El fútbol brasileño es la contracara del argentino. Mientras la Scaloneta ganó el Mundial de Qatar, la Finalísima frente al campeón europeo, obtuvo el bicampeona de América y le sigue sacando jugo a la figura de Lionel Messi firmando contratos millonarios, la Liga Profesional es un torneo que no para de sumar equipos (en 2025 llegará a 30), el nivel se empareja hacia abajo y eso queda claro cuando los clubes salen a competir a nivel continental. El caso de Brasil es exactamente al revés. Mientras el Scratch de Dorival Júnior no encuentra su rumbo, los clubes del Brasileirao son los dueños absolutos de la Copa Libertadores de América, el torneo más exigente del continente. En ese aspecto, la estadística es contundente: a excepción de la final Boca-Fluminense que se jugó el año pasado en el Maracaná, cuatro de las últimas cinco definiciones fueron exclusivamente de equipos brasileros. La de este años será la quinta, tras la eliminación de River a manos del Atlético Mineiro del martes por la noche y Botafogo que dejó en el camino a Peñarol.
Desde el River-Boca de Madrid en 2018, pasaron cinco finales y apenas dos no fueron exclusivas de los equipos brasileños: Flamengo-River (2019) y Boca-Fluminense (2023). Siempre con al menos un team del gigante vecino. Ni hablar de quién levanta la copa: los últimos cinco campeones son de Brasil. ¿Qué pasa con los últimos 10? Apenas suman uno (llegan a 6), lo que demuestra que la taba se dio vuelta en el último lustro.
En 2020 el Xeneize y el Millonario fueron eliminados por Santos y Palmeiras que jugaron la final que se quedó el Verdao. En 2021 fue campeón otra vez Palmeiras que superó al Flamengo. Un año después, en 2022, el Fla se redimió y dio la vuelta frente al Athletico Paranaense. Recién en 2023, el Boca de Almirón se metió en el partido clave en Río, aunque perdió con Flamengo.
Últimos cinco campeones de la Libertadores
- 2019, Flamengo (2-1 a River)
- 2020, Palmeiras (1-0 a Santos)
- 2021, Palmeiras (2-1 a Flamengo)
- 2022, Flamengo (1-0 a Paranaense)
- 2023, Fluminense (2-1 a Boca)
En 2021 comenzó a verse visiblemente el dominio brasileño cuando Palmeiras (finalmente campeón), Mineiro y Flamengo se metieron en la semifinal. Tres de cuatro de un mismo país por primera vez desde 1960 cuando empezó a jugarse la copa. El tercero en discordia fue el Barcelona de Ecuador.
Anoche, después de eliminar al River de Gallardo por un contundente 3-0 en el global, Gabriel Milito trató de explicar el fenómeno: «El fútbol brasileño es el más competitivo de toda América. No hay dos, tres, cuatro equipos fuertes. Hay diez, doce equipos muy buenos. Eso hace que la liga sea muy competitiva, algo que no pasa casi en ningún otro lado del mundo».
🗣️🇦🇷Gabriel Milito en Conferencia:
“El fútbol brasilero es el más competitivo de toda América. No hay 2-3-4 equipos fuertes. Hay 10-12 equipos muy buenos.
Eso hace que la liga sea muy competitiva, no pasa en ningún otro lado, casi del mundo». pic.twitter.com/bxskjwTIw1
— Deportes 24 – Argentina (@deportes24ar) October 30, 2024
La explicación de Milito contrasta con la liga de 30 equipos que propone la AFA. Claro que por el costado de esta comparación también aparece una discusión filosófica y de principios: la de la llegada de los millones de dólares de las SAD contra las Asociaciones sin Fines de Lucro que existen en la Argentina donde los clubes realizan una tarea social (muchas veces invisible) que palea los baches que deja el Estado en la integración de las clases. Allí aparece el síndrome «Luna de Avellaneda» y el orden de prioridades de cada sociedad. Como decía un célebre DT argentino, «son decisiones».
El fútbol brasileño, un combo que lo hace invencible pero Argentina da pelea
Desde 2020, Atlético Mineiro está en manos de Ruben Menin, la cabeza de MRV, una de las constructoras más grandes de toda Sudamérica. Multimillonario, Menin cuenta una fortuna de 1800 millones de dólares, según Forbes. Y el año pasado puso 220 palos verdes para la inauguración del Arena MRV, el súper moderno estadio del galo con capacidad para 44.892 espectadores que abrió sus puertas el 27 de agosto de 2023. Hoy, en Belo Horizonte, el histórico Cruzeiro es el equipo pobre de la ciudad.
