Los dos primeros días del nuevo régimen cambiario cerraron con el dólar oficial a $ 1.230, lo que implicó una suba del 10%. La gran incógnita es el traslado a precios. Algunos empresarios remarcaron precios o prevén hacerlo, sobre todo debido al impacto que tiene la suba del tipo de cambio oficial en los costos energéticos. Otros no lo hicieron en estos días, por el “priceo” que ya hubo en marzo y se manifestó en el IPC del 3,7% para el tercer mes del año, con alimentos y bebidas en el orden del 5,9%. Los economistas esperan que la inflación pueda rondar en estos niveles o incluso superar el 4% en los próximos meses. El Gobierno se muestra optimista con un dato perforando el 1% a mitad de año.
«Y si algún hijo de p… te empieza a subir precios con el dólar hoy, que subió 12%, te clava precio a $1.200, después no te lo bajan más», le dijo el periodista Alejandro Fantino al presidente Javier Milei, a lo que el mandatario respondió: «Aprenderán del principio de imputación de Menger a la fuerza. Se van a meter los productos en el o…«, expresó y agregó que “el principio de Menger dice que los precios determinan los costos, y no los costos los que determinan los precios».
En ese sentido, el laboratorio CDV, especializado en elaboración de vacunas, expresó: “Consideramos no realizar ajustes de precios, especialmente después de haber atravesado períodos de gran volatilidad e incertidumbre cambiaria. Es fundamental que todos los sectores actuemos con responsabilidad y coherencia”.
“Aún no lo hemos verificado, pero algo de aumento va haber porque algunos tienen componentes importados, como el mineral de hierro, que puede representar un 15% en la estructura de costos. Por lo que un alza del 10%, como hubo al cierre del lunes, en el tipo de cambio implicaría un 1,5% en el costo total”, comentó a PERFIL el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), Gustavo Weiss.
“En algunos sectores donde la producción interviene lo que es energía intensiva, sin ninguna duda que va a haber remarcación. Esta remarcación tiene que ver con que esta devaluación del 10% se va directamente a precio porque los costos energéticos los tenemos dolarizados, y al estar dolarizados cualquier devaluación significa un aumento en los precios”, dijo en diálogo con PERFIL el presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato.
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Un empresario del rubro alimenticio comentó a este medio que hay que monitorear el precio del tipo de cambio. “Hoy las contribuciones marginales de los productos te están pidiendo un aumento. Nosotros lo que vamos a instrumentar seguramente sean algunos puntos adicionales a los aumentos que tenemos programados por los ajustes que está teniendo la economía”, remarcó la misma fuente en off the record, al referirse que las subas complementarias son debido a las paritarias del sector y a la suba de las tasas de interés. “Hay que ir siguiendo de cerca cuál es el precio objetivo de venta. El mercado tampoco está con una apetencia de poder recibir cualquier ajuste, porque los volúmenes se caen muy rápido”, agregó el mismo ejecutivo.
“Con respecto al pass-through, es muy difícil de decir por qué de vuelta va a depender de dónde va el tipo de cambio. Lo mismo con las tarifas. A nosotros no nos sorprendería que en dos meses el dólar valiera $1.000. Entonces, la verdad que es muy difícil de poder contestar eso porque va a depender realmente de la situación del dólar”, expresó el ministro de Economía, Luis Caputo en el anuncio del nuevo esquema cambiario.
En tanto, Leo Anzalone, economista y director del Centro de Estudios Políticos y Económicos (Cepec), sostuvo: “El nuevo régimen cambiario, con mayor flexibilidad y la reciente corrección del tipo de cambio oficial va a tener un impacto en precios, aunque acotado si el mercado percibe que se trató de un ajuste puntual dentro de un esquema creíble. En parte, ese movimiento ya estaba ‘priceado’ por el mercado, probablemente algo de ese anticipo vimos en el 3,7% de marzo”.
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En esa línea, algunos almacenes del AMBA no vieron cambios de precios en mayoristas ni distribuidoras, pero sí registraron fuertes subas en en el tercer mes del año, que contó con una fuerte alza en los alimentos y bebidas con un 5,9% de acuerdo al Indec. “En marzo fueron los cambios de precio, y creo que las empresas abusaron, de forma que yo creo que si el margen de arriba es de $1.400 el dólar, ya lo marginaron con eso. Ahora la respuesta va a estar en el consumidor, que va a decir ‘no’ a muchos productos, como lo viene diciendo. O sea, si las empresas no acomodan precios, van a perder ventas”, expresaron a este medio desde los almaceneros.
