Las alertas del «Señor de las cerezas» de Milei

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El jueves último, pasada la medianoche, mientras el Gobierno de Javier Milei vendía como un beneficio social directo a la sanción de la Ley Bases, un grupo de Whatsapp de empresarios petroleros celebró de manera burlona la aprobación. «Gracias totales», escribió. No fue un enigmático sino una lectura bastante certera de lo que la norma garantiza: entre muchos otros puntos laborales, el Régimen de Fomento de Inversiones (RIGI), les da a los sectores con mayor espalda económica y financiera y los naturalmente dinámicos aún en crisis (petróleo, minería y agro), beneficios inéditos en el mundo para aplicar a proyectos a los que hubiesen aplicado aún sin el estímulo. Les dieron más que lo que pedían, y brindaron por ello. 

En la otra esquina, en el mundo real de los empresarios que paladean una recesión que observan «sin fin», empezó a quebrarse cierto orden de apoyos sin peros a Milei. Aún en aquellos grupos que reunen a los libertarios de la primera hora. Hoy, son matices y movidas puntuales, pero todas muy significativas, por diferentes razones. El caso más emblemático se dio hace unos días. Un empresario importante pero hasta ahora desconocido para el gran público, pateó el tablero en el grupo de Whatsapp «Dolarización», un spin off de un chat madre, el «Nuestra Voz» que creó Marcos Galperín para militar a Macri 2019 y luego mutó al mileísmo. 

Dolarización limpió a los infieles a Milei y congrega hoy a los ceos militantes del libertario, que debaten poco y elogian mucho al presidente. Pero algo ocurrió: Adolfo Storni es para el mercado «el Señor de las cerezas», mote que deriva de ser propietario de Extraberries, una firma que comercializa, produce y exporta esa y otras frutas, como arándanos, manzanas y peras. Con enojo, planteó ante empresarios mileístas de «Dolarización» que «hay atraso cambiario, faltan reformas impositivas y el RIGI es sólo para los grandes, ¿el resto qué hacemos? No estoy de acuerdo en que no se hagan críticas». 

Todos los presentes en el chat de sorprendieron, algunos lo calmaron y otros no pudieron creer. Sebastián Gurmendi, directivo del banco francés Credit Agricóle, reaccionó: «es un fenómeno de corto plazo, hay que aguantar», le explicó, sobre el atraso cambiario. En ese momento, se plantó otro de los críticos, Matías Tamburini, ex director del Deustche Bank y actual socio de Orca Capital, se quejó del cepo y del dólar. Tamburini, integrante desde el inicio de este chat que ya junta 170 empresarios, conoce bien a Horacio Marín, el ex Techint que hoy preside YPF, y estuvo a punto de reemplazar en la petrolera de bandera a Alejandro Lew, el ex director financiero que fue culpado por la crisis de abastecimiento de naftas cuando Sergio Massa era ministro. Lew, luego, terminó en el BCRA de Milei. Tamburini es cercano, pero también crítico. 

La posición de Storni, el más enojado con el contexto -que además es dueño de campos y de la empresa de arándanos Gamorel en Salto, Uruguay-, se encuadra en la línea más «productivista» de los ceos de Milei, y contrasta con los fieles, que creen que el presidente viene a salvar el planeta, literal. Entre estos últimos figuran, además, de Gurmendi, Luis Bameule, dueño de la ex Swift, y Ricardo «Dicky» Smith Estrada Saavedra. Este último, amigo personal de Mauricio Macri, cruzó a Storni y le dijo, «mirá que no es tan así, hay que bancar». «Dicky» es dirigente de la Sociedad Rural (SRA) y criador de Angus. Llegó al estrellato cuando, en 2008, horas después de frenada la Resolución 125, apareció en La Rural con un toro campeón al que llamó «Cleto», segundo nombre de Julios Cobos, el vice que con su «no positivo» frenó el plan de retenciones móviles del entonces ministro de Economía de CFK, Martín Lousteau. 

En el pelotón de los ultras que tratan de evitar las críticas y que se resquebraje el apoyo monolítico se cuentan, además, el ítalo argentino ex FIAT, Cristiano Rattazzi; Gabriel Martino (ex HSBC): Martín Migoya (Globant); Alec Oxenford (OLX); Federico Zorraquín (Rheem) y Martín Constantini, del Frigorífico Rioplatense. Todos ellos salieron a sostener el tipo de cambio y el RIGI en los cruces con los críticos, que aseguran que para las pymes no hay beneficios y perderán competitividad contra proyectos grandes. «Storni ve el problema para la economía doméstica», contó a este diario alguien que lo conoce bien. El personaje en cuestión supo trabajar para Arcor y empresas de bebidas como Gatorade. Otro de los de ese chat, que pidió mantener su nombre en reserva, admitió que «hay empresarios que, naturalmente, se están haciendo una pregunta lógica: ¿qué hay después del ajuste?. Por ahora, no hay nada». 

«Ni la UIA es tan crítica»

Un rato después de ese debate whatsappero, muchos de los empresarios hablaron entre ellos y uno dejó una frase lapidaria. «Acá no podemos hablar de ese modo, ni en la UIA dicen esas cosas y la industria está quebrada, ni la UIA es tan crítica», sintetizó graficando la moderación de la Unión Industrial ante el peor proceso fabril de la historia. Una voz crítica de ese palo que se sumará en las próximas horas es la de Rubén Cherñajovsky, el dueño de Newsan, uno de los gigantes de electro de Tierra del Fuego, quien en una entrevista con La Fábrica Podcast adelantó que el país no puede funcionar con servicios y sin industria. 

Lo cierto es que se empieza a ver, no en la UIA pero sí en otros sectores, un malestar in crescendo. Fue curioso esta semana el aplauso que recibió el ministro de Economía, Luis Caputo, en la conferencia anual de la Cámara de la Construcción (CAMARCO). «Lo cortés no quita lo valiente», resumió un ceo ladrillero importante, quien contó que había un puñado de aplaudidores del ministro agitando, cuando prometió una rebaja de impuestos, sin fecha, del 90 por ciento. En el discurso de apertura, a cargo de Gustavo Weiss, se le dijo por primera vez a Caputo que la culpa de la crisis es de Milei, porque mató la actividad cerrando la obra pública. «Nos deben 400 mil millones de pesos en obras impagas», dijo Weiss. Alguien que conoce bien esos números le encontró una manera elegante a esa deuda: «el gobierno está en default». Muchos tenian esperanzas de que dijera algo, quedaron desencantados. 

En los pasillos, de hecho, le criticaron hasta la derivación de las obras públicas nacionales a las provincias. «Los gobernadores nos dicen que le agarraron las obras al gobierno de Milei porque las había dejado tiradas, pero que ellos no tienen plata para hacerlas porque Nación les cortó las transferencias», relató un importante ceo de CAMARCO. 

En este escenario, sorprendió la postura tan alineada de los gerentes del IDEA. De cara a la realización del Coloquio, en octubre en Mar del Plata, le contaron a la prensa que están a favor de todas las reformas y políticas de Milei, y que el leit motiv de este año será: “¿Si no es ahora, cuándo? Transformar. Invertir. Sostener”. Toda una declaración de principios. 

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