La recaudación tributaria de abril arrojó un resultado muy por debajo, comparando cifras actualizadas, de lo ingresado en el mismo mes del año pasado. Pero la diferencia es mucho más notable si se compara la evolución únicamente en relación a los impuestos y contribuciones más dependientes de la economía doméstica. El aumento extraordinario con respecto al año pasado del impuesto PAIS y las retenciones o derechos exportación, y no por mayor actividad sino por el impacto de la megadevaluación de diciembre con la que hizo su presentación Javier Milei, sostienen una recaudación que, sin su aporte, estaría mostrando un cuadro de derrumbe.
Yendo a los números, mientras que la inflación interanual medida por el índice de precios al consumidor alcanza al 287,9 por ciento a marzo (si en abril se repitiera una inflación del 8,4 por ciento como la de abril del año pasado, la interanual sería la misma que la señalada para marzo), la recaudación de los principales tributos exhibieron la siguiente evolución:
– Impuesto PAIS: +1106,5 por ciento. Este inusual salto, que refleja que la recaudación de un año atrás se multiplicó por 12, es el resultado no sólo de la megadevaluación de diciembre que duplicó el tipo de cambio nominal, sino además de la ampliación de la base imponible (con muchos más los rubros de importación para los cuales la compra de divisas al Banco Central paga el tributo) y el aumento de las alícuotas que se pagan.
– Derechos de exportación: +529,8 por ciento. En este caso, el impacto alcista en la recaudación en pesos viene por la devaluación, sólo parcialmente compensado por la caída promedio en los precios en dólares de los bienes exportados (principalmente, soja y maíz).
– IVA impositivo: +225,7 por ciento. Representa una caída real de 16 por ciento, pese a que diversas obligaciones de pago de contribuyentes en la categoría de autónomos correspondientes a 2023, vencieron y se pagaron en abril de este año por el beneficio de una prórroga. Es decir, que el impacto de la recesión es mayor al de la caída real de lo recaudado.
– Créditos y débitos bancarios, +227,7 por ciento. Con una evolución interanual muy similar a la del IVA impositivo, este impuesto que refleja los movimientos bancarios diarios es un termómetro muy aproximada de la caída de la actividad económica.
– Ganancias, +150,1 por ciento. En este caso, la caída se explica principalmente por el reemplazo del impuesto sobre la cuarta categoría para ingresos de trabajadores en relación de dependencia y jubilados, por un impuesto cedular que sólo alcanza a las retruibuciones más elevadas. El impacto de la recesión, en este impuesto, sólo se regristra con un mayor rezago.
– Bienes Personales: +33,6 por ciento. La incidencia del impuesto más progresivo del sistema ha quedado relegado a un lugar marginal, con una caída real interanual del orden del 65 por ciento. Según el comunicado de AFIP, incidieron negativamente en su recaudación «el cambio del esquema de percepciones aplicado a las operaciones de moneda extranjera y la disminución de la demanda de moneda extranjera para atesoramiento y gastos y viajes en el exterior».
Completa el informe de AFIP la información sobre la recaudación para el sistema de seguridad social, que exhibe un incremento del 217,3 por ciento en la comparación interanual. Diez puntos menos que el aumento de recaudación nominal de IVA impositivo y Débitos y Créditos Bancarios, lo cual estaría reflejando que la evolución de los salarios registrados sufrió algo más que la caída general de la actividad económica.
En definitiva, la recaudación tributaria total informada por AFIP alcanzó a 8 billones 813.239,6 millones de pesos en abril, con un aumento interanual nominal del 239,6 por ciento. Y el acumulado del primero cuatrimestre, a 31 billones 339.473 millones, 237,7 por ciento más que en igual período de 2023.