El economista Mariano Fernández analizó las reservas el Banco Central y, en diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), afirmó: “El deterioro del tipo real de cambio podría implicar un problema del inicio de un nuevo ciclo recesivo”. “En lo que está pensando el gobierno de Javier Milei es en ganar y arrasar con las elecciones”, agregó.
Mariano Fernández, economista y máster en Economía de la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos (UCEMA). Anteriormente fue profesor titular de las cátedras de Macroeconomía y Microeconomía Superior de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y adjunto en Finanzas Internacionales en la Universidad di Tella. Durante el gobierno de Carlos Menem, fue asesor de Carlos Rodríguez, quien era jefe de Gabinete de Asesores del Ministerio de Economía. Además, supo ser también amigo del presidente Javier Milei.
-Elizabeth Peger: Ayer, Javier Milei fue entrevistado por Luis Majul para El Observador y aseguró que el dato de inflación de diciembre será en torno al 2,5% y que, si ese ese número se ubica en torno al 1% en el próximo trimestre, va a eliminar el crawling peg, que es el ritmo de devaluación mensual en dólares que aplica el Gobierno. ¿Es factible? ¿Qué expectativas tiene el mercado respecto de esta situación?
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-El problema es que hay varios problemas. En primer lugar, hay un problema de nivel sobre el tipo de cambio real. La política de estabilización que encaró el Gobierno desde diciembre del año pasado en dos etapas implicó una suba de precios por encima de la cotización del tipo de cambio. Eso lo que hace es atrasar al tipo de cambio, es decir, sobrevalorar la moneda.
El problema de desacelerar la pauta de devaluación es que el problema continúa. Ahora, asumamos que tiene éxito en su estrategia de desaceleración, es decir, de usar la tasa de cambio del tipo de cambio oficial como un disciplinador, como es en esta segunda etapa de este plan de estabilización de los precios. El problema que queda es uno de nivel, que es el atraso cambiario.
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El otro problema es que, para sostener de forma perdurable y permanente un tipo de cambio predeterminado con un crawling peg del 2%, o después del 1% y después del 0% como estrategia de desinflación de precios, necesitas reservas. Cuando uno mira las cuentas consolidadas del Banco Central, encuentra que lo que existe es liquidez, no reservas reales. Para sostener un tipo de cambio fijo necesitás reservas, y en el Banco Central no hay.
Para decirlo de otra manera, es como si yo comprara dólares con una tarjeta de crédito. El Banco Central hizo compras de dólares, pero lo hace a través de la emisión de instrumentos de deuda. Con lo cual, si uno mira las reservas netas, nos encontramos con que las reservas netas son negativas, al mismo nivel del año pasado. Eso hace que sea insostenible mantener un tipo de cambio fijo o predeterminado con esa tasa de crawling peg. La pregunta es: ¿cuánto dura esto?
-EP: En un contexto complicado. El contexto internacional que no es el mejor para hacer sostenible en el tiempo ese retraso. Hay devaluación en Brasil, hay que ver qué pasa con las medidas de Trump y hay que ver qué pasa con la devaluación en China también…
-Cuando uno analiza el tipo de cambio real multilateral contra nuestro principal socio comercial, que es Brasil, nos enfrentamos a un problema más grave todavía. La economía brasileña se ha devaluado, junto con la mayoría de las economías emergentes, producto de las expectativas acerca de la política económica de Estados Unidos y del devenir de esa política, que todavía no empezó a despejarse. Eso genera un problema adicional desde el punto de vista real. Lo que expliqué antes es un problema monetario.
El problema real es que la estrategia de estabilización que tiene el Gobierno tiene algunos indicadores que permiten visualizar una recuperación de la economía en algunos sectores de carácter transitorio. Por eso es que todos están contentos. De alguna forma estamos en esa ola, en la etapa de la recuperación, pero el deterioro del tipo real de cambio contra Estados Unidos, Brasil y otros socios comerciales podría, o debería, implicar en un futuro cercano un problema del inicio de un nuevo ciclo recesivo. Ahora estamos en un ciclo de recuperación, pero lo que veo es que no tenemos reservas para sostener el tipo de cambio, y chocamos contra el problema de la depreciación de todas las monedas latinoamericanas.
-EP: El tema es que el objetivo detrás de este plan de estabilización del Gobierno, al menos en el corto plazo, es la idea de llegar a las elecciones.
