El castillo de Highclere volverá a la pantalla con el estreno de su tercera película que ya comenzó a filmarse, luego de 10 años del final de la exitosa serie televisiva. La majestuosa propiedad, en el sur de Inglaterra, donde se filmó el drama histórico Downton Abbey experimentó, en los últimos dos años, problemas financieros significativos debido al Brexit y a la escasez de mano de obra en todas las industrias del Reino Unido.
Pero ahora, la mansión de campo victoriana de estilo Isabelino de 1274 años vuelve a ser el escenario de las fiestas de la familia Crawley con el estreno del tercer filme en los cines previsto para 2025, justo en el año en el que se conmemoran los 15 años de la ficción creada por Julian Fellowes en 2010.
Ubicada en el condado de Hampshire, Inglaterra, en un terreno que ocupa 20 kilómetros cuadrados, la propiedad es la casa de campo de la familia Herbert, condes de Carnarvon; además de ser la mansión más grande de Hampshire.
El castillo fue construido en el siglo VIII, y era propiedad de los obispos de Winchester que mandaron a construir un palacio medieval.
El castillo de Highclere cuenta con 300 habitaciones y, aunque los orígenes de Highclere, en este emplazamiento de Newbury, se remontan al siglo VIII, la propiedad de estilo jacobino fue diseñada por Charles Barry en 1842, entre cuyas obras arquitectónicas también se incluyen las emblemáticas Casas del Parlamento de Londres. En la actualidad, sigue siendo propiedad de la familia Carnarvon.
Los jardines de Highclere fueron diseñados por el paisajista del siglo XVIII Lancelot “Capability” Brown, conocido como “el mejor jardinero de Inglaterra”. Para los terrenos del castillo, creó más de 400 hectáreas de colinas, lagos y praderas con innumerables especies de árboles, entre ellas algunas no autóctonas, como los cedros del Líbano, famosos por aparecer en los créditos iniciales de Downton Abbey.
Casarse en el castillo más famoso de la TV
El castillo de Highclere puede celebrar bodas. La condesa Fiona Carnarvon, copropietaria del castillo con su esposo, el octavo conde de Carnarvon, explicó que las ceremonias y fiestas son una gran fuente de ingresos y hasta 2020 generaban el 40% de su negocio general.
Las novias pueden prepararse para su día en una elegante habitación orientada al sur en el castillo, mientras que la gran entrada se puede hacer caminando por la galería del primer piso sobre los invitados, antes de descender por la amplia escalera de roble hacia el salón, que se encuentra en el corazón del castillo.
También incluye un equipo de catering interno de primera clase y altamente experimentado bajo la guía experta del chef principal, Paul Brooke-Taylor. El castillo y los jardines circundantes quedan a disposición de uso exclusivo de la celebración.
LA NACION