Ganó Lando Norris con McLaren en Australia, fue la primera carrera del año de la Fórmula 1, llovió, hubo accidentes… y los ojos de los argentinos miraron a Franco Colapinto cuando trataba de no mover ni un músculo frente a las pantallas en el box de Alpine… porque el joven australiano Jack Doohan (Alpine) pagó caros los nervios de la presión y el debut, con un fin de semana para el olvido…
Gasly en el otro Alpine deambuló casi toda la carrera en los pultimos lugares, pero pudo terminar (11°) a poco más de 26 segundos de Norris. Al pobre Doohan, ya debía estar en tensión por el importante ‘palo’ que se había dado en clasificación, destruyendo autos «al estilo Franco» en Williams el año pasado, pero en carrera lo del australianito fue nefasto, porque terminó estrellándose en las primeras vueltas, incluso en un sector en el que no parecía haber grandes dificultades. Su estreno con Alpine, para resumilro, solo puede calificarse de «pobre de toda pobreza». Además, ante su público. Si sueña, como es lógico en ese ambiente ultra competitivo, con probar que merece estar en la F1 porque es «tan bueno o mejor que Colapinto», el primer «trabajo práctico» quedó más cerca del 0 que del 4. Y también debe saber que, con Briatore viendo las facturas que llegarán desde este lunes a la tesorería de la escudería francesa, no tendrá mucho más margen para seguir pegando a muros y guard-rails.
Para Colapinto ver de afuera debe haber sido, no hace falta ni imaginarlo, un verdadero calvario. Primero porque casi no habló con la prensa, algo que para su carácter tan argentino fue una rareza, ordenada por Briatore y Alpine, pero además porque tuvo que cuidar cada gesto, la mínima frase, cualquier mueca, un esbozo apenas de sonrisa pudo haberse tomado en relación al pobre Doohan, que donde veía una pared o un guard-rail lo encaraba directo…
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Ante ese cuadro, Colapinto hizo lo único que podía: jugar a la estatua viviente. Y se llevó de Australia la certeza de que quedó un poco más cerca, o bastante más cerca, de volver a ser parte del gran circo de los domingos.
Norris-Verstappen, en otra liga
Bien, aclarado entonces el tema del argentino del primer gran premio del año, hay que decir que Norris fue sólido desde el jueves, y la presunción general es que costará este año frenar a los McLaren en su búsqueda del título. Max Verstappen, eterno perro de presa ya se sabe, capaz de dar pelea con un Duna ’92, fue la piedra en su zapato, quedó segundo y jamás se dará por vencido.
Piastri está al nivel de Norris, pero chocó y abandonó, mientras que las Ferraris estuvieron por debajo de lo esperado. El crack Lewis Hamilton graficó su primera experiencia con los autos italianos con su franqueza habitual: «Fue peor de lo que pensaba, la verdad el coche era imposible de difícil de llevar y casi todo el tiempo intenté no terminar contra el muro»…
Para Norris, de eterna sonrisa, la alegría era infinita: «Fue una carrera increíble, de alto nivel, sobre todo con Max detrás mío», declaró. «Apreté a fondo, sobre todo en las últimas dos vueltas, era un poco estresante, no les voy mentir, pero el final fue divertido». Cer5ca suyo, el implacable y multicampeón Mad Max ya planeaba, seguramente, como hacerle la vida imposible en la próxima cita. «Lando se asustó un poco en el final, por lo cual pude acercarme, tiene razón, fue divertido luchar por la victoria…», ironizó el neerlandés ojos de hielo, que promete defender su título con Red Bull con ‘dientes y dientes’…
El podio lo cerró el correcto británico George Russell, con Mercedes, los otros invitados a una mesa 2025 de la F1 que pinta fascinante. Y veremos a la «estatua viviente» cómo sigue en los boxes…
El resto del paisaje
«Estoy por supuesto muy decepcionado», dijo Piastri, que alentado por la multitud marchó largo rato segundo tras Norris. «Tengo la impresión que hice una carrera increíblemente buena en cada vuelta, salvo una, así que sólo puedo culparme a mí mismo», dijo sobre su accidente.
Además de esa decepción de Piastri y el público local, el debutante el francés Isack Hadjar (Racing Bulls), abandonó antes de la partida al salirse de la pista durante la vuelta de formación. Ya dijimos que lo de Doohan fue pobre, y también quedó afuera temprano el español Carlos Sainz (reemplazante de Colapinto en Williams), fuera de carrera al despistarse en la primera vuelta. Como contrapartida, el simpático Alex Albon cumplió excelente tarea con el otro Williams, terminando quinto a poco más de 10 segundos. Tanto por lo que había insinuado Sainz en clasificación, como lo que luego plasmó Albon en la pista, los Williams parecen estar mejor este año…
El otro español de la parrilla, el español Fernando Alonso, también quedó fuera de carrera al perder el control de su Aston Martin, en su caso en la vuelta 34, pero se sabe que su papel es secundario y como multicampeón disfruta de sus últimas temporadas en la F1 con la tranquilidad de que quien ya ganó todo.
Por su parte, el italiano Andrea Kimi Antonelli, otra gran esperanza de la temporada, nada menos que el reemplazante de Hamilton en la escudería Mercedes, fue cuarto en buena actuación. Era su debut en la categoría, y cumplió con creces, avisando que será de cuidado en el futuro.
Finalmente el británico Oliver Bearman (Haas-Ferrari), fue décimocuarto, y para el joven brasileño Gabriel Bortoleto (Sauber), y para Liam Lawson, compañero neozelandés de Verstappen, tampoco hubo gloria, ya que abandonaron al salirse de pista.
HB