En ese sentido, en febrero el consumo masivo bajó un 9,8% contra igual mes de 2024 y encadenó 14 meses de números negativos, según la consultora Scentia. Otra tendencia de consumo que señalan los comercios es el reemplazo de primeras marcas por productos hechos por pymes en varios artículos como fideos, mermeladas y galletitas. Un ejemplo está en un pan lactal de marca premium, que cuesta alrededor de $ 5.000 y una marca pyme, en torno a los $ 2.200.
“Marzo tuvo un rebote inflacionario por aumentos regulados y cierta tensión cambiaria pre-anuncio. Si se consolida la estabilidad cambiaria y se sostienen las anclas fiscales y monetarias, abril podría marcar un retorno a la senda descendente, con niveles de inflación entre 3,5/4% mensual”, advirtió Anzalone y agregó: “Sin dudas romper el ‘piso del 3%’ será más desafiante. La inercia sigue siendo alta, hay tarifas en proceso de actualización, y la recomposición de márgenes aún no se completó. La clave estará en sostener la credibilidad del nuevo esquema macroeconómico, sin sobresaltos cambiarios”.
Por su parte, desde FFMyA remarcaron: “Asumiendo que el dólar oficial termina en abril en $1.250 y haya un traslado a inflación acotado, proyectamos abril y mayo en torno a 5% mensual y luego bajaría a menos del 2%; terminando en 35% en 2025 (los Bonos el viernes descontaban 40% en inflación). Suponemos alguna reapertura de paritarias y postergación de ajustes de tarifas y naftas”, agregaron desde la consultora del economista Fernando Marull.
En tanto, desde el Gobierno se muestran optimistas respecto al rumbo inflacionario. “Tuvimos un mal marzo, abril será mejor y a mitad de año la inflación va a buscar perforar el 1%”, lanzó Milei en diálogo con el periodista Luis Majul en El Observador.
El costo de la energía en la mira
El nuevo régimen cambiario podría tener impacto en uno de los rubros más delicados de la economía: las tarifas de luz y gas. Si el tipo de cambio se ubica por encima de los niveles previos a los de la última semana, aumentarán los costos de la energía, que están dolarizados. Y no solo impactará en el bolsillo de los trabajadores, sino que las empresas podrían trasladar esa suba en el costo energético en el precio final. Además, queda pendiente que el equipo económico continúe con la quita de subsidios en el resto del año.
“Todos los costos, tanto el gas como la energía eléctrica, están en dólares, el tipo de cambio oficial, con lo cual este aumento del 10%, afecta los costos. Con lo cual al Gobierno no le quedará más que subir las tarifas o incrementar los subsidios”, señaló a PERFIL Daniel Dreizzen, economista de la consultora Aleph Energy.
En cuanto a este último punto, un informe de Economía & Energía planteaba un escenario base con un dólar oficial a diciembre de $ 1.175 y un 0,7% del PBI en subsidios energéticos, es decir, USD 4.433 millones. Ahora, con un salto del tipo de cambio del 10% los subsidios deberían incrementarse USD 233 millones. El FMI proyecta en su staff report una fuerte reducción del gasto en subsidios, de un 1,1% del PBI en 2024 al 0,6% en 2025.
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Quedará por verse si el Gobierno prefiere aumentar los precios de las tarifas en medio de un año electoral o si decide aumentar los subsidios en un contexto donde el Fondo Monetario pide avanzar en la reducción de los subsidios y seguirá de cerca el cumplimiento en medio del nuevo acuerdo por USD 20.000 millones y donde el organismo internacional ya depositó USD 12.000 millones. Cabe recordar que, desde diciembre de 2023, las tarifas de electricidad aumentaron un 264% y las de gas un 622%, según el Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP de la UBA-Conicet, para hogares del AMBA que no están alcanzado por los subsidios.
Hacia adelante, Dreizzen aclaró que el costo del precio de la electricidad y el gas se calcula trimestralmente, por lo que las variaciones diarias del dólar no provoca un cambio todos los días, sino más bien se hacen cortes mes a mes. En cuanto a su impacto en las empresas y su posible traslado a precios, Weiss subrayó: “Dependerá de la matriz energética de cada empresa, en la medida que ese impacto represente algo importante en la estructura de costos se verá más o menos reflejado en el precio final”.
“Entendemos que acá lo más grave es el problema de la energía, porque está dolarizada. Nosotros compramos en dólares y vendemos en pesos y ese es el gran inconveniente, esto de tener la energía dolarizada es inflacionaria. En estos casos, como ahora cualquier devaluación, cualquier variable tipo de cambio se vuelca, va a parar a precios. Muchas industrias ahora en el mes de mayo renuevan contrato con el gas con aumentos del 85-90% que vienen con contratos viejos, ahora estarían renovando con 90% incremento en dólares. Es una barbaridad que no se puede trasladar. Y ese es otro problema que vamos a enfrentar en mayo”, cerró Rosato.
GM/AM/ML