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Salvador Allende, una figura emblemática de la política chilena y mundial, nació el 26 de junio de 1908 en Valparaíso, Chile.
Proveniente de una familia de clase media, Allende estudió medicina en la Universidad de Chile, donde comenzó su activismo político. Desde joven, mostró interés por las ideas socialistas y se unió al Partido Socialista de Chile en 1933, un año después de su fundación.
Su carrera política despegó rápidamente, y en 1937 fue elegido diputado por Valparaíso. Allende se destacó por su compromiso con las causas sociales y su habilidad para conectar con las masas. En 1970, tras varios intentos fallidos, fue elegido presidente de Chile. Su gobierno fue conocido como la Unidad Popular (UP).
El gobierno de Allende enfrentó una feroz oposición tanto interna como externa. Internamente, la coalición de la UP estaba compuesta por diversas facciones, desde el Partido Comunista hasta sectores más radicales del Partido Socialista, lo que generó tensiones en la implementación de políticas. Externamente, la administración de Richard Nixon en Estados Unidos veía con recelo el avance del socialismo en Chile y apoyó activamente a la oposición.
El gobierno de la Unidad Popular intentó implementar un programa de reformas profundas dentro de los marcos del capitalismo, buscando una transición pacífica al socialismo. Entre sus principales medidas estuvieron la nacionalización de la minería del cobre y la banca; la reforma agraria; reformas sanitarias, educativas y sociales; se establecieron aumentos de salarios y beneficios sociales y la distribución de medio litro de leche diario para cada niño, lo que le otorgó una inmensa popularidad.
Sin embargo, en la esta estrategia de transición pacífica al socialismo de Allende no había medidas a la altura de enfrentar la previsible reacción violenta de la burguesía y el imperialismo contra estas políticas. La UP, compuesta por el Partido Socialista y el Partido Comunista, entre otros, promovía una alianza con sectores de la burguesía nacional, lo que limitó su capacidad para movilizar a las masas hacia una ruptura más radical con el sistema capitalista.
A pesar de la creciente polarización política y social, el gobierno de Allende no preparó adecuadamente a las masas para enfrentar el golpe militar que se anunciaba contra su gobierno. Se negó a armar a los trabajadores, quienes reclamaban abiertamente los medios para defenderse. Esta falta de preparación dejó a la clase obrera desorientada y desmovilizada, incapaz de resistir efectivamente el golpe.
La UP y Allende confiaron en la solidez de las instituciones democráticas burguesas y en el profesionalismo de las Fuerzas Armadas, lo que resultó ser un error fatal. A pesar de las advertencias de un golpe inminente, se mantuvo la fe en acuerdos con partidos burgueses y en el respeto a la constitución, lo que encerró el proceso de cambio social en un corsé que no pudo contener la reacción golpista.
El golpe fue financiado y apoyado por la CIA y el gobierno de Estados Unidos, que veían en el avance del socialismo en Chile una amenaza a sus intereses en la región. Además, la burguesía chilena, temerosa del empuje de las masas, aceleró los preparativos golpistas con el apoyo de empresas imperialistas y el sabotaje económico.
Aunque existieron formas embrionarias de poder dual, como los Cordones Industriales, que mostraban la capacidad de autoorganización de las masas, no hubo una dirección revolucionaria que unificara y orientara a los trabajadores hacia la toma del poder. La falta de una estrategia insurreccional y de un partido revolucionario capaz de impulsar esta resolución fue un factor determinante en la derrota.
En resumen, desde una perspectiva marxista, la derrota del proceso chileno en 1973 se debió a la combinación de una estrategia reformista, la falta de preparación y armamento para la clase trabajadora, la confianza en las instituciones del estado burgués, la intervención del imperialismo y la burguesía, y la ausencia de una dirección revolucionaria coherente.
Estos factores permitieron que el golpe de Pinochet se consolidara, resultando en una dictadura que implementó políticas neoliberales y reprimió brutalmente a la clase trabajadora
El 11 de septiembre de 1973 un golpe de estado liderado por el general Augusto Pinochet derrocó al gobierno de Allende. Este evento marcó el inicio de una dictadura militar que duraría hasta 1990. Allende murió durante el asalto al Palacio de La Moneda, en circunstancias que aún son objeto de debate.
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