Como diría Cristina Kirchner, no fue magia. El presidente Javier Milei bendijo un pacto político con diputados y senadores de la «oposición dialoguista» para que diputados de la UCR avalen el veto presidencial a la ley de movilidad jubilatoria y para que los senadores radicales pospongan el rechazo al DNU 565 que le asignó 100.000 millones de pesos en fondos reservados a la SIDE que maneja el asesor sin cartera Santiago Caputo.
«Este acuerdo fue el armado más grande que comprometió a diputados y senadores, porque lo convencieron a Javier Milei de que si no perderá el Congreso, hubo reparto de cargos, directorios de empresas públicas y promesas de campaña», dijo a iProfesional una alta fuente parlamentaria.
De este modo, Milei dejó de lado el látigo por un momento y comenzó a gobernar con la billetera. Pero corre el riesgo de que sea un triunfo a lo Pirro: hubo 153 votos en contra del veto y esa mayoría opositora puede servir para sancionar leyes o rechazar, por ejemplo, el DNU 70/2023, que ya fue rechazado en el Senado y duerme en Diputados.
Como consecuencia de ese pacto, la Cámara de Diputados ayer convalidó el veto de Milei al aumento jubilatorio, donde 88 diputados bloquearon los dos tercios y la oposicion que necesitaba 166 votos llegó a 153.
Veto a la ley jubilatoria: repartos de cargos directorios en empresas del Estado para dar vuelta los votos
Además, los radicales perdieron un voto de un diputado, Pedro Galimberti, de Entre Ríos, que se irá a un cargo en el directorio de la empresa Salto Grande en su provincia natal. Justo fue nombrado cuando se necesitaba su voto contra el veto.
«Pegó un Salto Grande, de eso no caben dudas», señalaban con ironía en el bloque del radicalismo las voces más críticas. El acuerdo en ciernes podría llamarse el Pacto de «Salto Grande» en los libros de historia.
Galimberti iba a rechazar el veto y renunció a su banca y fue reemplazado por Nancy Ballejos, del PRO, quien avaló el veto presidencial. Además, Galimberti debilitó al bloque radical y lo dejó con un voto menos, ahora con 33, y el PRO aumentó a 38. Puro negocio para el PRO y para Milei.
Hubo también otro Salto Grande. El senador peronista entrerriano Edgardo Kueider, según las versiones y trascendidos, también recibió la promesa de un segundo cargo en el directorio de Salto Grande, donde hay tres sillas y la restante es de un allegado al gobernador Rogelio Frigerio, que busca ser candidato a presidente en 2027. Todo tiene una explicación. El peronista arrepentido Kueider había quedado con las manos vacías cuando no pudo ser presidente de la Comisión Bicameral del Seguimiento de los Organismos de Inteligencia, impulsado por el joven Santiago Caputo, y ahora sería compensado.
No sólo Kueider fue clave para sancionar la Ley Bases y el Pacto Fiscal, sino que ayudará a Milei en momentos más difíciles como las leyes que se vendrán, los DNU que habrá que defender y los vetos que habrá que rechazar, como el de financiamiento universitario, por caso.
Tras el «acuerdo de gobernabilidad», sesiona el Senado
Además, ese gran «acuerdo de gobernabilidad» encabezado por el ahora presidente y operador político Javier Milei implicó que la vicepresidenta Victoria Villarruel convocará hoy a la sesión con la tranquilidad de que se pospuso el rechazo al DNU de la SIDE y que solo se tratarán la Boleta Unica Electoral y la ley de financiamiento educativo, que también implica un mayor gasto público y Milei vetará, pero tendrá quien lo ayude.
Según pudo saber iProfesional el pacto que bendijo el Presidente consistió en el reparto y promesas de cargos a costa del Estado empobrecedor al que quiere destruir, directorios y lugares en la represa de Salto Grande, en Entre Ríos, además de compromisos de apoyo en campañas para el senador y futuro candidato Camau Espinola y el diputado y futuro candidato Mariano Campero, que quieren ser gobernadores en Corrientes y en Tucumán.
Campero fue gentil con el apoyo al veto presidencial, junto con otros cinco diputados radicales: el renunciante Galimberti, que dejó su lugar para una mileista de PRO, y los diputados ahora amigos Martín Arjol, de Misiones; Pablo Cervi, de Neuquén; Luis Picat, de Córdoba, y José Tournier, de Corrientes, facilitado por el gobernador Gustavo Valdes.
«Las promesas fueron todas de repartos de cargos en directorios de empresas públicas y en organismos públicos en sus sedes provinciales, como Anses y PAMI. Fue un acuerdo al más puro estilo de la casta, asi se destrabó en Diputados, no hubo magia ni habilidad negociadora, pura billetera», confió a iProfesional una fuente parlamentaria.
En el Senado, en cambio, se destrabó con la tercera reunión presencial que Milei tuvo con la denostada y odiada rosca de la casta política, en este caso de los senadores dialoguistas la oposición. Dialogando se entendieron el Presidente con Kueider, con Camau Espínola, ambos ex peronistas arrepentidos, y con Lucila Krexell, a quien el Gobierno no le había cumplido la promesa que ella misma había admitido de nombrarla embajadora en la Unesco, en Paris, aunque negó en su debido momento que fuera un premio a cambio de su apoyo legislativo en la Ley Bases.
Entre negociaciones y promesas
Las fuentes parlamentarias aseguran que la presencia de Krexell en la reunión en el Salón Eva Perón de la Casa Rosada también tuvo respaldo en tratativas para compensar la imposibilidad de haber cumplido esa promesa parisina.
«Seguramente estén pensando en algun organismo internacional donde ella pueda ser de utilidad», señaló otra de las fuentes oficialistas que describió el acuerdo.
En aquella reunión de Milei con la rosca política también Milei consiguió otros aliados para frenar el rechazo al DNU 565 para otorgarle fondos a la SIDE, entre ellos la tucumana Beatriz Avila, que depende del gobernador aliado Osvaldo Jaldo, y el jefe del bloque de la UCR, Eduardo Vischi, el titular del bloque del PRO, Luis Juez, y el jefe de Cambio Federal, el salteño histórico Juan Carlos Romero, todos solidarios con el Presidente ahora exitoso. Juez, podría recibir ayuda libertaria para ser gobernador de Córdoba.
«Mucho no trascendió en los detalles, pero todos o casi todos recibieron promesas de directorios en diferentes empresas del Estado», señalaron a iProfesional fuentes parlamentarias. Entre esos nombres, algunos quieren ser gobernador de sus provincias, como el caso del senador Camau Espinola, de Corrientes, y Mariano Campero, de Tucumán.
«En esos casos les prometieron ayuda para la campaña«, señalaron altas fuentes del Senado al tanto de las tratativas.Los recientes triunfos parlamentarios, sin embargo, pueden tener consecuencias pírricas. En las últimas dos votaciones, los libertarios recibieron una abrumadora mayoría en contra: 156 votos en contra del DNU 565 de la SIDE y 153 votos en contra del veto al aumento para jubilados y pensionados.
La preocupación ahora es que el número mágico en Diputados es 129, la mitad más uno de los votos, mayoría con la cual se puede rechazar el DNU 70/2023, ya rechazado por el Senado y se pueden votar otras leyes adversas. La billetera puede dar pan para hoy y hambre para mañana.