Leonardo Volpe / Especial para El Ciudadano
Rosario siempre se caracterizó por ser una ciudad cuna de grandes futbolistas, que brillaron (y lo siguen haciendo) en el fútbol argentino y por supuesto también a nivel mundial. No hace falta realizar una lista, que sería realmente muy extensa, para graficar dicha aseveración. Con tan solo mencionar a Lionel Messi y Ángel Di María, campeones mundiales en Qatar 2022, esto queda más que claro.
Pero éste fenómeno rosarino de nutrir de talento las canchas, empezó mucho antes. Incluso se podría decir que dio inicio desde los comienzos mismos del fútbol en nuestro país. Y sobre todo se afianzó cuando el mencionado deporte comenzó a ganar cada vez más adeptos y a volverse más popular. En ese momento fue cuando Rosario se volvió cuna de cracks. Entre las décadas del 10 y 20 del siglo XX empezaron a surgir notables jugadores nacidos en Rosario o ciudades cercanas que vislumbraron al público con su destreza para manejar la pelota.
Con citar a Gabino Sosa y Julio Libonatti brindamos un gran ejemplo de lo expuesto. Y la lista seguiría, abarcando extensas líneas de texto, pero para ampliar lo dicho solamente basta con nombrar a dos hermanos rosarinos, de ascendencia inglesa. Ellos fueron John Henry Hayes (siendo famoso como Harry Hayes) y Juan Ernesto (anotado como Ernest) Hayes, conocido por su diminutivo Ennis, de quien conoceremos su historia.
Ambos eran hijos de los inmigrantes ingleses Richard Hayes y Mary Cooper. Sus progenitores se habían afincado en 1870 en Argentina, más precisamente en la colonia Fray Muerto, la actual Bell Ville, situada en la provincia de Córdoba.
Poco tiempo después se mudaron a Rosario, debido a que su padre Richard entró a trabajar en la empresa británica Central Argentine Railway (Ferrocarril Central Argentino), según contó el historiador Germán Alarcón. Allí figura en algunos registros como engine driver, que podría traducirse al español como conductor, por lo que suponemos que fue maquinista.
Ennis era menor que Harry (nacido en Rosario, pero el 20 de enero de 1891). Al igual que su padre, Harry y Ennis también trabajaron en el Ferrocarril Central Argentino, donde fueron compañeros. Y los dos tuvieron una sobresaliente labor como jugadores de fútbol. Harry Hayes es hasta la fecha el máximo goleador en la historia de Central (contando toda la historia completa, es decir amateurismo y profesionalismo) y su hermano Ennis lo sigue en la lista.
Ernesto Hayes se destacó jugando tanto como insider izquierdo (su puesto habitual) y también se desempeñó por en la misma posición pero por el lado derecho, ya que podía jugar por los dos sectores de la línea ofensiva, compuesta por aquellos años por cinco integrantes.
Además de ser eficaz como goleador, otra de las notables cualidades que supo tener Ennis fue su capacidad para gambetear. Sus amagues hacían enloquecer a sus rivales, que en varias ocasiones quedaban desorientados.
Pero su despampanante habilidad con el balón, no solo lo llevó a convertir goles espectaculares por la destreza personal desplegada en las jugadas, sino a tener algunos conflictos con sus contrincantes. Esto debido a su comportamiento indisciplinado y su tendencia quizás burlona, que más de una vez lo llevó a tener serios inconvenientes.
Sus debut en primera
Su estreno en la máxima categoría se produjo el 10 de octubre de 1912. Esa tarde jugando para Rosario Central enfrentó a Newell’s. El partido fue válido por los cuartos de final de la Copa de Honor, organizada por la Argentine Football Association (antecesora de la actual AFA).
Fue un solo encuentro por eliminación directa en el cual se impuso el conjunto rojinegro en el tiempo suplementario por 5 a 3. Tras haber empatado 2 a 2 en los 90’ reglamentarios en la prórroga Newell’s logró sellar su clasificación. El triunfo lo obtuvo gracias a una brillante actuación de Manuel Paulino González, que anotó los cinco tantos de su equipo. El compromiso se llevó a cabo en la cancha que Central tenía por aquél entonces en inmediaciones de la Quinta Sanguinetti, ubicada en cercanías del Cruce Alberdi.