Sí, yo creo que sí. En Argentina siempre la mirada siempre es de corto plazo, y en lo que está pensando el gobierno de Javier Milei es en ganar y arrasar con las elecciones. No sé para qué, solamente para consolidar una posición de poder. La consecuencia económica de todo esto puede ser mucho más grave que tener un mejor posicionamiento político.
-EP: Tenemos el ejemplo de Macri, después de ganar las elecciones en 2017…
Claro. En Argentina el problema es que el juego de poder es tan fuerte que siempre termina debilitando las instituciones. No sirve de nada tener mayorías si después no las uso.
-Claudio Mardones: En este año electoral parece que el motor del plan llegar es que hay un correlato electoral y es seducir inversores, mercados y aliados esquivos con contar con una mayoría propia en las dos cámaras del Congreso. ¿Ves que ese es un buen producto de venta en este año electoral, especialmente para un mercado que ve que ese plan puede colapsar?
Es un argumento de venta, y evidentemente es solo un argumento de venta porque muchas de las cosas se pudieron haber hecho a lo largo de este año. Hablo de agilizar el esquema de concesiones y privatizaciones. Las privatizaciones tienen que hacerse por autorización del Congreso, pero las concesiones y las licitaciones, no. De hecho, en Argentina no se licita nada, la obra pública está parada y no existe ningún criterio de eficiencia para ello.
Diría que hay una especie de mascarón de proa que tiene que ver con una batalla política que esencialmente es destruir la oposición y quedarse como partido único. Es lo que siempre ha pasado en Argentina. En 2003, cuando Néstor Kirchner tuvo que construir poder, jugó de la misma manera. Macri intentó jugar de la misma manera, pero para no hacer reformas. Argentina tiene un grave problema institucional porque incluso a este Gobierno le han aprobado leyes que para ellos eran fundamentales, pero es parte del juego democrático.
-CM: En un escenario donde parece que otro argumento de venta era derrotar y fragmentar al peronismo. ¿Te parece que sigue siendo apetecible que un Javier Milei trate de negociar con una parte del peronismo para fragmentarlo y poder construir ese nivel de hegemonía a partir del 10 de diciembre?
Yo no sé si los mercados miran esto. Lo que están viendo los mercados es que hay una preferencia temporal del Gobierno de satisfacer los vencimientos de corto plazo sin tener en cuenta lo que va a pasar en el futuro. Eso es lo que explica hoy la caída del riesgo país, la baja de la tasa de interés y el posicionamiento de los inversores en negocios financieros, esencialmente con instrumentos de corto plazo. Argentina no tiene instrumentos de mediano y largo plazo, ni tampoco tiene un plan estratégico, discutible o no, de obra pública, educación o privatizaciones. Es como si fuera disparar y tirar ruido sin hacer nada. Los mercados ven eso.
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Si en el corto plazo se prefiere bajar el gasto de seguridad social y planchar la obra pública para no entrar en default, la rentabilidad de los bonos y la inversión en bonos va a ser lo que los inversores van a comprar. Eso no está mal, pero hay que preguntarse si es sostenible esto en el tiempo. ¿Qué es lo que hay detrás que justifica la caída del riesgo país? Algunas evaluaciones de riesgo están pensando, como miran siempre a seis meses, mejorarle la calificación a Argentina.
Siempre van por detrás y siempre miran a seis meses, y no porque sean tontos. Miran a seis meses porque sus clientes son los que miran e invierten a seis meses. La señal que dan es que hay que invertir en Argentina hoy. Cuando digo invertir en Argentina, no es que entran grandes capitales. Nuestro mercado es tan chiquito que, con una cucharada de entrada de capitales, ya apreciás el tipo de cambio. Si a eso le sumás el hecho de que estamos en cepo, es decir que los dólares que entran tienen dificultades para salir, el cóctel es explosivo. Hay un problema peor todavía, y es que esta mejora en la calificación de deuda Argentina podría liderar un boom de crédito que después termina en una crisis de balanza de pagos.
-EP: Como mencionamos, el otro problema es tomar deuda para hacerse de dólares y no generar dólares genuinos. Hay algunos signos de recuperación de la economía, pero son muy leves. No estamos viendo un boom de recuperación.
No, no hay crecimiento. Lo que hay es un rebote que tiene que ver con la estructura del plan de estabilización. Es decir, se arman determinadas dinámicas que generan estos movimientos, pero no hay nada que sea sostenible en Argentina. Al inversor no le importa eso, le importa su rentabilidad de corto plazo. Entra en Argentina, y en tres meses piensa salir y listo. Pueden ser seis meses o nueve.
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