A través del decreto 559, el Poder Ejecutivo dispuso una modificación en la estructura interna de la AFIP, por la cual se eliminan tres subdirecciones generales, 8 direcciones y más de 30 jefaturas departamentales que dependían de la Dirección General de Recursos de la Seguridad Social. Mientras que desde la conducción de la AFIP aseguran que «no se afectará al personal de planta permanente, sino únicamente a los titulares de 44 cargos jerárquicos que se eliminan», en los dos gremios principales que representan a los trabajadores de la AFIP (Aefip y Supara) se mantiene la preocupación por las consecuencias finales que pueda alcanzar la reestructuración en marcha.
Según informó la AFIP, a través de la reforma en la estructura interna «se unificó en las dependencias de la DGI las actividades de control operativo en materia tributaria y previsional en el ámbito metropolitano». Unas 700 personas que se desempeñan en la Dirección General de Recursos de Seguridad Social (ahora a cargo de Santiago Mozetic) pasan a depender de la DGI (a cargo de Gabriel Ramírez), unificando las tareas de fiscalización de todo el organismo.
El organigrama de la AFIP define tres direcciones generales: Impositiva (DGI), de Aduanas (DGA) y de Recursos de la Seguridad Social (DGRSS). A su vez, en el nuevo esquema quedarán 4 subdirecciones generales dependientes de la DGI, otras 4 bajo la órbita de Aduanas (DGA) y 9 subdirecciones generales dependerán directamente del Administrador Federal, en este caso de Florencia Misrahi, titular de la AFIP. La dirección general de Recursos de la Seguridad Social queda sin subdirecciones a cargo.
«Los 700 agentes que pasan de Seguridad Social a la DGI se integran a las tareas de fiscalización, unificando la tarea», explicaron desde el área respectiva de la AFIP. Se establece un mecanismo de «ventanilla única» para el contibuyente, aseguran, reduciendo la burocracia del doble control impositivo y de aportes previsionales. Este esquema, agregan, replica lo que ya se viene realizando en el interior del país.
«No se reduce el personal, sino la estructura, con la finalidad de modernizar los controles de fiscalización teniendo en cuenta la próxima moratoria y el blanqueo», postularon. Las restantes 300 personas de la DGRSS, que no pasan a la DGI, quedan en el área en que se desempeñaban, en diferentes funciones.
«En la Dirección General de los Recursos de Seguridad Social permanecerán la distribución de los fondos con destino a los subsistemas de seguridad social, el contacto con las instituciones públicas y privadas en materia de seguridad social, así como la investigación y denuncia en caso de trata de personas», sostuvieron desde la conducción de la AFIP.
Los gremios más representativos dentro del personal de la AFIP recibieron una información similar a la que aquí se expuso, en el sentido de que «la motosierra» no afectará puestos de trabajo pero sí a diversas áreas de la estructura que se eliminan. Por ahora, tanto en el gremio de los empleados de la DGI (ex Aedgi, hoy Aefip) como en el de los aduaneros (Supara), optaron por mantenerse atentos a las consecuencias y volver la atención a la discusión salarial, cuyo tratamiento paritario se mantiene congelado.
Ya desde principios de junio, ambos sindicatos vienen denunciando que la administración de la AFIP elude la presentación de una propuesta salarial. Ya desde entonces, la representación gremial advertia que la intransigencia a otorgar nuevas subas de salarios resulta “discriminatorio de la política salarial del resto del Sector Público Nacional”.
En una declaración presentada en ese momento, los dirigentes de Aefip y Supara señalaban que, “lejos de valorizar la labor de los funcionarios del área, se implementan políticas de licuación de salarios en un Organismo que cumple un rol estratégico en la ejecución de las políticas económicas del Estado Nacional”.