Títulos logrados
Luego en 1913 Ennis pasó a las filas de Embarcaderos Córdoba y Rosario (después Nacional y hoy Argentino). Con el equipo salaíto participó del campeonato del círculo superior de la Federación Rosarina de Football. De todas maneras antes de la culminación del torneo regresó al elenco auriazul, donde se coronó campeón del certamen auspiciado por la mencionada entidad. Cabe aclarar que ese año el fútbol rosarino se encontraba dividido, ya que por un lado estaba la oficial Liga Rosarina de Football y por el otro la disidente Federación.
Tras retornar a Rosario Central, en septiembre de 1913 se adjudicó la Copa Competencia La Nación. Es importante indicar que tuvo ese nombre debido a que dicho diario donó el trofeo en juego. El certamen también fue denominado Concurso por Eliminación y su ente organizador fue la Federación Argentina de Football.
Para ser más precisos, la mencionada institución fue una liga disidente a la oficial Asociación Argentina de Football, que existió entre 1912 y 1914. Durante esos años en Buenos Aires el fútbol argentino estuvo dividido. Por su parte, Central intervino de la Copa Competencia La Nación, porque estaba afiliado a la Federación Rosarina de Football, asociada a su vez a la liga disidente porteña.
En Rosario, la Federación solo organizó un certamen en 1913 y prontamente se disolvió, por lo que rápidamente se volvió a unificar la organización del fútbol en la ciudad cuna de la bandera.
En 1914 con el fútbol rosarino ya unificado el conjunto auriazul ganó la Copa Vila. A partir de allí consiguió una seguidilla de títulos en la Liga Rosarina de Football, tras obtener también las ediciones de 1915, 1916 y 1917.
Después en 1918 el campeón fue Newell’s Old Boys y Central volvió a repetir el título en 1919. Cabe destacar que Ennis Hayes estuvo presente en todas las conquistas, siendo protagonistas de las mismas.
Posteriormente en 1923 Ennis Hayes fue el goleador del Campeonato Nicasio Vila, que se adjudicó Central. Logró veintisiete victorias en veintiocho cotejos disputados. Únicamente no venció a Newell’s, con quien igualó 1 a 1. Al año siguiente se desempeñó en Gimnasia y Esgrima de Santa Fe. Y en 1925 regresó a Rosario para jugar en Tiro Federal, donde fue campeón de la Copa Vila de la Liga Rosarina ese año y en 1926.
También es importante señalar que a nivel nacional Ennis Hayes estuvo presente en las consagraciones del elenco auriazul en la Copa Ibarguren de 1915, la Copa Competencia Jockey Club y la Copa de Honor Municipalidad de Buenos Aires de 1916.
Y luego en la disidente Copa Competencia de la Asociación Amateurs de 1920. Ese año el fútbol rosarino estuvo dividido una vez más (en Rosario se organizó en paralelo a la oficial Copa Vila, el certamen de la Asociación Amateurs Liga Rosario, que obtuvo Central en 1920 y 1921.
Su participación en la selección Argentina
Ennis Hayes fue convocado para vestir la casaca del seleccionado argentino, donde entre los años 1915 y 1919 jugó once partidos y señaló cuatro tantos. Participó en los Campeonatos Sudamericanos de 1916 y 1917, disputados en Buenos Aires y Montevideo respectivamente. Donde en ambas ocasiones el vencedor fue Uruguay.
También un dato de color que es digno de ser remarcado es que Ennis Hayes fue el primer futbolista mencionado en la revista El Gráfico, que en un principio dedicaba sus notas a interés general. Allí se publicaron en 1919 unas breves líneas de la victoria que consiguió el 18 de julio de ese año Uruguay sobre Argentina por 4 a 1 (fueron citados en le revista como uruguayos y argentinos) por el Premio de Honor del Ministerio de Instrucción Pública de Uruguay.
