Enrique Ponce (1971 años, Chiva, Valencia) ha puesto fin a su paso por el mundo de los toros tras más de 35 años de experiencia, con una emotiva y memorable despedida llevada a cabo en la Plaza de Toros de México, que celebraba su 79º aniversario este jueves, 6 de febrero. Rodeado de 32.000 personas que se dieron cita en la zona, el diestro de Chiva se ha despedido de los ruedos en una noche que recordará por siempre.
Entre las miles de miradas de orgullo que observaban al torero, se encontraba la de su novia, Ana Soria, quien ha mostrado un semblante serio, pero visiblemente emocionada durante toda la corrida. Además, no ha estado sola, sino que ha afrontado este histórico paso para su pareja junto a su madre y su hermano.
Precisamente, Enrique Ponce ha dedicado sus últimos pasos en los ruegos al gran amor de su vida. Y es que uno de los detalles que más ha llamado la atención de su gran noche ha sido la emotiva declaración de amor que hizo a su pareja, poco antes de lidiar con la última faena de su carrera.
“No sé qué va a pasar con el toro, voy a tratar de hacerle lo mejor que pueda. Esto no es un brindis, es una declaración de amor. Va por ti. Eres mi inspiración diaria, va por ti”, son las palabras que ha pronunciado el diestro y que reflejan su pasión por la tauromaquia y su amor por la joven de 26 años.
Por su parte, Ana Soria ha compartido un vídeo en sus redes sociales, donde se puede ver al torero saliendo al ruedo por última vez. Un significativo momento que refleja lo importante que ha sido para él volver a pisar el albero por última vez.
Pese a que Enrique Ponce ha estado muy bien acompañado en este gran día, lo cierto es que ha sido imposible no centrar el foco en las ausencias de sus hijas, quienes viven actualmente con Paloma Cuevas. Aunque, seguramente, el torero ha echado mucho en falta su apoyo, este detalle no le ha impedido dar todo de sí en su último paso en los ruedos.
Las emociones han sido una constante desde el primer minuto. No obstante, otros de los momentos que quedarán marcados en su memoria ha sido el hecho de que, tras terminar la faena, la plaza se haya iluminado con una tenue luz mientras una lluvia de confeti caía sobre el ruedo. La música de mariachis ha acompañado el emotivo homenaje, en el que se ha proyectado el mensaje: “Enrique Ponce. Hasta siempre”.
Como broche final, el torero ha dado una vuelta en hombros, un momento que le ha permitido recibir el cariño de los aficionados que lo han seguido a lo largo de sus más de tres décadas de trayectoria. No cabe duda que esta noche quedará para siempre en el recuerdo del diestro, quien ha marcado el fin de una era en el mundo de los toros y ha dado inicio a una nueva etapa en la que estará centrado en su vida personal y sentimental.