La derrota de River frente a Temperley por los 16vos. de final de la Copa Argentina, por penales tras igualar 1-1 en los 90 minutos, expuso sin piedad las fragilidades del conjunto que dirige Martín Demichelis.
En primer lugar, extendió su mala racha en definiciones desde los 12 pasos: ya son seis derrotas consecutivas por esta vía, cuatro de ellas con Franco Armani bajo los tres palos. También fue una nueva muestra de lo mucho que le cuesta al Millonario ganar fuera del Monumental. Y en medio de las críticas que señalaban a este equipo de River por la falta de líderes, la arenga de Demichelis previo a los penales acentuó esos cuestionamientos.
No fue Armani, Milton Casco ni Nacho Fernández, los históricos del plantel, quienes se pararon frente sus compañeros para levantarles el ánimo después del empate agónico de Fernando Martínez para el Gasolero, sino que fue el DT.
“Escuchen, esperen, vamos a hablar”, soltó Micho para convocar en una ronda a sus dirigidos. “Quiero ver lenguaje corporal de convencimiento, no de preocupación», les dijo. Y luego añadió: «Olvídense de la energía que está afuera, de la gente. Olvídense de todo. ¡De todo! Piensen en ustedes, los que van a patear. Piensen en ustedes, que con todo ese trabajo y sacrificio nos lo empataron en la última posesión”.
Ese discurso se viralizó en las redes. Aparecieron burlas, como la de la cuenta oficial de Temperley, pero también análisis detallados sobre las palabras del entrenador. Uno de ellos fue el de Lisandro Bregant, quien fundó y dirige los equipos del observatorio de narrativas “Narraglobal”, dedicado a monitorear y brindar insights de comunicación en diferentes áreas.
«Fue una arenga a cielo abierto, diferente a las arengas de vestuario en la previa del partido o en el entretiempo. Esa disociación en deportes de alto rendimiento, donde todo se define por detalles, se suele pagar caro», le contó a Clarín. Y detalló su análisis.
El error garrafal de la arenga de Demichelis
Bregant señala tres ejemplos de mala praxis narrativas por parte de Demichelis en esos 30 segundos que, a través de las imágenes de la transmisión oficial, se lo escuchó arengando a sus dirigidos.
La decepción de empatar un partido que parecía ganado era notorio en el rostro de los futbolistas de River y el DT buscó cambiarlo con sus palabras. «Quiero ver el lenguaje corporal de convencimiento», dice. En la misma línea, Pep Guardiola remarca en la serie de Netflix sobre el Triplete del Manchester City la importancia del lenguaje corporal y Bregant no lo niega, pero identifica como un primer error la forma en que Demichelis se lo comunica a sus jugadores.
¿Por qué es un error? «Porque pedís un cambio como expresión de deseo personal en lugar de gestionarlo con tu narrativa (arenga)», explica.
«Olvídense de lo que está afuera, de la gente», dice después el técnico. Segundo error. «Es biológicamente imposible», argumenta el especialista. Y lo explica con un ejemplo bien claro: «Es como pedirle a los que están jugando a 3.500 metros de altura en Bolivia que se olviden de la altura».
¿Qué se debe hacer entonces? «Ayudalos a transformar lo que significa (meaning) esa energía o esa desventaja en algo a favor o algo desafiante para tu grupo», resumió.
Al ser consultado por Clarín, Bregant añadió: «Un técnico, sea del deporte que sea, tiene que ayudar a su plantel a atravesar con realismo la situación. En narrativa eso se define como principio de realidad. Cuando se rompe eso, se rompe el pacto atencional (te dejan de escuchar), se rompe la inmersión (estar metido-concetrado en eso) y entra ruido».
«No teneis hambre»
«El deporte es lenguaje corporal»
Guardiola a los jugadores en el vestuario después de caer en la Carabao Cup Vs Southamptonpic.twitter.com/7gGS1EhSZt— Todo Guardiola (@TodoGuardiola) April 3, 2024
Y, por último, la mala praxis narrativa que define como la «peor de todas». «Piensen en ustedes, que con todo ese trabajo y sacrificio nos lo empataron en la última posesión», dice Demichelis. Error garrafal, ya que hace lo que se denomina «activar el imaginario».
«¿Qué dice un DT clásico cuando va a alargue?», se pregunta Bregant. Y responde: «‘Empieza otro partido. No pasó nada. Foja cero’. En cambio, acá Demichelis conecta los penales con la incapacidad de defender bien la última jugada. Totalmente contraintuitivo. Te revive ese pequeño trauma. Y algo peor: no te lo resignifica. No te ayuda a tramitarlo», concluye al respecto. Para tomar nota.