Fue en esa publicación donde se recalcó que el tanto del elenco argentino lo señaló E. Hayes, siendo el único jugador de ambos seleccionados que fue nombrado. Después se citaron en el epígrafe de la foto del combinado argentino los nombres de los once integrantes del elenco albiceleste. Además de Ennis, jugaron ese día su hermano Harry y Juan Francia, futbolista en ese momento de Newell’s.
Sus polémicas actuaciones
Ennis también fue bastante conflictivo, tan es así que el 23 de diciembre de 1917 en un encuentro frente a Racing Club correspondiente a las semifinales de la Copa de Honor Municipalidad de Buenos Aires, en la cancha de Independiente le propinó un golpe de puño al árbitro José Vacarezza.
El puñetazo se lo aplicó luego de que el juez sancionó un penal a favor del elenco albiceleste. Esa agresión le valió una inhabilitación perpetua, que posteriormente fue revocada, por lo tanto pudo volver a jugar.
Cuentan que poseía una gran destreza y habilidad con la pelota, siendo capaz de eludir a varios rivales. En un partido de la Copa Vila de 1919, donde Central se midió ante Gimnasia y Esgrima de Rosario, luego de pasar a algunos oponentes y llegar hasta el arco contrario, se sentó por unos segundos en la pelota. Instantes después cuando se acercó un rival, Ennis recién convirtió el quinto tanto. Ese acto picaresco y burlón hizo enfadar a los jugadores del equipo Mens Sana, por lo que se generó una trifulca. Incluso su padre, que estaba en la tribuna se enojó y le gritó “hacer el gol sí, pero burlarse del rival, no”. Esa no fue la única vez que cargó y provocó al contrincante.
Volvió a repetir un episodio similar en 1920 en un choque frente a Belgrano de Rosario, en la cancha que Central tenía en ese momento en cercanías de la Parada Castellanos. Esa tarde dos minutos después que su hermano Harry señalara un gol, Ennis gambeteó a Juan Beltramo y en lugar de definir rematando al arco, tal cual lo había hecho ante Gimnasia se volvió a sentar encima de la pelota. La reacción de sus oponentes no se hizo esperar.
Ante la situación, el experimentado zaguero del conjunto celeste, a quien había gambeteado segundos antes se enfureció y le tiró una patada. Ennis fue hábil hasta para eso y logró eludirla. La cosa no quedó ahí y nuevamente se armó una pelea entre los jugadores de ambos elencos, ya que los futbolistas de Belgrano tomaron como una burla el gesto de Ennis Hayes.
El escándalo obligó al árbitro a suspender el encuentro. Pero no todas sus jugadas fueron para burlarse de sus oponentes, sino que realizó otras en las que deslumbró sin escándalos, solamente por su gran capacidad para manejar el esférico.
Regreso a Central y retiro en un clásico
En 1927 Ennis Hayes volvió a Rosario Central, pero jugó solamente un encuentro en ese certamen de Primera División de la Liga Rosarina, que luego terminó adjudicándose el equipo auriazul.
Su única presencia fue precisamente en el clásico frente a Newell’s Old Boys efectuado el domingo 17 de abril en el estadio del Parque de la Independencia, en la fecha inicial del campeonato.
Ese día el elenco canalla salió al campo de juego con Octavio Díaz; Francisco De Cicco y Florencio Sarasíbar; Serapio Mujica, José Fioroni y Félix Sarasíbar; Armando Bertey, Arturo Podestá, Ennis Hayes, Luis Indaco y Esteban Indaco.
Mientras que la Lepra alineó a Enrique Vogler; Ángel Rizzi y Florindo Bearzotti; Alfredo Chabrolín, Carlos Vila y Miguel Castagno; Agustín Peruch, Humberto Libonatti, Juan Francia, Vicente Aguirre y Manuel Morosano.
En un cotejo, que tuvo dos expulsados (Luis Indaco en R. Central y Alfredo Chabrolín en Newell’s), se impuso el conjunto auriazul por 1 a 0 con un gol conquistado por Arturo Podestá. De la siguiente manera esa tarde Ennis Hayes jugó, justamente frente al cuadro rojinegro, ante quien había disputado su primer encuentro en 1912.
En la edición número 2 de la revista digital Historia Fútbol Club elaboramos un informe sobre su trayectoria.