Antes de la irrupción del jamaiquino Usain Bolt, el estadounidense Carl Lewis era el mejor velocista de la historia, primero en bajar la marca de los 9’90» en los 100 metros llanos, pero además un campeón en salto en largo. En ambas disciplinas ganó medallas doradas. ¿Cómo está hoy la leyenda del atletismo en los Juegos Olímpicos?
A sus 63 años, Carl Lewis es un ícono del atletismo, reconocido por su talento, dedicación y espíritu competitivo. Su legado continúa inspirando a atletas y generaciones alrededor del mundo.
Con 15 años, Lewis comenzó a competir en salto en largo o de longitud. Con su sprint; también hizo buenas actuaciones en pruebas de velocidad. En 1980, con sólo 19 años y medio, Carl fue seleccionado para el equipo olímpico estadounidense de atletismo, pero el boicot de su país a los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 retrasó su debut.
En los años siguientes, Lewis hizo las mejores marcas de la temporada en los 100 metros y en el salto de longitud, y asombrado por conseguir marcas de relieve con cierta facilidad. Emergió como estrella mundial. Curiosamente, en 1984, fue drafteado por los los equipos de la NFL y la NBA, los Dallas Cowboys y Chicago Bulls. En junio de 1984 pudo jugar con Michael Jordan, pero su vida tomó otro giro.
Desde 1990 anunció que era vegano, y escribió esta decisión en el libro «Very Vegetarian» (muy vegetariano), al asegurar que después de ese cambio tuvo el mejor desempeño deportivo de su vida. En los Juegos Panamericanos de Indianápolis 1987, Lewis saltó 8.75 metros, marca que aún permanece hasta hoy como récord de esa competencia.
Considerado como el «atleta más grande del siglo 20«, también conocido como «El Rey del Atletismo» o «El hijo del viento», nació 1961 y rápidamente se transformó en leyenda olímpica: durante su carrera acumuló un total de 10 medallas olímpicas, 9 de oro y 1 de plata, entre 1984 y 1996. Ganó cuatro oros en velocidad (100m y 200m) y la misma cantidad en salto de longitud, brillando además en Campeonatos Mundiales (8 oros, 1 plata y 1 bronce).
Es uno de los cuatro atletas con más oros olímpicos y el único en ganar la misma prueba individual (salto de longitud) cuatro veces. Su rivalidad con Ben Johnson marcó la época, con la polémica victoria de Johnson en 1988 y su posterior descalificación por dóping. Se retiró en 1997 y desde entonces estuvo involucrado en diversos proyectos como comentarista deportivo para las cadenas ESPN y la BBC.
Fundó la Fundación Carl D. Lewis para apoyar a jóvenes desfavorecidos a través del deporte y la educación; y es un férreo defensor de la salud y el bienestar de los jóvenes, participando en campañas contra el dóping y por la igualdad racial. En cuanto a los negocios, invirtió en bienes raíces y tiene una línea de ropa deportiva.
En una entrevista al diario As, de España, contó en 2022 que su vida ahora es participar de conferencias y dedicarse a su fundación. «Soy un gran inversor en una ‘compañía unicornio’, la denominación que reciben aquellas con un valor por encima de los 1.000 millones de dólares», confesó.