Decenas de miles de israelíes se manifestaron salieron a las calles en la noche de este domingo después de que otros seis rehenes fueron encontrados muertos en Gaza. “¡Ahora! ¡Ahora!”, corearon, mientras reclamaban al primer ministro, Benjamin Netanyahu, un cese del fuego con Hamás para traer a casa a los cautivos restantes.
La manifestación masiva fue la más grande en 11 meses de guerra y los manifestantes dijeron que parecía un posible punto de inflexión, aunque el país está profundamente dividido.
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El mayor sindicato de Israel, Histadrut, presionó aún más al gobierno convocando una huelga general para el lunes, la primera desde el ataque de Hamás del 7 de octubre que inició la guerra. La huelga pretende cerrar o interrumpir los principales sectores de la economía, incluidos los bancos, la atención médica y el principal aeropuerto del país.
Las negociaciones para un alto el fuego se prolongaron durante meses. Muchos culpan a Netanyahu de no haber logrado un acuerdo, que según las encuestas de opinión cuenta con el apoyo de la mayoría de los israelíes. Pero el primer ministro también cuenta con un apoyo significativo para su estrategia de “victoria total” contra Hamás, incluso si el acuerdo sobre los rehenes tiene que esperar.
Miles de personas, algunas de ellas llorando, se congregaron el domingo por la noche frente a la oficina de Netanyahu en Jerusalén. En Tel Aviv, los familiares de los rehenes marcharon con ataúdes para simbolizar el saldo de víctimas.
Pensando en los rehenes
“Realmente creemos que el gobierno está tomando estas decisiones para su propia conservación y no para las vidas de los rehenes, y debemos decirles basta”, dijo Shlomit Hacohen, residente de Tel Aviv.
Se anunció que tres de los seis rehenes encontrados muertos, entre ellos un israelí-estadounidense, iban a ser liberados en la primera fase de una propuesta de alto el fuego discutida en julio, lo que avivó la furia y la frustración entre los manifestantes.
“No hay nada peor que saber que se podría haber salvado”, dijo Dana Loutaly, y añadió: “A veces hace falta algo tan terrible para sacudir a la gente y hacer que salga a la calle”.
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El ejército dijo que los seis rehenes fueron asesinados poco antes de que llegaran las fuerzas israelíes. “Quien asesina a rehenes no quiere un acuerdo”, dijo Netanyahu, culpando a Hamás por el estancamiento de las negociaciones.
Uno de los rehenes fue el israelí-estadounidense Hersh Goldberg-Polin, de 23 años, oriundo de Berkeley, California, que perdió parte de su brazo izquierdo por una granada en el ataque. En abril, Hamás difundió un vídeo en el que aparecía con vida, lo que desató protestas en Israel.
El ejército identificó a los otros como Ori Danino, de 25 años; Eden Yerushalmi, de 24 años; Almog Sarusi, de 27 años; Alexander Lobanov, de 33 años; y Carmel Gat, de 40 años.
Disparos a quemarropa
El Ministerio de Salud israelí dijo que las autopsias determinaron que los rehenes recibieron disparos a quemarropa y murieron el jueves o viernes. El ejército dijo que los cuerpos fueron recuperados de un túnel en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, a aproximadamente un kilómetro de donde otro rehén fue rescatado con vida la semana pasada.
Hamás ha ofrecido liberar a los rehenes a cambio del fin de la guerra, la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza y la liberación de un gran número de prisioneros palestinos, incluidos militantes de alto perfil.
Izzat al-Rishq, un alto funcionario de Hamás, dijo que los rehenes todavía estarían vivos si Israel hubiera aceptado la propuesta de alto el fuego respaldada por Estados Unidos que Hamás dijo haber acordado en julio.
Netanyahu prometió continuar la lucha hasta destruir a Hamás.