Ven casi clausurada la vía del Senado. Los dos juntos, sin canje y con ampliación supeditada a su aprobación. Candidato jurista para jefe de fiscales, se agrega a la carrera en 2025.
-
Milei y una deuda de institucionalidad que se acumula
-
Teléfono descompuesto entre Gobierno y oposición por los pliegos, con fallos «sorpresa» de la Corte Suprema
La decisión la tiene sobre su escritorio Javier Milei, junto con el abanico de posibilidades que el Gobierno baraja en una complicada situación en la que quedaron los pliegos para la Corte Suprema, tal como lo adelantó Ámbito. El teléfono descompuesto con la oposición, especialmente con el kirchnerismo tras la jugada de Cristina Kirchner de apurar la firma del dictamen para que avance en la Comisión de Acuerdos la propuesta del juez Ariel Lijo, empuja a Milei a tener que tomar la decisión del decreto casi como único camino. Y aceptar sus consecuencias.
Como adicional, el Gobierno tiene bajo estudio tres candidaturas a Procurador General de la Nación, pero como informó este diario, con destino a ver la luz en 2025. Consideran que el procurador interino Eduardo Casal no hizo los esfuerzos necesarios para avanzar en la implementación del sistema acusatorio y pretenden removerlo con otra propuesta.
Dos son conocidas: el jefe de los fiscales porteños Juan Bautista Mahiques; el camarista de Casación Federal Mariano Borinsky y un tercero que aseguran que es un “tapado” que darán a conocer en su momento. Descartan en este listado corto al procurador de la Provincia de Buenos Aires Julio Conte Grand, algo que aguardaba ansioso Axel Kicillof para nominar a alguien de su propia cosecha. También estaría descartado en este escenario Sebastián Amerio, el secretario de Justicia que tiene vínculo directo con Santiago Caputo y goza de la confianza del Triángulo de Hierro. El tercer candidato en estudio no proviene ni de Poder Judicial ni de los Ministerios Públicos, es un jurista. Discusión que empezará el año próximo.
Según pudo confirmar Ámbito desde altas fuentes del Ejecutivo, son “mínimas” las posibilidades de que ambos pliegos para jueces de la Corte Suprema ingresen en el temario de extraordinarias. El riesgo que observan es que pueda salir airoso solo un candidato, o directamente ninguno, lo que puede asestar un golpe a las intenciones de la Casa Rosada. Insisten en los “riesgos” de una Corte Suprema de solo tres miembros a partir de la salida de Juan Carlos Maqueda a fin de año. La administración de Milei está dispuesta a negociar la ampliación de la Corte Suprema con el kirchnerismo, pero a condición de que ingresen ambos pliegos ahora.
Ámbito había adelantado hace dos semanas que las posibilidades de un decreto de nombramiento en comisión para Ariel Lijo y Manuel García Mansilla eran de 3 sobre 10. Hoy esas chances aumentaron al doble: “6/10”, confirmó a este diario uno de los más encumbrados funcionarios libertarios. La otra confirmación es que no habrá decretos “escalonados”, sino que serán “juntos”. Responsabilizan a la oposición de no tener voluntad de votarlos.
En ese contexto, las chances de canjear con la oposición uno de los lugares –el de García Mansilla- también son cero. Consideran que es facultad del Presidente definir los nombres para el máximo Tribunal. Tiran sobre la mesa que las herramientas que les da la Constitución les permitirán hasta decidir por decreto una ampliación y nombrar 6 candidatos en “comisión”. Es una provocación porque en el Gobierno descartan en un 100% que eso vaya a ocurrir y que exista una Corte de 9 totalmente definida por decreto. Pero aseguran que la Constitución lo permitiría, de acuerdo a su interpretación.
El Gobierno se escuda en que lo intentaron todo: enviaron al Congreso durante 8 meses dos candidatos de perfiles distintos, en la opción más prolija para completar la Corte antes de fin de año. “No pasaron”, afirmaron en un cierre de capítulo que abre la puerta hacia lo impredecible. En la Casa Rosada están seguros de que pese a que no estén contentos con una decisión “en comisión” y por decreto, tanto Lijo como García Mansilla asumirían el cargo. El juez federal había hecho lo imposible para evitar este escenario y le dijo a sus más cercanos que no era una opción para él ingresar bajo ese mecanismo.
Se aproximan momentos de definiciones.