Inversiones en tiempos de crisis: las grandes apuestas de la City para eludir el riesgo argentino

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En la City porteña, la palabra incertidumbre se convirtió en moneda corriente. El vaivén del dólar, las tensiones políticas y la fragilidad de la economía local hicieron que muchos inversores buscaran cobertura en instrumentos dolarizados. Entre ellos, los CEDEAR —los certificados que permiten invertir desde la Argentina en acciones y ETFs que cotizan en el exterior— volvieron a ocupar un rol central.

En este terreno, una de las mesas más activas del mercado, la de Invertir en Bolsa (IEB), decidió redoblar la apuesta y reconfigurar su portafolio de CEDEAR justo después de la decisión de la Reserva Federal (Fed) de bajar la tasa de interés 25 puntos básicos.

La incertidumbre sobre el futuro de la tasa de Estados Unidos, a partir de este último movimiento, implicó un recorte en la exposición al S&P 500 y la salida de gigantes de consumo como Walmart y Coca-Cola, para abrir paso a sectores considerados más defensivos y, al mismo tiempo, a herramientas de cobertura frente a posibles sobresaltos.

El telón de fondo: inflación y tasas

La decisión de IEB no surge de un capricho. En los últimos meses, los datos de la economía estadounidense dejaron señales mixtas. Por un lado, la inflación subyacente avanzó 0,3% en agosto, mientras que el índice general trepó 0,4%, el mayor incremento desde principios del año. El alza se explica, en buena medida, por los aranceles impulsados por la administración de Donald Trump y por el aumento en los precios de la vivienda.

Ese combo llevó al consenso de mercado a anticipar un recorte de 25 puntos básicos en la tasa de referencia de la Fed, algo que finalmente se convirtió en el eje de las expectativas para septiembre. El problema es que la resistencia de la inflación podría condicionar la magnitud y la velocidad de esos recortes en el futuro.

En paralelo, el mercado laboral norteamericano empezó a mostrar señales de debilidad. Una foto que, combinada con la tensión política y comercial, dibuja un panorama menos robusto de lo que muestran los índices bursátiles en sus máximos históricos.

El diagnóstico de IEB es simple: «Si bien el S&P 500 viene de semanas en alza, persisten focos de vulnerabilidad como la excesiva concentración en tecnológicas, valuaciones elevadas, el frente político y comercial ligado a los aranceles, el aumento de la deuda y la fragilidad laboral».

La rotación, clave en la nueva estrategia de la City

Frente a este escenario, la mesa de CEDEARs de IEB decidió rotar su cartera. La movida incluyó un recorte del 5% en el ETF SPDR S&P 500 (SPY), un clásico entre quienes buscan replicar el desempeño del índice más importante de Wall Street. También quedó afuera Walmart (WMT) y se eliminó la posición en The Coca-Cola Company (KO), dos pesos pesados del consumo que hasta hace poco parecían intocables.

¿La razón? La entidad considera que esos sectores están caros en términos de valuación y no ofrecen la protección necesaria ante un eventual cambio de ciclo.

En reemplazo, incorporaron dos nuevas fichas:

1. Health Care Select Sector SPDR (XLV), el ETF que reúne a las grandes compañías del sector salud.

2. ProShares Short S&P 500 (SH), un ETF diseñado para ganar cuando el S&P 500 cae, que funciona como cobertura o «hedge» ante una corrección del mercado.S

Salud como el caballito de batalla para inversores

La apuesta por el sector salud no es casual. Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, la industria sufrió un duro golpe, en donde, se recortaron subsidios, se nombró a un secretario de salud con posturas polémicas sobre las vacunas y se amenazó con imponer aranceles a grandes farmacéuticas.

El resultado fue un rezago notorio en las valuaciones de las principales compañías del sector, lo que abrió una ventana de oportunidad. Hoy, el XLV luce barato en comparación con otras industrias, pero al mismo tiempo mantiene el carácter defensivo que históricamente ofreció en tiempos de volatilidad.

En palabras del equipo de research de IEB, «es un vehículo con alto potencial de crecimiento y defensividad ante un incremento de la incertidumbre, especialmente si resurgen las expectativas de inflación tras los recortes de tasas».

El otro movimiento llamativo fue la inclusión del ProShares Short S&P 500 (SH). Se trata de un instrumento que opera como un seguro contra la baja del mercado: si el S&P 500 corrige, este ETF sube.

La justificación es clara. IEB considera que, en caso de que la corrección llegue tras la reunión de la Fed, podría darse de manera «precipitada», es decir, rápida y violenta.

En ese escenario, tener cobertura resulta clave para proteger el portafolio y, de ser posible, sacar provecho de la turbulencia.

CEDEAR: la cartera completa

En número concretos, el 20% del portafolio está en el SPY, el ETF que replica al S&P 500, como referencia o benchmark. Pero el corazón de la jugada está en el 25% de posiciones defensivas, con fuerte presencia del sector salud a través del XLV (12%), el hedge contra caídas del S&P 500 vía SH (7%), y una apuesta al oro con el GLD (6%), clásico refugio en tiempos de turbulencia.

Del otro lado aparece el bloque agresivo, que representa el 33% de la cartera. Allí conviven Google (10%), el sector consumo discrecional vía XLY (10%), la fintech brasileña Nubank (7%) y Uber (6%), una mezcla de innovación tecnológica y consumo global que busca capturar crecimiento.

Finalmente, un 22% de la cartera está en posiciones tácticas, con el emergente EEM (12%), el ETF de bitcoin IBIT (5%) y la energética Vista (5%), reflejo de un enfoque oportunista para aprovechar tendencias puntuales de los mercados globales y regionales.

La pulseada cambiaria

El telón local también influye. La City porteña transita semanas marcadas por la tensión cambiaria. El BCRA se vio forzado a intervenir para evitar que el dólar mayorista perforara el techo de la banda cambiaria. El riesgo país volvió a dispararse, llegando a superar incluso los 1.500 puntos básicos, y los bonos en dólares no encuentran piso.

En este marco, los CEDEARs ofrecen ese atractivo adicional al permitir dolarizarse de forma indirecta y, al mismo tiempo, acceder a compañías internacionales. No dependen del humor del Tesoro argentino ni de la capacidad de pago del Gobierno.

Por eso, cada movimiento de las mesas que operan estos instrumentos es seguido de cerca por los inversores locales, que buscan señales de hacia dónde puede moverse el flujo de capitales en las próximas semanas.

Una City fragmentada por el dólar

IEB no es la única mesa que reacomodó posiciones. En paralelo, otras firmas vienen recomendando CEDEARs de tecnológicas de gran capitalización, así como papeles vinculados a energía y commodities, en la medida en que ofrecen exposición a sectores estratégicos frente a la incertidumbre global.

Sin embargo, la decisión de apostar por el XLV y cubrirse con el SH marcó un diferencial. Mientras algunos prefieren seguir «corriendo detrás de la tendencia» y aprovechar la fuerza de las big tech, IEB se inclinó por un enfoque más defensivo.

¿Qué significa para el inversor argentino?

Para un ahorrista argentino, seguir estas jugadas puede tener varias lecturas:

• Diversificación real: incorporar CEDEARs defensivos como el XLV puede balancear carteras dominadas por activos locales volátiles.

• Cobertura cambiaria: ante la tensión en el dólar, tener posiciones dolarizadas ofrece resguardo.

• Protección ante shocks externos: con el SH, se puede mitigar el impacto de una corrección global.

Claro que, como advierte el propio informe de IEB, todo depende de la tolerancia al riesgo y del horizonte de inversión de cada perfil.

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