Para envejecer bien y tener calidad de vida en la vejez, es necesario desarrollar y mantener la musculatura.
En los últimos días, se hizo viral en las redes sociales un video de una señora mayor cargando unas bolsas de supermercado. La doctora estadounidense Gabrielle Lyon viene hablando sobre este tema hace rato y siempre intenta transmitir a sus pacientes que para envejecer bien y tener calidad de vida en la vejez, es necesario desarrollar y mantener la musculatura.
“Tal vez no nos preocupe tanto llevar bikini, pero sí el ser autónomos, tener fuerza para sostener a nuestros nietos. Llevar nuestra propia compra, vivir de forma independiente, ese es el primer motivo para preocuparnos por mantener una buena masa muscular”, afirmó la geriatra, autora del libro “La revolución muscular”, publicado por la editorial Intrínseca en marzo.
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Luego aclaró: “Pero va mucho más allá. Mantener la masa muscular ayuda a prevenir enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2, la hipertensión, enfermedades cardiovasculares… Condiciones que se vuelven más comunes a medida que las personas envejecen”.
Aunque el atractivo de ganar músculo es más popular entre las generaciones jóvenes, que buscan mejorar el aspecto de su cuerpo o el rendimiento deportivo, Lyon sostiene que son los mayores de 50 años los que más deberían preocuparse por su composición corporal.
“Realmente existe esta transición con la edad, donde nos preocupamos menos por nuestro físico. Cuando somos jóvenes, nos enfocamos en la apariencia, y eso está bien, porque eso crea buenos hábitos. Pero hay una diferencia: no siempre se trata solo de estética. Y, de hecho, nunca es demasiado tarde para fortalecerse y ganar músculo”, agregó Gabrielle.
Cuándo empezamos a perder fuerza muscular
El proceso natural de pérdida progresiva de masa y fuerza muscular comienza a producirse, aunque lentamente, a partir de los 30 años. Cuando llegamos a los 50 comienza una pérdida de masa muscular más importante, que puede llegar al 2% anual.
Pero algunos factores, como el sedentarismo, una dieta baja en proteínas, las enfermedades crónicas y la hospitalización pueden hacer que este descenso comience antes. Esta importante pérdida de músculo, conocida como sarcopenia, puede provocar una disminución de la capacidad funcional, un mayor riesgo de caídas y discapacidad.
“A menudo, el músculo perdido se reemplaza por grasa corporal, lo que reduce la fuerza y la movilidad muscular y altera el metabolismo”, explicó Lyon.
La médica señaló que, en la última década, gran parte de las investigaciones, así como las campañas de concientización, se centraron mucho en la obesidad y la necesidad de perder peso. Sin embargo, eso no es lo más preocupante.
“Esto ha dañado la forma en que la gente piensa sobre el fitness. Cuando envejecemos, la falta de músculo puede causar más daño que la cantidad de grasa en el cuerpo”, dijo.