Se jugaban 35 minutos del segundo tiempo y Boca ganaba 1 a 0. Pero el ingreso de Edwin Cetré activó las alarmas de toda la defensa xeneize. A fines de abril, el delantero colombiano había sido protagonista de la jugada en la que Cristian Lema le aplicó una patada karateca que derivó en el penal y en el empate Pincha, en las semifinales de la Copa de la Liga, donde el conjunto platense avanzó a la final luego de los penales.
Entonces llegó uno de los tantos centros de Meza desde la derecha. Guido Carrillo peleó en lo alto con Lema. La pelota volvió a elevarse y fueron por ella Luis Advíncula y Cetré al borde del área chica, bajo la mirada lejana de Sergio Romero, que seguía clavado en la línea del arco.
Recién cuando el balón comenzó a acercarse a los jugadores, Chiquito inició una salida tardía que quedó a mitad de camino. Cetré ganó en lo alto y la pelota pasó cerca del arquero de Boca, que no pudo evitar el 1 a 1.
Como un acto reflejo, el exarquero de la selección argentina miró a Darío Herrera y gesticuló un supuesto empujón del atacante colombiano sobre el defensor peruano. El VAR analizó la jugada y desestimó cualquier infracción. Romero se mostró enojado con la decisión arbitral en las declaraciones posteriores al encuentro, y sostuvo que debió anularse el gol. “Es falta clara porque (Cetré) lo empuja de espaldas a Luis. Es rarísimo que no vean eso, ahora que está el bendito VAR. Pero uno sabe que cuando se juega de visitante se hacen los distraídos. A veces es chistoso esto, pero hay que seguir”.
Además, Chiquito analizó el partido: “Creo que se hizo un gran partido. El primer tiempo fue totalmente nuestro. Era importante sumar y no perder, ante un rival que se hace fuerte de local. La obligación de Boca es salir campeón en todos los torneos, tenemos que levantar y sumar. Estamos cerca”.
Unos minutos más tarde, y ya en tiempo de descuento, Romero otra vez volvió a quedar pagando cuando Luciano Giménez se le anticipó después de un cabezazo de Fernández y marcó el 2 a 1 en favor del Pincha, aunque en esta acción el VAR determinó que el hombre que mandó el centro estaba adelantado por milímetros y salvó a Boca de la derrota.
Boca otra vez no pudo ganar de visitante y apenas sumó los tres puntos en cuatro ocasiones sobre 19 partidos del ciclo Martínez en esa condición. El 1 a 1 de anoche resume lo que se vio sobre el campo de juego en La Plata. Porque lo del Xeneize fue muy bueno en la primera etapa; solo le faltó el gol. En la segunda parte se encontró con el 1 a 0 luego de una pifia de Lollo que terminó empujando a la red el siempre bien ubicado Milton Giménez.
Sin embargo, el complemento fue todo de Estudiantes, que se llevó por delante a un equipo xeneize que dejó de atacar y fue retrocediendo demasiado en su campo. En ese contexto, el empate sobrevoló el aire en Uno, hasta que Cetré aprovechó una grave falla de Sergio Romero en un centro que debió salir a interceptar. La desatención con Advíncula terminó con el cabezazo del hombre de Estudiantes al fondo de la red. Sobre el final el Pincha marcó el 2 a 1 por intermedio de Luciano Giménez, que también se anticipó a Romero. Pero el VAR salvó a Boca de la derrota porque cuando trazó líneas encontrpo a Federico Fernández (autor del centro) en posición adelantada por milímetros. El 1 a 1 deja con un sabor agridulce al xeneize, que durante el ciclo Martínez sigue en deuda con sus actuaciones lejos de la Bombonera.
LA NACION