La gran diferencia (que en principio son los millones) parece estar en que a Brasil los cracks jóvenes. Eso, sumado al talento natural, a las figuras jóvenes que se chupan de los países vecinos y al rigor táctico que sumaron los técnicos (muchos de ellos extranjeros) provocan un combo imparable. Aquella frase, «el día que defiendan no los para nadie», se hizo realidad.
En el juego de los opuestos está el caso del fútbol argentino donde las grandes figuras regresan en una edad avanzada. El caso de Boca con Edinson Cavani -37 años-, Marcos Rojo -34- o Sergio Romero -37- es un buen ejemplo.
Con los millones de su dueño, el Atlético Mineiro armó una verdadera selección para meterse en la final de la Copa Libertadores. El año pasado, Paulinho (Paulo Henrique Sampaio Filho) volvió con 23 años tras cinco temporadas en el Leverkusen de Alemania. Ni hablar de la súper figura de Hulk (416 goles en su carrera), con un salario de casi 200 mil dólares por mes (2.3 al año) o el histriónico Deyverson (seguramente pedirá un ajuste para sus 1.3 millones por temporada) que, cuando no provoca, juega al fútbol como los dioses. Pero también se llevó jóvenes promesas de la Argentina. En 2020 pagaron 11 millones de dólares por el 50 por ciento de Matías Saracho, una de las figuras del Racing campeón de Eduardo Coudet que entonces dirigía al Galo. Y este semestre puso cinco millones sin despeinarse y le sopló a Boca el sueño de Fausto Vera.
El caso del otro equipo brasileño que está a punto de meterse en la final es paradigmático. Sólo Thiago Almada (otro que quería Riquelme y terminó en el fútbol carioca), el campeón del mundo con Argentina en Qatar que llegó al Bota, tiene una cotización de 27 millones que equipara a los 28 millones que vale todo el equipo de su rival, Peñarol. Los brasileños lo pagaron 21 pero la cifra podría llegar a 30 si se cumplen todos los objetivos.
El potencial de los equipos brasileños a la hora de poner los dólares sobre la mesa queda claro en el Corinthians de Ramón Díaz que juega la semifinal de la Copa Sudamericana (el segundo torneo del continente) frente al Racing de Costas e incorporó a una estrella de talla mundial: Memphis Depay. El neerlandés percibe un verdadero salario europeo: 630.000 dólares al mes (tres veces el de Hulk) lo que lo lleva a los tres millones y medio de dólares al año. Sin embargo, con objetivos el número podría llegar a once millones por dos temporadas.
Este año, entre los ocho mejores equipos de los dos torneos continentales más importantes (Libertadores y Sudamericana), Brasil aportó cuatro equipos a las semifinales (Mineiro y Botafogo en Libertadores, Corinthians y Cruzeiro en Sudamericana). A pesar de las distancias económicas, Argentina metió tres (River, que fue eliminado por los de Milito, Racing y Lanús por Sudamericana) y Uruguay uno (Peñarol, que cayó quedó lejos del pase a la final que se jugará en el Monumental).
El dinero no es todo, pero como ayuda…
Según Transfermarket, River tiene un presupuesto para dar pelea con los 125,8 millones de dólares que cotiza su plantel. Es el tercer equipo mejor cotizado de América.
Los más altos son los de Palmeiras (eliminado por Botafogo en octavos), que asciende a 191 millones y Flamengo (lo sacó Peñarol en cuartos) a 185,8.
Lo curioso que es que el Atlético Mineiro, el verdugo del Millonario, es de 104.9 millones de euros, casi 20 millones inferior al del equipo dirigido por Gallardo. Lo mismo que el otro finalista, Botafogo, que ocupa el cuarto lugar con poco más de 114 millones. Los de Río de Janeiro, dirigidos por el portugués Artur Jorge, cuadriplican en presupuesto a Peñarol, su rival en la semifinal, que apenas cuenta con un plantel cotizado en 28,9 millones de euros. Los cinco goles que le sacó en el partido de ida son fiel reflejo de eso.
Los cinco equipos más caros de la Copa Libertadores
- Palmeiras | 191 millones de euros | Jugador mejor cotizado: Estevao Willian (30 millones)
- Flamengo | 185,8 millones | Pedro (23 millones)
- River | 125,8 millones | Claudio Echeverri (18 millones)
- Botafogo | 114,3 millones | Thiago Almada (27 millones)
- Gremio | 105,9 millones | Franco Cristaldo, Gustavo Nunes y Mathías Villasanti (10 millones)
En 2021, Jorge Barraza, autor del libro ‘Fútbol de ayer y de hoy’, miraba hacia el futuro y lo que venía era claro «Lo que debemos preguntarnos es si esto es una tendencia que ha llegado para quedarse o si se podrá competir contra ellos. La realidad es que está difícil [detenerlos] por una suma de circunstancias». Y cuatro años después la respuesta parece estar clara.