En Houston, la ubicación de un hogar no solo determina el paisaje que se ve cada día, sino también cuántos años se espera vivir. Algunas zonas de la ciudad presentan diferencias de hasta dos décadas en la expectativa de vida.
En vecindarios como Kashmere Gardens, las personas tienen una esperanza de vida de 70 años, mientras que en áreas como Westfield, a solo 25 kilómetros de distancia, alcanzan los 90 años. Las comunidades ubicadas cerca de refinerías y otras industrias muestran índices más bajos en comparación con aquellas situadas en zonas más acomodadas de Houston, de acuerdo a un informe publicado por Telemundo.
La diferencia en años de vida no es casualidad. Según las autoridades, los barrios más empobrecidos enfrentan una serie de desafíos estructurales como falta de acceso a servicios básicos, precariedad en la atención médica, inseguridad y bajos niveles de educación. Además, la proximidad a industrias contaminantes añade un problema ambiental al complejo panorama ya existente.
La directora administrativa de Salud del Condado de Harris, Denise Larue, dijo a Telemundo que muchas de las condiciones que afectan la salud no se generan en hospitales, sino en la misma comunidad. La falta de transporte, alimentos frescos y entornos seguros juega un papel fundamental en la salud de los residentes.
Proponen soluciones creativas
En respuesta a estos desafíos, el Condado Harris implementó una alternativa creativa: una “farmacia” en la que, en lugar de medicamentos, los pacientes reciben alimentos frescos. Ubicada en la clínica Strawberry Health Center, esta iniciativa permite a quienes padecen enfermedades crónicas como la diabetes mejorar su condición mediante una dieta más saludable.
Los pacientes reciben alimentos durante dos semanas y aprenden recetas prácticas para integrar frutas y verduras en su alimentación diaria. La doctora Enjoli Benítez, expresó que “la comida es medicina”, y que este programa busca tratar la raíz de ciertos problemas de salud en lugar de solo atender los síntomas.
Otro aspecto crítico es la contaminación ambiental generada por las petroquímicas cercanas a varios vecindarios. Si bien estas industrias son fuente de empleo y contribuyente con impuestos, el daño al medio ambiente y a la salud de las personas es un costo que las comunidades más vulnerables no pueden seguir pagando.
Si bien las autoridades desarrollaron medidas para combatir estas disparidades, la colaboración de todos los sectores de la sociedad será clave para garantizar que la ubicación de un vecindario deje de ser un factor que determine cuántos años puede vivir una persona.