Gustavo Bruzone, un martillero público de 61 años, estuvo prófugo casi tres años. Tenía una orden de captura desde el 25 de agosto de 2022 por su presunta vinculación con una organización criminal que intentó traficar 1658 kilos de cocaína, cargamento valuado en 65 millones de dólares. Cuando fue detenido en Haedo, en Morón, por detectives de la Policía Federal Argentina (PFA), la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, lo definió como “uno de los diez narcos más buscados”. Pero él, hasta que quiso renovar el pasaporte, hacía una vida normal: tuiteaba todos los días y, en redes sociales, publicitaba los remates que realizaba, muchos vinculados con la oferta de mobiliario gastronómico, típico de los locales que cierran.
En las últimas horas, Bruzone o Bruzzone (en el expediente judicial está escrito de las dos maneras) fue procesado con prisión preventiva al ser considerado “partícipe secundario de los delitos de tráfico ilícito de sustancias estupefacientes en sus modalidades de almacenamiento y tenencia con fines de comercialización, agravado por el número de personas intervinientes en concurso ideal con el delito de contrabando de estupefacientes, en grado de tentativa”.
Además, al firmar la resolución, el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, trabó un embargo sobre los bienes de Bruzone hasta cubrir la suma de 960 millones de pesos.
Pocas horas antes de ser detenido, el 1° de este mes, en su cuenta de X (antes Twitter) Bruzone escribió: “Memoria. No se olviden de que Cristina (hoy presa) y Daniel Scioli, actual funcionario de este gobierno, estuvieron a favor de la estatización de YPF”. Era una obvia referencia al fallo de la jueza neoyorquina Loretta Preska que ordenaba entregar el 51% de las acciones de la petrolera para que cobren los acreedores.
Después fue atrapado cuando manejaba un Peugeot 208 por Haedo. Él mismo había llamado por teléfono al Juzgado Federal de Campana para consultar el estado de la causa, en tanto había recibido una cédula emitida por el Departamento de Análisis de Antecedentes de Pasaportes en la que se le requería, en virtud de la solicitud de pasaporte efectuada, que presentara un oficio judicial en el que expusiera que no existía impedimento legal.
“En virtud de ello, y encontrándose vigente la orden de detención respecto de Bruzzone o Bruzone, dispuesta el 25 de agosto de 2022, se encomendó de forma urgente a la Dirección General de Operaciones Antidrogas Hidrovías del Paraná de la PFA, la realización de tareas de investigación a fin de dar con el nombrado y hacer efectiva la medida dispuesta. Así las cosas, Bruzzone o Bruzone fue habido por personal policial que efectivizó su detención”, explicó el juez González Charvay en la citada resolución.
Un día después, el martillero fue indagado por el magistrado. “Tengo la conciencia muy tranquila. Soy una persona de bien. Mi familia es de bien. Yo soy martillero y corredor público hace 45 años. Dentro de mi carrera hay dos caminos como martillero de remates. O vas por la izquierda y tenés tres pisos en Puerto Madero. O vas por la derecha y tenés un Peugeot que los estás pagando. Yo no tengo ni un departamento en Puerto Madero, ni en Pinamar. Siempre laburé, cuidé a mi familia, nunca me metí en nada raro. Si hay un delito que cometí, fue haber sido amigo del Tano Sofía. Pero nunca participe de nada. Lo único que pido es volver a cuidar a mi ‘vieja’“, afirmó en su declaración indagatoria el sospechoso, según se desprende del expediente judicial, al que tuvo acceso LA NACION.
El Tano Sofía, al que hizo referencia Bruzone, es José Sofía. Sindicado como uno de los capos narco del intento de tráfico de los 1658 kilos de cocaína, investigación conocida como“Operación Rosario-Dubái”. Fue condenado a 11 años de cárcel. Otro de los líderes de la organización criminal, Gabriel Nicolau, recibió una pena de 12 años de cárcel en ese caso.
Bruzone, mientras estuvo prófugo, tuvo una intensa actividad en redes sociales y, sobre todo, laboral. En febrero 2024 fue entrevistado en radio por el periodista Eduardo Feinmann para hablar de la crisis de los comercios, sobre todo de los locales gastronómicos.
Es más, fue un fervoroso tuitero que apoyó a Bullrich como candidata a presidenta de la Nación, con la cual llegó a sacarse una foto. Y cuando la actual ministra quedó fuera del balotaje, al que sí llegaron Javier Milei y Sergio Massa, Bruzone escribió en X: “Te volvería a votar una y mil veces más Patricia. Gracias!!! Diste todo lo que había que dar!!! #Gracias Pato”.
En una ampliación de su declaración indagatoria, Bruzone se negó a declarar. Su abogada, Agata Follmer, presentó un escrito donde pidió el sobreseimiento.
Entre otras cuestiones, la Follmer explicó que su defendido “no tuvo conocimiento alguno sobre la existencia de un plan delictivo ni intervino voluntariamente en maniobra ilícita alguna” y sostuvo que “su participación se circunscribió a una colaboración puntual derivada de una propuesta formulada por José Sofía -a quien consideraba su amigo- para simular ser un empresario vinculado al comercio del maíz, en el marco de lo que le fue presentado como un trámite de exportación absolutamente legal”.
Pero para el juez González Charvay “se ha recreado un cuadro probatorio tal que habilita a tener por acreditada la materialidad del hecho investigado, como así también que Gustavo Bruzzone o Bruzone ha participado en el mismo”.
Al dictar el procesamiento, el magistrado explicó: “Sin perjuicio de que aún se encuentra una medida de prueba en curso, ello es, la investigación de la información que surja del teléfono celular secuestrado al llevarse a cabo la detención de Bruzzone o Bruzone, y que, eventualmente, podrían realizarse otras diligencias tendientes a esclarecer la vinculación de restantes personas en los hechos aquí investigados, debo indicar que la cantidad y entidad de las pruebas resultan contundentes para dar por acreditada, con el grado de provisionalidad que esta etapa requiere, la materialidad del hecho y la responsabilidad del encausado en el hecho ilícito que se le atribuye».