En julio pasado, el indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) que publica el Indec registró una baja de 20,4 por ciento respecto a igual mes de 2023. Con ese resultado, el acumulado de los siete meses de 2024 presenta una merma de 30,9 por ciento en relación al mismo período del año pasado. En este escenario de bajo nivel de actividad, julio anotó una mejora relativa frente a junio, del 8 por ciento.
La actividad de la construcción, considerada «madre de industrias» por su impacto en otros segmentos de la manufactura y en la generación de empleo, acumula ocho meses consecutivos con caídas interanuales de dos dígitos. Al mismo tiempo, apila cuatro meses de mejora parcial en la comparación mensual. El principal factor que explica este desempeño es el freno prácticamente total de la obra pública financiada por el Estado nacional.
A nivel desagregado por tipo de insumo, en julio se registraron bajas de 44,9 por ciento en mosaicos graníticos y calcáreos; 34,9 por ciento en artículos sanitarios de cerámica; 32,6 por ciento en pisos y revestimientos cerámicos; 32,2 por ciento en hierro redondo y aceros para la construcción; 31,4 por ciento en asfalto; 30,3 por ciento en hormigón elaborado y 17,9 por ciento en ladrillos huecos, entre otros.
Una medida algo más actualizada, aunque menos robusta, de la situación de la construcción la ofrece el Índice Construya (IC). Este indicador, elaborado por el sector privado, anotó en agosto una baja del 4,3 por ciento mensual desestacionalizada, al tiempo que se mantuvo 20,1 por ciento por debajo del nivel de agosto de 2023. Es decir que las propias empresas del sector siguen sin ver una mejora.
De acuerdo a Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, la actividad del sector privado en grandes proyectos vinculados a petróleo, gas, energía y minería se está recuperando. Pero el principal lastre pasa por el impacto que tiene sobre el sector el parate en la obra pública, en el cuadro de ajuste fiscal draconiano que lleva adelante el gobierno de Javier Milei. «Solo puedo decir que no es viable porque la realidad es que en el mundo el grueso de las obras de infraestructura lo hace el sector público«, indicó el empresario.
De cualquier manera, el último dato de empleo muestra que en junio la plantilla total era 18,9 por ciento más chica que en junio de 2023. En términos acumulados, la pérdida de puestos de trabajo en el sector de la construcción es del 16,7 por ciento. Esto tiene consecuencias directas en el entramado socio-productivo, ya que el sector emplea mucha mano de obra no calificada que ahora corre el riesgo de estar en una situación de pobreza.
Perspectivas
De acuerdo a la encuesta periódica que realiza el Indec, el 61,8 por ciento de las empresas que realizan principalmente obras privadas prevé que el nivel de actividad del sector no cambiará durante los próximos tres meses, mientras que 21,8 por ciento estima que aumentará y el 16,4 por ciento, que disminuirá.
Entre las empresas dedicadas fundamentalmente a la obra pública, el 48,2 por ciento de los consultados opina que el nivel de actividad no cambiará durante el período agosto-octubre de 2024, mientras que 34,5 por ciento cree que disminuirá y 17,3 por ciento, que aumentará.