En diálogo con TN, el representante del pop latino compartió sus impresiones tras un primer experimento con la inteligencia artificial. Ante el avance de la tecnología, sostuvo que “el arte va a seguir teniendo lugar porque las personas necesitamos ese estímulo poético para vivir”.
Asombro y algo de miedo. Esto es lo que sintió el fotógrafo y artista plástico Marcos López cuando esta semana se sentó frente a la computadora y le pidió a la aplicación de chatbot de inteligencia artificial ChatGPT que hiciera una foto con su estilo.
“Genera un retrato de calidad fotográfica con el estilo del fotógrafo argentino Marcos López”, le ordenó el artista plástico a la IA. Lo que obtuvo fue la imagen de un cincuentón con cara de modelo, ataviado con ropa colorida, y en el fondo algo de parafernalia latinoamericana que se asemeja a la que usa en sus obras el “Andy Warhol del subdesarrollo”, como se autodefine López.
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“La primera reacción que tuve fue una gran sorpresa, puede ser comparable a la primera vez que vi el Photoshop, o el televisor color, o tal vez me vino una imagen de cuando era niño y mi papá, que era ingeniero, me mostró una computadora, esas de mano que uno apretaba el botón, ponía el número dos después el signo más y con una lucecita salía el número cuatro”, dijo a TN el artista nacido en Gálvez, Santa Fe, en 1958.
“Son como asombros, después uno se va acostumbrando. Pero en este caso creo que el asombro está acompañado de un poco de miedo”, afirmó y se preguntó: “¿Hasta dónde va a poder llegar la inteligencia artificial? Yo creo que no tiene límites, no logro imaginarme hasta donde puede llegar”.
“El futuro ya llegó”, comentó en su posteo de Instagram. El experimento pinchó su curiosidad artística y le abrió un sinfín de preguntas sobre “cómo descifra el algoritmo a Marcos López”. “¿Qué va a pasar con los puestos de trabajo? Muchas cosas se van a suplementar con inteligencia artificial en cuanto al trabajo artístico o poético, ni siquiera me animo a afirmar que siempre va a haber un lado humano que le va a dar una textura, una impronta, una sensación, un sentimiento único…”, manifestó.
La imagen que produjo a IA generativa le pareció “simpática” y López considera que el programa “acertó con el exceso y la variedad de colores, y con las estatuitas y cosas así” que remiten a la iconografía del artista, inspirada en el collage, las publicidades de su infancia, el kitsch y la cultura popular.
“Si lo miramos desde otro punto de vista, es muy primario lo que acertó”, puntualizó. Uno de los aspectos en lo que claramente falló la IA fue en la cara del modelo. “Yo no usaría esos modelos. Un amigo fotógrafo, dijo que en vez del estilo pop latino parece un pop europeo o anglosajón”, se río López.
-La IA generó una foto que responde en gran parte a estereotipos estéticos hegemónicos, ¿cuál sería su concepto de belleza?
-“Yo encuentro belleza en la precariedad de una verdulería del conurbano, en la manera en que un frutero ordena las frutas por colores y por tamaños y pone una cortina de plástico que combina y todo eso tiene una música especial. Encuentro belleza en esas cosas o trato de encontrar belleza en la cultura popular y creo que es eso es lo que he ido construyendo como una imagen que me represente. Se puede hablar de la textura de la periferia, de la chapa de los parques de diversiones abandonados, digamos”.
Aunque a López no deja de sorprenderle la capacidad de la tecnología de poder generar una imagen con tan solo “hablarle unas palabras a un sistema informático”. “Esa es una primera aproximación, si uno sigue investigando yo estoy casi seguro que va a generar imágenes muy cercanas a las que yo podría hacer”, opinó.
“Da miedo un poco hasta donde se puede llegar”, confesó López al mencionar a los deepfakes, la generación de retratos con audios falsos y sus implicaciones sobre “la credibilidad de las imágenes”.
Aunque aclaró que hace tan solo unos días que empezó a interesarse en el tema, López dijo que planea “armar un grupo de estudio para investigar la inteligencia artificial pensando en una muestra grande”, que va a tener el año que viene en la que “mezclará desde fotos analógicas en blanco y negro de los años 80, fotos hechas con Photoshop y algunas fotos con inteligencia artificial o animación o video…”. “Cómo es una experimentación, no sea donde voy a llegar”, sostuvo.
-El humor es uno de los sellos distintivos de su obra, ¿cree que es algo que lo diferencia de la IA?
-Creo que el humor lo puede imitar, puede seguramente hacer relación de colores, de figura y fondo que combinen mejor de lo que yo podría inventar.
Entonces, López cree que la humanidad recaería en la posibilidad del “error”, y en el gesto, la mano del artista. “Pienso que lo que se llama arte va a seguir siendo, va a tener un lugar porque las personas necesitamos ese estímulo poético para seguir viviendo”.
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Aunque también reconoció que “no tiene ningún problema en usar la IA” como herramienta artística. De hecho, está pensando ahora en “hacer una experiencia de generar una imagen con inteligencia artificial, imprimirla en una tela y luego pintarla artesanalmente arriba”, al igual que sus trabajos más recientes con fotos antiguas que compró en mercados de San Telmo y México y luego intervino.
“Yo en lo personal cada vez más voy a ir hacia lo artesanal, hacia lo poético”, dijo el artista, que dijo haberse “cansado de la fotografía” y se gira cada vez más hacia los pinceles y dedica mucho tiempo a su nueva pasión, el ping pong.