Algunas o unas cuantas estadísticas, inquietantes y políticamente inconvenientes, han empezado a cruzarse en el camino triunfal, siempre autorreferencial y a menudo petulante de Javier Milei. Son todos datos oficiales o de fuentes oficiales, esto es, difíciles de cuestionar desde el propio Gobierno.
Para empezar, los de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social cuentan que entre octubre de 2023 y octubre de 2024 se perdieron 198.000 puestos de trabajo, de los cuales 129.400 correspondieron a asalariados registrados del sector privado. De punta a punta, se trata de empleos en blanco, regulares, con aportes jubilatorios y generalmente bien remunerados.
Según la cartera que conduce la oficialmente muy ponderada ministro de Capital Humano, Sandra Pettovello, allí tenemos 77.000 trabajadores de la construcción, 27.000 de la industria manufacturera y 11.900 del sector inmobiliario, tres actividades de las más golpeadas por el bajón económico que acompañó al impacto de la fuerte devaluación inaugural de la era mileista. O sea, aquella que de un solo saque levantó 118% la cotización del dólar oficial y en el mismo acto sacudió toda la estantería.
Parte y derivación de ese universo laboral es cierta caída de los ingresos reales. En datos de Capital Humano nuevamente, el salario medio bruto aumentó 191,5% durante el mismo período de octubre 23 a octubre 24, que es casi como decir durante la gestión de Milei. O decir, ya directamente, que la suba no llegó a igualar la inflación acumulada del 193%.
Luego, casi cantada si no directamente cantada viene la baja en las ventas de supermercados: 7,6% en noviembre de 2024 versus noviembre de 2023 dice el INDEC y 11,9% para el acumulado de los once primeros meses de 2024. Todo en línea con el poder de compra de los ingresos laborales.
De eso también habla el indicador que mide la marcha de una decena y media de actividades productivas clave, el EMAE. Según el relevamiento de noviembre, sólo un tercio de los sectores anotó crecimiento respecto del mismo mes de 2023, algo tan magro como revela el 0,1% que clavó el índice general.
Queda claro, por donde se mire, el peso escaso que los salarios tienen sobre la actividad económica. Y bien claro salta en la serie de trece meses barranca abajo que acumulan las ventas en los supermercados, calculadas a precios constantes.
De eso hablan las paritarias a la medida de la inflación Milei al 1% mensual, en las que los sueldos deben moverse lo más cerca del 0 posible y manda la consigna de no meter presión sobre los precios. Se sabe de sobra: mantener la inflación baja y bajo control es la gran carta de los libertarios en la batalla electoral.
¿Y cómo ven el corto plazo empresarios de la construcción y la industria, dos sectores que pueden pegarle un cambio perceptible al cuadro económico y social, según encuestas del INDEC y de la UIA?
Para el 53% de las empresas dedicadas principalmente a obras públicas, el nivel de actividad no levantaría a corto plazo, entre diciembre 24 y febrero 25 para el caso. Un 26% cree que disminuirá y un 20%, que puede levantará. Hoy por hoy, la inversión en infraestructura económica y social luce literalmente planchada.
Sobre la cantidad de personal ocupado en los próximos tres meses, el 70% de los empresarios de la obra privada encuestados por el INDEC no contempla cambios respecto del panorama actual; un 17,8% proyecta aumentos y el 12% opina que bajará.
Y entre los industriales relevados por el Centro de Estudios de la UIA tenemos en la actividad productiva que el 29,9% ve una suba y el 26,5% un descenso; en las ventas al mercado interno el resultado da 29,3% positivo y 33,4% para abajo y sobre el empleo los optimistas son el 14% y los pesimistas o poco optimistas, un 16,8%.
El telón de fondo remacha otros puntos clave del año que ha empezado. Dicen baile al compás de la orquesta del FMI; ajuste ya sin sorpresas: a la cuenta de la sociedad y no de la casta; motosierra a todo vapor y dólares de apuro, pronto y de donde sean, porque las reservas netas, digamos disponibles, van camino de un rojo calculado en alrededor de US$ 9.400 millones.