La crisis económica empieza a generar voces críticas que hablan en público de la situación que se generó en cuanto a actividad durante el Gobierno de Javier Milei. El último episodio lo protagonizó Martín Castelli, el dueño de la textil Isadora y la casa de ventas de accesorios Todo Moda, quien se quejó del modelo económico y aseguró que «no puede ser que esto sea la segunda parte de Menem». Las declaraciones, que además incluyeron críticas a «la micro y a la macro», fueron dadas en una entrevista con La Fábrica Podcast, un medio de difusión de la realidad sectorial que encabezan industriales jóvenes. En ese mismo escenario, el titular de Aluar y Fate, Javier Madanes Quintanilla, también había marcado las serias deficiencias del modelo de Milei.
Castelli precisó, en esa charla, que Milei «arrancó con un problema muy grande y muchos desafíos», pero a la vez aclaró que se está yendo a un modelo netamente importador por los altos costos operativos, entre ellos tarifas. «Antes, nuestra fábrica de argentina tenía costos un 10 por ciento más caros que China, pero hoy producir es el doble de caro que China».
A continuación, el empresario, que tuvo una baja de ventas del 5 por ciento y perdida de rentabilidad en lo que va del año, dejó en claro que «Argentina necesita una revolución de trabajo. No puede ser que esto sea la segunda parte de Menem». En este contexto, graficó que «hoy ganas mucho en dólares, lo gastas, no podes exportar nada, importas todo, se deteriora la balanza comercial y al final eso no es sostenible».
De este modo, Castelli consideró que «la exportación, el trabajo y la industria tienen que estar en el plan. Me preocupa la micro, pero la macro también, qué idea de país tenes, qué modelo. Hoy ajustamos todo lo monetario, los números sueltos te dan, pero hay recesión, te vas para el desempleo, la industria se golpea, se retrae».
El caso Madanes y los fans libertarios
En el espacio de La Fábrica, creado, entre otros, por el textil Tomás Karagozian, Pedro Gentile, industrial pyme de La Matanza, Oliver Maltz, del grupo Estisol, Román Guajardo, de la industria de Santa Fe y Valentino Romano, dueño de una maderera en Morón, ha habido invitados críticos y hasta algunos con visión favorable de Milei.
El caso de Madanes, el de mayor repercusión por la dureza contra Milei, saltó a la la luz por haber dicho, entre otras cosas, que «hay que unirse para reclamar condiciones de competitividad razonables. Si nos quedamos en una situación de resistencia, nos va a ir mal. No hay que aguantar, hay que atacar». Y agregó que «la dirigencia empresarial tiene un rol insignificante (…) es más un geriátrico que algo pujante». Asimismo, consideró que «Occidente está perdiendo un batalla y hay que ser cuidadosos con las alianzas geopolíticas en un escenario de ese tipo. Me parece que alinearnos absolutamente en determinada dirección… si no consideramos nuestras debilidades y la necesidad de tener un prestamista de última instancia —si es que nos queremos alinear así— estamos cometiendo un acto de suicidio».
En la otra esquina, Diego Fenoglio, el fundador de Rapanui, se mostró cerca de los libertarios al decir que «estoy absolutamente con Milei, el chico este me encantó cuando apareció. Este chico piensa como yo pienso. El Estado no puede gastar más de lo que tiene». Y agregó que «una empresa cuando entra en concurso está cuatro años para salir. Este chico en cuatro meses está sacando el país adelante, evidentemente está haciendo las cosas bien».
En esa misma línea, Lucas Santiago, de la heladería Grido, explicó que_ «yo estoy entusiasmadísimo y esperanzadísimo de que esto llegue a buen final”. Y concluyó que “cada vez me inclino a que (Milei) es un genio”.