El vocero presidencial Manuel Adorni respondió a las críticas del papa Francisco quien cuestionó el protocolo antipiquetes y la represión contra los jubilados durante la marcha contra el veto a la ley de movilidad. «No pensamos igual en todos los temas», dijo el funcionario y recalcó que la relación con el Vaticano es muy buena.
El Sumo Pontífice criticó la represión contra los jubilados llevada a cabo por el gobierno argentino y cuestionó la realidad social y económica del país.
«La relación con el Papa ha sido siempre muy buena al punto de la visita de la ministra fue una invitación que le hace el Papa», explicó Adorni. «La relación con el Papa es fantástica lo que lo quita aceptar las diferencias y que no pensamos igual en todos lo temas», completó.
La respuesta del Gobierno a los dichos del papa Francisco
En su habitual conferencia de prensa, Adorni se refirió a los dichos del máximo representante de la Iglesia Católica.
«Es la opinión del Papa, la cual nosotros respetamos, escuchamos y hasta reflexionamos, pero no tenemos porque compartir la visión que tiene sobre algunas cuestiones. Pero el respeto es total sobre lo que pueda decir el papa sobre cualquier cosa», detalló el vocero.
Durante la conferencia, Adorni aseguró que la relación con el Papa era «muy buena» y citó como ejemplo la reunión que mantuvo el argentino con la ministra Sandra Pettovello el pasado lunes. A pesar del buen vínculo que refiere, el vocero también destacó que esto «no quita que empecemos a aceptar las diferencias» y hasta explicó que dentro de La Libertad Avanza opinan distinto: «de todas maneras de eso pueden salir cosas buenas», sentenció.
El papa Francisco opinó sobre el protocolo antipiquetes: qué dijo
«Me hicieron ver una represión, hace una semana o un poco menos quizá. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle. Y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. Y no tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas, no, no. El Gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta, le convenía», cuestionó Francisco.
Por otro lado, Francisco volvió a poner énfasis en el desequilibrio económico mundial consideró que los «billonarios» deben distribuir sus ganancias: «Si ese porcentaje tan pequeño de billonarios que acaparan la mayor parte de la riqueza del planeta, no como limosna, se animara a compartirla fraternalmente, qué bueno sería para ellos mismos y qué justo sería para todos».
Este miércoles, durante la habitual marcha de jubilados frente al Congreso, un grupo de adultos mayores también resultó herido con gas pimienta de la policía.
La declaración generó una fuerte repercusión porque no es habitual que Francisco cuestione en público a un gobierno. Sin embargo, hubo otra frase quizás aún más impactante en la que el Papa denunció un presunto caso de corrupción. Evitó precisar si fue durante la gestión actual de Javier Milei o en la anterior.
Según relató Francisco, un empresario extranjero le contó que un funcionario argentino le había solicitado una «coima» a cambio de un proyecto de inversión. «Mi abuela nos repetía siempre, estén atentos, que el diablo entra por los bolsillos. Siempre. Que una coima aquí, una cosa allá…», arrancó el Papa con la anécdota.
«Me contaba un emprendedor internacional, que estaba haciendo en Argentina unas inversiones de extensión de eso que ellos estaban llevando adelante, que trabajan muy bien y fue un acuerdo. Fue a presentar al ministro un nuevo plan de nuevas extensiones, el ministro lo atendió muy bien y dijo ‘dejemeló, ya lo van a llamar…’», continuó. «Al día siguiente, el secretario del ministro lo llamó, le dijo si puede pasar ‘en dos días, así le entregamos el permiso’. Pasó, le entregó los papeles y la firma…y cuando él (el emprendedor) se estaba por levantar, le dijo: ¿y para nosotros, cuánto?… ¿Y para nosotros, cuánto? La coima. El diablo entra por el bolsillo, no se olviden».