a su fin. “Si logramos que Rusia se detenga, entonces tendremos un alto el fuego total. Y creo que nunca volveremos a la guerra”.
Fuentes rusas de alto nivel informaron a Reuters que Putin buscaría obtener garantías y seguridades antes de aceptar cualquier alto el fuego.
“A Moscú no le gusta una tregua temporal, le interesa una solución a largo plazo”, afirmó en una entrevista el veterano diplomático Yuri Ushakov, segundo en el equipo negociador del Kremlin, quien también expresó que un alto el fuego provisional “no es otra cosa que un respiro temporal para el ejército ucraniano, nada más”.
Añadió que el presidente ruso se expresará “probablemente de forma más específica y sustancial” este jueves sobre la propuesta de Washington.
Tras la propuesta de un cese inmediato de las hostilidades, Rusia presentó a Estados Unidos una lista de exigencias para un acuerdo que no solo ponga fin a la guerra contra Ucrania, sino que también restablezca las relaciones con Washington, según dos personas familiarizadas con el asunto.
En junio, Putin expuso sus condiciones para la paz: Ucrania debe renunciar oficialmente a sus aspiraciones de unirse a la OTAN y retirar sus tropas de las cuatro regiones ucranianas reclamadas por Moscú, que actualmente controla en su mayoría y que representan casi una quinta parte del territorio ucraniano.
Peskov no comentó la versión sobre las condiciones presentadas por Rusia a Estados Unidos para la paz, pero subrayó que Crimea y las cuatro regiones del este ucraniano, Kherson, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk, son “parte de la Federación Rusa” y figuran en su constitución.
El jefe del Estado Mayor ruso, Valeri Guerasimov, afirmó además que la estrategia de Ucrania de utilizar Kursk como moneda de cambio en futuras negociaciones con Moscú había fracasado y que su intento de desviar tropas rusas del frente oriental tampoco dio resultado. Según el alto mando, en los últimos cinco días las fuerzas rusas recuperaron 24 asentamientos y 259 kilómetros cuadrados de territorio, además de capturar a más de 400 soldados ucranianos.
Agencias AFP y Reuters
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