Dos jóvenes recibieron una feroz golpiza por parte de un grupo de taxistas platenses luego de que, sin ningún motivo aparente, rompieran la luneta de una de las unidades y huyeran del lugar en la capital de la provincia de Buenos Aires.
Según las primeras versiones, el hecho comenzó el viernes a la mañana en cruce de 7 y 51 en La Plata, donde los jóvenes rompieron el vidrio trasero de un taxi y se dieron a la fuga del lugar. Sin embargo, tanto el conductor de la unidad afectada, como sus compañeros comenzaron a perseguir a los atacantes.
Finalmente, los jóvenes fueron interceptados en la diagonal 80 y 49 cuando quisieron refugiarse dentro del baño de una estación de servicio que hay en la zona. Pero no lograron su objetivo porque fueron alcanzados por los trabajadores del transporte que los redujeron y comenzaron a golpear.
“Pedazo de gil, me rompiste el auto, la c… de tu madre”, es escucha decir al taxista que graba las imágenes mientras patea a un joven que está tendido en el piso boca abajo, que trata de protegerse la cabeza y que grita en medio del ataque.
Luego se dirige al otro joven que también está tendido en el suelo, boca abajo y con las manos atrás. “Hijo de p… Los dos. La c… de tu madre. Los voy a matar. Los voy a matar, van a ver”, le grita el taxista mientras lo patea y lo pisa.
Luego aparece en escena otro de los conductores de taxi que les pide que miren para abajo y que no se muevan. En tanto, el dueño del auto afectado vuelve sobre el primero de los jóvenes que se retuerce de dolor en el piso y pide clemencia. “Manga de giles, manga de giles. Qué ‘¿ya está?’. Qué, ‘¿ya está?’. Pedazo de gil, me rompiste el auto”, grita el taxista que patea en el rostro al joven que tiene ensangrentada la nariz.
Al llegar, los efectivos de la Policía bonaerense detuvieron a los dos jóvenes que estaban en el piso y que tienen 18 y 25 años. A raíz de las heridas, los dos debieron ser traslados Hospital Interzonal General de Agudos, profesor Rodolfo Rossi, donde fueron atendidos.
Luego, fueron trasladados a la comisaría 1ª, donde quedaron alojados a la espera de una decisión judicial a raíz de los daños ocasionados al taxi.
La ira de un médico se convirtió en violencia ayer cuando notó que no podía salir del estacionamiento del Hospital Misericordia, en la ciudad de Córdoba, porque otro vehículo le bloqueaba el paso. El hombre, desesperado por irse a primera hora de la mañana tras su jornada laboral, destruyó a piedrazos el vehículo de una enfermera que le imposibilitaba salir. La dueña del auto mal estacionado vio el ataque e intentó dialogar con el agresor, aunque sin éxito: se negó a pasarle sus datos personales.
El violento hecho ocurrió pasadas las 6 de la mañana. El médico terminó de trabajar y, exhausto, se dirigió hacia su auto. Al llegar, notó que no podía retirarse. Indignado, tomó una piedra grande que encontró en las inmediaciones, y destruyó el auto que le bloqueaba el paso, reportaron los medios locales Cadena 3 y El Doce TV. Durante el ataque rompió los vidrios de las dos puertas delanteras, y dejó la piedra en el piso del asiento del acompañante.
El médico movió el auto a un costado, pero cuando iba a retirarse, apareció la dueña del vehículo destruido, quien resultó ser una enfermera que también trabajaba en el hospital. Ahí, se produjo una tensa conversación, donde él admitió que fue quien destruyó el auto, pero la responsabilizó por haber dejado el vehículo en un lugar erróneo y se negó a pasarle sus datos personales.
La enfermera dialogó con El Doce TV y explicó que su auto se encontraba allí debido a la inseguridad de la zona: “Tenemos un estacionamiento chiquito. Que no tiene luces ni nada. Antes teníamos uno bien y lo inhabilitaron. Yo llegué con mi auto y lo estacioné adentro porque no tengo forma de dejarlo afuera. Es una zona muy roja y sabemos que roban siempre. Tampoco puedo ir en colectivo porque trabajo de noche”.
La mujer agregó que, al dejar el auto, le pidió al personal del estacionamiento que le avisara si era necesario moverlo para no molestar a otros conductores. “A las 6.30 estaba cerrando la guardia y veo que me mandaron un mensaje a las 6.18 para moverlo. Ahí mi supervisora me dice que el médico amenazaba con romper mi auto”, relató, y agregó: “Le pedí los datos para el seguro. Me dijo que no, me insultó y dijo que era culpa mía. Le gritó a otras dos mujeres y se fue casi chocando a una compañera”.
Por ahora, la situación permanece igual: la mujer, con su auto destrozado, y sin los datos correspondientes para hacer el reclamo al seguro del atacante. Este problema, además, parece englobarse en una cuestión sindical todavía mayor. Es que el delegado gremial de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) dialogó con ambos medios y aseguró que el problema inicial radica en modificaciones que se realizaron en relación con los estacionamientos a los que pueden acceder los trabajadores.
“La culpa la tiene la misma dirección del hospital, que nos sacó de un estacionamiento que teníamos con resguardo de guardia y luz para dejar los coches. Sabemos que esa zona es muy peligrosa, tenemos muchos asaltos en la noche”, detalló, y condenó la reacción del médico: “En vez de estar cuidándonos entre nosotros, el agresor tomó acciones totalmente fuera de lugar”.
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