En una época donde la hipertensión afecta al 30% de la población adulta y el cáncer es una de las principales causas de muerte a nivel global, una solución sencilla podría marcar la diferencia para nuestra salud. Un reciente estudio analizó cómo cierta vitamina puede ayudar a prevenir estos flagelos.
Los resultados de la investigación realizada por científicos de Medio Oriente fueron claros: mantener un buen nivel de vitamina D, ya sea a través de la alimentación, la exposición al sol o en suplementos, podría ser clave para mejorar la salud en general.
Los hallazgos se alcanzaron tras dividir a los participantes del estudio en dos grupos, uno que recibió una dosis alta de vitamina D y otro que recibió una dosis más baja. Se observó que la presión arterial bajó de manera significativa en ambos grupos, aunque la reducción fue más notable en aquellos que tomaron la dosis alta. Esto muestra que, aunque ambas ayudaron a reducir esta dolencia, el efecto fue un poco más pronunciado en el grupo de dosis alta.
Estos efectos fueron más notables en los participantes con obesidad y aquellos que ya tenían presión alta al inicio del estudio. En estas personas, la presión disminuyó de manera consistente tras tomar vitamina D, sin importar la dosis. Por esto, los resultados sugieren que este nutriente podría ser especialmente más beneficioso para quienes ya tienen problemas de presión alta.
A la vez, aunque el estudio no se enfocó principalmente en el cáncer, los beneficios observados en la reducción de la presión arterial sugieren que mantener buenos niveles de vitamina D podría mejorar la salud general y ayudar a frenar este tipo de enfermedades crónicas. Por esto, los científicos asocian la presencia de vitamina D con la prevención de ciertos tipos de cáncer, ya que ayuda a regular el sistema inmunológico y previene el crecimiento anormal de las células, especialmente en personas mayores.
Tras conocer estos resultados, es clave conocer cómo se manifiesta la deficiencia de vitamina D en el cuerpo para poder revertirla. Uno de los síntomas más comunes es la fatiga constante y la falta de energía, lo cual puede hacer que las actividades diarias se sientan más difíciles de llevar a cabo. Además, algunas personas experimentan dolores musculares y debilidad, ya que es fundamental para mantener los músculos fuertes y en buen estado.
Otro síntoma importante de la falta de esta vitamina esencial es la baja inmunidad, lo cual puede hacer que las personas se enferman más fácilmente de resfriados o infecciones. También es común sentir dolor en los huesos o en las articulaciones, ya que esta vitamina ayuda a mantener los huesos saludables y fuertes. Si bien estos síntomas pueden ser causados por otros factores, es importante hablar con un profesional de la salud para saber si hay relación con deficiencia de vitamina D.
Cómo incorporar la vitamina D en tu vida
Añadir esta vitamina a la rutina diaria puede ser un pequeño cambio con grandes beneficios para la salud a largo plazo. Según el medio especializado Healthline, estas son las formas de incorporarla. Vale aclarar que siempre es recomendable visitar a un nutricionista para cualquier cambio en la alimentación.