Un insólito hecho ocurrió en una comisaría de Berisso, en el partido de La Plata cuando un remisero de 59 años fue a visitar a un compañero detenido y le llevó un sandwich que pan tenía droga. Por protocolo de seguridad, los efectivos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires revisaron el paquete con el que el visitante había llegado y tras analizar el polvo blanco que había entre los panes y el fiambre comprobaron que se trataba de 3,1 gramos de cocaína.
Según informó el diario local 0221, el hombre, un remisero oriundo de la ciudad, llegó a la comisaría Tercera, ubicada en 95 y 126, con la excusa de visitar a su amigo y entregarle algo de comida en medio de su encierro. Por protocolo de seguridad, los efectivos de la Policía Bonaerense revisaron el paquete con el que el señor había llegado y tras analizar el polvo blanco que había dentro del envoltorio comprobaron que se trataba de 3,1 gramos de cocaína.
De esta manera, el hombre terminó siendo detenido al igual que su amigo. La investigación del caso quedó en manos de la Fiscalía N°8, que dispuso la detención del acusado a raíz de lo sucedido.
Una paloma herida, que no podía volar, fue encontrada cerca de una de las entradas de la cárcel de Coronda, Santa Fe. La sorpresa de quienes la hallaron fue mayúscula cuando advirtieron que tenía atada a una de sus patas una bolsa que contenía droga. La presunción es que alguien se valió del pájaro para intentar ingresar el estupefaciente en el penal, y que, posiblemente por el peso de la carga, el ave no habría conseguido controlar el vuelo y, consecuentemente, se habría golpeado contra el alambre de púas del cerco perimetral de la penitenciaría situada 45 kilómetros al sur de la capital provincial.
Según informaron fuentes policiales, el insólito hecho fue descubierto a última hora del lunes pasado por personal del Instituto Correccional Modelo U1 “Dr. César Tabares”, que encontró en uno de los portones de acceso, sobre la calle Belgrano, una paloma mensajera que, aunque lo intentaba, no podía remontar vuelo.
Faltaban pocos minutos para las 22. Uno de los agentes se acercó y notó que la paloma tenía adosado a una de sus patas un envoltorio de nylon; el paquete cayó y cuando lo abrieron se descubrió que contenía un pequeño alijo de marihuana. El pesaje posterior determinó que se trataba de 61,8 gramos de cannabis prensado.
El funcionario judicial también solicitó las filmaciones de las cámaras de seguridad de la zona para determinar si alguna persona se acercó al lugar con la paloma mensajera para tratar de ingresar la droga a la cárcel; se presume que el objetivo era que el material ilegal llegara a manos de alguno de los presos alojados en el penal.
LA NACION