En los últimos meses, los salarios comenzaron a recuperarse frente a la inflación de este año, acumulando un incremento de 129,2% en los primeros diez meses del año, frente a 107,0% de aumento en el nivel general de los precios en ese mismo periodo. Este repunte salarial inició en abril, cuando la variación mensual del índice de salarios superó a la del índice de precios. A pesar de esta mejora reciente en el poder adquisitivo, los salarios siguen rezagados en términos interanuales: a octubre de 2024 crecieron 172,1% interanual, frente a una inflación de 193,0%, lo que evidencia que la pérdida de poder adquisitivo en comparación con el año anterior aún persiste, según un informe de la Fundación Banco Municipal.
Aunque la pérdida de poder adquisitivo sigue siendo evidente en 2024, es un problema de larga data. Los últimos microdatos disponibles de la EPH muestran que, al segundo trimestre de 2024, el ingreso real promedio de los ocupados del Aglomerado Gran Rosario (AGR) se contrajo 8,7% interanual, acumulando una caída de 34,6% en los últimos siete años. A inicios de 2024, gran parte de esta caída acumulada se debía a la aceleración inflacionaria registrada a finales de 2023 y principios de este año. Sin embargo, en los últimos meses, la recuperación en los ingresos ha ayudado a frenar el ritmo de esta pérdida, moderando el deterioro del poder adquisitivo. Es importante señalar que la caída registrada en el último año representa alrededor de una cuarta parte de la disminución total
acumulada desde 2017, mientras que el resto de la caída se distribuye a lo largo de los seis años previos. Esto sugiere que, aunque la caída es de largo plazo, el impacto reciente ha sido pronunciado.
En paralelo, al segundo trimestre de 2024, el mercado laboral del AGR muestra que, aunque la cantidad de ocupados registró una leve variación interanual (-1,5 mil personas), el desempleo se expandió notoriamente (+14,3 mil personas) en el mismo período. Esto refleja dos dinámicas: por un lado, los empleadores han optado por ajustar principalmente los salarios reales, evitando mayores reducciones en el personal. Por otro lado, el incremento del desempleo está relacionado con una mayor participación en el mercado laboral, impulsada por las dificultades de los hogares para
equilibrar sus presupuestos.
Este fenómeno se debe al creciente peso de los bienes y servicios básicos, como alimentos y servicios de vivienda, cuya demanda es inelástica, lo que ha llevado a más personas a buscar ingresos adicionales.
A pesar de la desaceleración inflacionaria y la estabilidad en las horas trabajadas, los trabajadores del AGR enfrentan no solo una pérdida acumulada en su salario real, sino también un cambio en la composición de su presupuesto: los bienes y servicios inelásticos representan una mayor proporción, reduciendo la capacidad de ajustar otros gastos.
Con la desaceleración inflacionaria de los últimos meses, el ingreso real promedio por hora trabajada cayó 8,7% interanual en el segundo trimestre de 2024. Por categorías ocupacionales, se observa que los asalariados públicos formales sufrieron la mayor pérdida, con un ingreso real por hora que es 31,9% menor que el registrado en 2023. Por su parte, el salario real de los cuentapropistas se redujo 13,3%, mientras que en los patrones la caída fue algo menor (-10,4%).
En el caso de los asalariados privados, los formales registraron una recomposición interanual de 7,4 puntos porcentuales, mientras que los informales aún están casi 9 puntos por debajo. Por otro lado, aunque los asalariados públicos informales lograron una recuperación interanual de casi 18 puntos.
El ocupado promedio del AGR no presentó cambios significativos en la cantidad de horas trabajadas en su ocupación principal entre el segundo trimestre de 2023 y el segundo de 2024. Sin embargo, al desagregar por categoría, se observan variaciones entre las diferentes ocupaciones: los patrones, los cuentapropistas y los asalariados privados formales trabajan, en promedio, entre tres y cuatro horas menos por semana que hace un año; estas reducciones son algo inferiores al 10% de las horas trabajadas. Esta disminución refuerza lo señalado anteriormente: si bien las empresas han mantenido el empleo, los ajustes se han centrado principalmente en los salarios
reales.
Asimismo, en los últimos meses, muchas personas que anteriormente no formaban parte de la fuerza laboral ingresaron al mercado en busca de empleo para recomponer sus ingresos. Aunque los salarios han mostrado una mejora relativa recientemente, los hogares enfrentan un problema adicional: el peso creciente de ciertos bienes y servicios básicos, como alimentos, alquiler y servicios esenciales (agua, electricidad y gas), cuyos consumos son difíciles de reducir incluso frente al aumento de precios. Según el IPC-INDEC de julio de 2024, las divisiones de “Vivienda, agua,
electricidad, gas y otros combustibles” y “Comunicación” cuadruplicaron sus niveles de precios en términos interanuales, superando ampliamente el promedio general. Otras divisiones, como “Transporte” y “Alimentos y bebidas no alcohólicas” también registraron aumentos por encima del promedio. Además, algunas familias han debido asumir nuevos costos, como servicios de salud, debido a cambios en las coberturas públicas y privadas.
Como resultado, los hogares no solo enfrentan una pérdida prolongada de poder adquisitivo acumulada durante años, sino también una transformación en la composición de su presupuesto mensual: los bienes y servicios inelásticos ocupan una porción cada vez mayor, limitando la capacidad de ajustar otros consumos. Esta situación explica en parte por qué, a pesar de la reciente mejora en los salarios reales, no se observa una recuperación sostenida del consumo en general. Aunque desde abril se han registrado leves repuntes en la facturación privada real en Rosario, especialmente en el comercio.