Casi cuarenta escuelas de los sectores público y privado de Rosario tuvieron que reducir o hasta suspender directamente el dictado de clases durante estos últimos días a raíz de las temperaturas extremas que azotaron a la región centro del país. Si bien el clima templado parece haber llegado para quedarse, la cuarta ola de calor que atravesó Rosario durante este verano tuvo uno de sus puntos más sensibles durante esta semana de clases y afectó a la comunidad educativa y por eso se buscó preservar a la población infantil por sobre todas las cosas.
Clases en plena ola de calor, una situación casi imposible
«Esta ola de calor es algo que padecimos todos y las escuelas no son ajenas. A pesar de eso, en la mayoría de las instituciones educativas pudimos seguir dando clases. En 18 establecimientos hubo reducción horaria o suspensión de clases», señaló delegada de la Regional VI del Ministerio de Educación provincial, Daiana Gallo Ambrosis.
En ese sentido, explicó que, «en algunas, por cuestiones ajenas a la institución educativa, ya sea por falta de agua o por cortes de energía; pero la realidad es que en línea general la infraestructura que venimos desarrollando ayudó».
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Los 120 agentes se dividieron en 22 escuelas que comenzaban las clases, focalizados especialmente en las zonas donde no terminaron los trabajos de arreglo de calles
Gallo Ambrosis también mencionó que «hay escuelas que tienen acondicionadores de aire, pero no los pueden encender porque aún no cuentan con la instalación eléctrica nueva», al tiempo que aseguró que «muchas han adquirido ventiladores» y a otras tantas se las asiste, a partir de la inversión realizada, a través del Fondo de Asistencia de Necesidades Inmediatas (Fani), una herramienta que el Ministerio de Educación puso a disposición de los establecimientos.
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«También hay que aclarar que hace mucho tiempo que las escuelas soportan una desinversión muy grande, por eso hoy podemos estar hablando de esta cantidad (18); la Regional VI tiene más de 1.200 escuelas y 800 edificios escolares«, aclaró a la hora de valorar el esfuerzo que viene realizando la gestión del actual gobierno provincial.
Escuelas públicas y privadas que suspendieron o redujeron jornada
En rigor, un total de 18 escuelas en toda la regional (incluye Rosario y alrededores) tuvieron dificultades para que sus alumnos y docentes pudieran desarrollar la jornada de forma normal a raíz de temperaturas que superaron los 37 grados y sensaciones térmicas de entre 44 y 46 grados.
Respecto al ámbito privado, de las 183 escuelas privadas relevadas por Sadop Rosario (el gremio que agrupa a los docentes particulares) durante la jornada del viernes, alrededor de 20 tuvieron que suspender o reducir su jornada por diferentes motivos vinculados al factor climático.
En ese marco, indicaron que «el 47% no posee suministro de agua suficiente para el funcionamiento; el 27% posee algunos aparatos de aire acondicionado y el 92% tiene al menos un ventilador en el aula. Sin embargo, en más del 50% de las instituciones se conjugan tres características: techos bajos y aulas pequeñas sin ventilación cruzada».
«No todas las escuelas tienen los mismos inconvenientes y hubo que analizar caso por caso, pero desde el gremio siempre queremos evitar algún inconveniente que pueda afectar la salud de alumnos y docentes. Incluso hasta las familias llamaban al gremio para saber qué hacer ante este panorama que generó la ola de calor. Por eso, reclamamos un poco de empatía y sensibilidad; y que las clases no se dicten uno o dos días por temperaturas extremas», planteó el titular del gremio, Martín Lucero.
Por su parte, desde el ámbito de Gestión Privada de la cartera educativa provincial señalaron de forma preliminar que las escuelas cerradas «fueron muy pocas» y que en su mayoría afectó a sectores vulnerables de la población.
Ola de calor extremo, una situación que excedió los límites
La situación que plantearon tanto gremio como funcionarios fue por demás de elocuente y desde la meteorología no hubo lugar a dudas.
El sistema de baja presión, humedad y temperaturas extremas transformaron el clima en un cóctel nocivo para la salud de la población y el sistema educativo no fue la excepción, haya o no infraestructura adecuada.
«Se trató de un escenario de una masa tropical que nos acompañó por espacio de diez días con inestabilidad, lluvias recurrentes, calor extremo y la cuarta ola de calor durante este verano que se va», precisó la especialista Vanessa Balchunas en declaraciones a La Capital para aclarar que en esta semana entrante las temperaturas descenderán y serán más amenas.
De esta manera, la tercera semana de clases en Rosario comenzará con condiciones meteorológicas favorables para poder desarrollar el dictado de clases con normalidad puesto que, si bien puede registrarse algún leve ascenso de temperatura, la ola de calor extremo quedará atrás para darle paso a los albores del otoño.